capítulo treinta y ocho.

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★ Este capítulo contiene escenas fuertes que pueden llegar a ser sensibles y/o perturbadoras para algunas personas, se recomienda discreción por parte del lector. Si no te agrada este contenido por favor deja tu voto, sal de la historia y espera un nuevo capítulo.
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Corría con todas las fuerzas que quedaban en sus piernas empujando a todo aquel que se interpusiera en su camino deseando que las lágrimas de sus ojos no comenzarán a desbordarse por la impotencia que su cuerpo lograba sentir en ese momento. No le importaban en lo absoluto los gritos que la pelirroja soltaba con desespero detrás de su cuerpo gritándole que se detuviera hasta poder alcanzarlo, no recordaba ni siquiera tener tanta energía como para lograr correr tan rápido pero al menos tener un diez en educación física servirá para algo.

Aquella sorpresiva llamada había dejado un mal sabor en el paladar el menor de los Kim, sabiendo por un momento que algo realmente horrible estaba por sucederle, todo a su alrededor le daba vueltas pero aún tenía el equilibrio para seguir corriendo, su cuerpo lo impulsaba hacia donde debía pero su vista se encontraba perfectamente cegada, podía jurar escuchar la voces que le decían por donde debía correr aunque estaba completamente aburrido. Estaba actuando solamente por impulso y la adrenalina corria por su sangre erizando cada uno de los vellos de su piel. Juraba que sentía que si llegaba a parar realmente podría morir en manos de únicamente el destino, porque justo ahora debía llegar a donde Kim Taehyung se encontraba, necesitaba abrazarlo y obligarlo a decirle que todo estaba bien, que él estaba bien en su totalidad.

El miedo se apoderaba de su cuerpo tan bien como si fuera una emoción conocida que muy difícilmente lograba ser tomada por desprevenido, sabía a la perfección lo que sentía ya que millones de veces ese mismo sentimiento se había apoderado de su cuerpo en su completa totalidad, millones de veces el miedo lo había estado carcomiendo por dentro sintiendo como si su mundo fuera a dejar de girar un momento o su corazón fuerza a dejar de latir.

—¡Jungkook espera! —La voz de Chaeryeong lo obligó a detenerse cuando está se engancho de su brazo jadeando como un perro por haber corrido ya sin descanso alguno, la garganta de la pelirroja se encontraba seca y antes de que Jungkook pudiera zafarse y salir corriendo nuevamente Chaeryeong lo detuvo de nuevo. —Maldita sea, te va a dar un infarto si sigues corriendo de esa manera. Taehyung debe estar bien, no tienes porque ponerte de esa mane... —Un sollozo la interrumpió, haciendo que elevará su cabeza para poder ver al azabache quien luchaba porque las lágrimas se mantuvieran en sus ojos.

Le partía el corazón inmensamente verlo de esa manera tan destrozado y vulnerable.

Soltando el brazo del menor, tomó las llaves de su bolso y por lo menos estaban cerca de una de las empresas de su padre, ya que tomó la mano del menor y comenzó a correr hasta allá. Su padre tendría que perdonarla pero justamente ahora sus zapatos de diseñador estaban en juego, por lo que dejándole un mensaje de voz a su padre tomó las llaves de él MRW negro favorito de su progenitor en el estacionamiento privado de la empresa donde su padre conservaba algunos de sus autos y metió a Jungkook en el lado del copiloto, encendiendo el motor para así irse.

—¿A donde se supone que deberíamos ir ahora? —Hablo Chaeryeong manifestando un tono de voz algo cansado.

—Llévame a casa, Taehyung debería estar en su estudio a esta hora. —Respondió, encajando sus uñas en la palma de su mano con nerviosismo.

Así fue como emprendieron camino directamente hacia la casa Kim lo más rápido que el camino y la velocidad máxima permitida pudo haberles permitido ya que no siendo este su auto Chaeryeong se negaba a tener que pagarle a su padre dinero por una multa mientras usaba a su precioso bebé hecho de metal, sintiendo la tensión en el aire mientras a lo bajo escuchaba los sollozos de él azabache mezclándose con la suave voz de Lana del Rey. No deseaba sentir lástima pero verlo de esa manera era demasiado desesperante para la chica quien desde ya mucho había prácticamente asumido a Jungkook como su pequeño bebé, y ninguna madre desearía ver de tal manera a un bonito y alegre bebé que siempre le sonríe de una manera tan especial para ella.

Pero ahora solamente podía verlo luciendo de esa manera, tan aterrado y tan temeroso por lo que podría pasar al entrar a casa, fueron alrededor de unos quince minutos lo que tardaron en llegar a la casa Kim y los tacones de diseñador de Chaeryeong salieron volando hacia la parte de atrás del auto bajando de este para así correr hacia el interior al ver como el menor hizo aquella acción antes de que pudiera quitarse los tacones.

No fue difícil seguirle el paso a Jungkook una vez que la plataforma de su zapato ya no le incomodaba, aunque en un pequeño momento de descuido la pelirroja termina por perder así de vista al menor.

Tras varios intentos de descubrir donde se encontraba subió las escaleras en un paso apresurado, asomándose por cada lado del pasillo buscando encontrar un indicio que le dijera de cierto modo donde se encontraba su amigo al no estar completamente familiarizada con las ubicaciones de cada habitación o sencillamente con la casa en general al no soler recurrir a visitar aquel lugar.

Pero un grito desgarrador fue el único que se escucho resonante por todo el pasillo, haciendo a la pelirroja correr en dirección del sonido como alma que se intenta llevar el diablo, sintiéndose ligeramente más aliviada al ver una de las puertas abiertas con la luz encendida dándole a entender que ahí se encontraba Jungkook.

Al asomarse por la puerta toda su cabeza se encontró dando vueltas por un momento, y las ganas de vomitar se hicieron presentes al instante. Su vista se enfocó en un pequeño Jungkook el cual caía de rodillas en el suelo, llorando de una manera desconsolada ante la depravada escena que sus ojos podían contemplar al alzar un poco más la mirada.

El estudio se encontraba destrozado en general, habían marcas de manos teñidas con sangre en las paredes al igual que charcos de este líquido en el suelo, la palabra "pedofilo" se encontraba pintada con rojo en una de las paredes al igual que palabras que no desearía mencionar en tal ocasión, fotos desgarradas de Taehyung junto con Jungkook por todo el suelo de la habitación. El contrario salto a los brazos de su amiga haciéndola caer al suelo sentada de golpe, desahogado sus lágrimas en su ahora manchado con el mismo líquido del suelo suéter como un pequeño niño desesperado.

Nuevamente las náuseas se hicieron presentes al ver como en el centro de todo estaba colgado en una cuerda el acabado cuerpo de un Taehyung sin vida.

unhappy ও taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora