unhappy ও taekook

capítulo cuatro.

Podía sentir la inquietud en aquel lugar, el momento más difícil para el a las horas de clases, los recesos, cuando todos los estudiantes corrían por los pasillos y chocaban entre sí por todos lados, y eso, ponía en pánico y en alerta a cualquier movimiento. Sentía pánico cada vez que alguna mano rozaba su cuerpo por accidente, algo que el pensaba que era normal en cualquier persona, sin embargo a su lado estaba Jimin mirándolo con confusión, notando el extraño comportamiento de su mejor amigo, no era nada raro que actuará de esa manera pues siempre lo había hecho antes, pero era algo ¿Confuso? A pesar de todos los años que tenían de amistad nunca había descubierto la fuente de el porqué siempre se sentía tan incómodo al ser rodeado por otras personas, quizás pensó que era muy tímido o que simplemente le desagradaba que hubieran personas que rompieran su espacio personal, pero jamás había tenido una respuesta real a aquella pregunta. Todas eran simples suposiciones o teorías que la cabeza del rubio habían formado, pero ninguna era respondida con certeza, además, tampoco estaba en sus planes interrogarlo con Jungkook, Pues sabía que no era nada agradable el que alguien de la nada te invadira con aquel tipo de preguntas que para la mayoría podían resultar personales, pero el lo había conocido desde que era apenas un niño y del siempre había sido de esa manera, por lo que siempre le resto importancia alegando que era un comportamiento normal que algunas personas podían tener, el también tenía el derecho de sentir incomodidad, por lo que sólo sacudió su cabeza tratando de olvidar completamente el tema que había comenzado a rondar por su cabeza más de lo que debería, percibiendo el alivio del menor cuando finalmente llegaron hasta afuera de la institución, cuando ya no había mucha gente a su alrededor, pero... ¿Realmente ese comportamiento era normal? Jimin comenzaba a dudarlo, pero siempre que trataba de entrar al tema el pelinegro tenía alguna otra que hacer, o pasaban a buscarlo en el momento más importunio cuando estaba a punto de al menos conseguir unas pocas palabras sobre eso de parte del azabache, era completamente frustrante el hecho de finalmente conseguir información y que quede retenida en el peor momento cuando la curiosidad ya lo había comenzado a carcomer por dentro. — Jungkook. ¿Estas seguro de que no ocurre nada malo? Me preocupas. — Había interrogado una vez cuando estaban en una llamada, escuchando un largo y cansado suspiro después de aquellas palabras, tomando un gran bocado de aire después como si estuviera apuntó de decir algo hasta que... — ¡Jungkook, la cena está lista cariño! — Pudo escuchar al otro lado de la línea la profunda voz de Taehyung llamar a Jungkook justo en aquel momento, juro que en ese momento iba a morirse, o como mínimo ahorcaria al tío de Jungkook apenas escucho las palabras "Debo colgar ya" Por parte del pelinegro antes de colgar la llamada y seguramente haber bajado a cenar como su tío había dicho.

No entendía porque Taehyung siempre llegaba a interferir en el peor momento, o siempre surgía algo de último momento, pero a pesar de que dudaba del hecho de que verdaderamente le había pasado a su mejor amigo estaba preocupado, por Jungkook, por todo lo que estaba pasando con su madre y porque ahora estaba viviendo de la noche a la mañana con su tío con quien no había tenido contacto desde casi cinco años, por lo que después de tomar un gran bocado de aire se animo a comenzar a hablar diciendo : — Jungkook, ¿Que era lo que me habías querido decir el otro día? — Trato de sonar lo mas normal y calmado posible para no levantar sospechas sobre su interrogatorio, el pelinegro solamente lo miró confundido durante un par de segundos, frunciendo el ceño un poco debido al repentino interes que su amigo sospechosamente había adquirido de un momento para otro, como si fuera en un simple abrir y cerrar de ojos. Jimin al ver hacia el frente casi quiso tirarse al piso y gritar mientras hacía una rabieta. — ¡¿Es enserió!? — El pelinegro juro hacia el frente y efectivamente estaba su tío recostado de su auto color negro jugando con las llaves de su auto, se veía tan malditamente sexy con aquellas gafas de sol originales haciéndolo lucir adinerado y atractivo, no le sorprendía que muchas personas dieran el culo por Kim Taehyung, porque el rostro de ese hombre parecía tallado por los mismísimos ángeles en el cielo, su gran físico y su hermoso aspecto eran un obstáculo para todo aquello que se le acercara, pues el no caer rendido ante el o incluso sentir admiración de él era todo un desafío.

El joven Kim sintió su corazón detenerse por un momento cuando comenzó a acercarse a él subiendo sus gafas de sol, dejándolas descansar en su cabello, era demasiado atractivo como para ser real, no siquiera supo cuando se quedó observándolo embobado, solo que recibió un codazo por parte de Jimin quien lo miraba confundido, literalmente su mejor amigo estaba prácticamente babeando por quien se supone que era su primo, quizás era guapo pero el lo veía como una exageración en cierto punto. El pelinegro rápidamente recuperó la compostura aclarando su garganta, antes de correr hacia el mayor y abrazarlo.

El rubio simplemente podía mirarlos a la distancia, ¿Cuando Jungkook había agarrado tanta confianza con alguien que lo fuera el? Recordaba otras veces en cuando personas intentaron abrazarlo, ya sea por cariño o por alguna felicitación, el solía verse incómodo entre los brazos ajenos, casi como si quisiera solamente escapar lejos para no ser tocado de ninguna manera por cualquiera, sin embargo a eso si culpaba a la madre de Jungkook, pues después de tantos años de abusos, golpes, maltrato mental y físico que lo hizo sufrir durante año tras año hasta pasar su niñez, sin ninguna razón alguna. No sabía si culpar al efecto de las drogas, o al efecto del alcohol, pero sabía que algo más pasaba ahí, y forzadamente tendría que tratar de conseguir respuestas haciendo un análisis profundo de toda la situación. Sería muy difícil, pero quizás podía lograrlo... O eso esperaba.