unhappy ও taekook

capítulo diecisiete.

Las cosas ya estaban en su bolso mientras que bajaba las escaleras a escondidas, aun esa de madrugada y todos dormían en la residencia Kim, se sentía temeroso al irse pero no tenía otra alternativa que escapar sin ser visto. Apretó su mochila abrazándola mientras que recorría los pasillos oscuros de la casa hasta la puerta hasta finalmente llegar a la puerta de madera que finalizaba su recorrido.

Apoyo su mano en la perilla pero la puerta no se abrió en lo absoluto, ¡Mierda, tenía llave! Siguió intentando hasta que finalmente la abrió un poco con la ayuda de una llave que había encontrado debajo de una de las plantas.

Mientras que la puerta se abría con mucho cuidado una mano ajena se poso sobre la del chico de tez pálida cerrando la puerta en un brusco y rápido movimiento. Un gran estruendo resonó por toda la habitación haciendo el chico con pánico volteara hacia atrás.

Su piel se puso pálida cual fantasma en el momento en que pudo ver el rostro serio del señor Kim con un pequeño rayo de claridad externa, si antes no tenía mucho color en la piel ahora definitivamente era completamente transparente y igual de pálido que una hoja de papel en blanco.

—S-señor Kim. —Tartamudeo el ajeno pero ya era demasiado tarde para pedir disculpas, el error ya había sido cometido y no había vuelta atrás.

Su mandíbula estaba tensa y se notaba la molestia en sus orbes de un color oscuro, el tono azul que estos poseían había desaparecido por completo.

Jungkook pasó saliva en seco mientras que trataba de retroceder hasta que simplemente corrió escaleras arriba buscando alguna escapatoria, las pisadas tranquilas se escuchaban detrás de el siendo así completamente aterradora la idea de escape. Intento entrar en su cuarto pero ya estaba cerrado con el seguro y no traía la llave consigo, maldijo internamente pero no tenía otra alternativa que seguir tratando de huir.

Las pisadas cada vez estaban más cerca y sintió que pronto sufriría de un ataque al corazón por la adrenalina.

—Tus intentos se escapar cada vez son más inútiles bebe. — Sintió ser dicho con una voz tranquila cerca de su oído haciendo que se sobresaltara y volteara.

Fue encarado y apresado entre los brazos del ajeno a sabiendas que ya no había escapatoria alguna.

—N-no me hagas nada. Tío, por favor déjeme irme de aquí. —Suplico pero cualquier intento era completamente en vano, no sería escuchado jamás.

Su piel se estremeció al sentir el contacto ajeno sobre su piel recorrer su mejilla con delicadeza hasta acariciar con uno de sus dedos el belfo del menor, sus ojos estaban llenos de lágrimas que en cualquier momento saldrían mientras que su rostro era ligeramente iluminado con la luz de la luna.

Su rostro se acercó un poco más y una de las lágrimas recorrió por la mejilla de Jungkook.

—Ya no deseo estar aquí ¡Suelteme y déjeme salir de este lugar! —Suplico más algo tratando de separar el cuerpo ajeno del suyo tirando su cabeza hacia otra dirección evitando seguir viendo el rostro del mayor.

Sin embargo la poca fuerza que quedaba en su cuerpo se disolvió al escuchar gritos a lo bajo en algún lugar de la habitación.

¿Acaso eso era...?

Volvió a observarlo y su cuerpo se petrificado al ver lo que había en aquella pantalla del aparato móvil que sostenía en su mano, era la imagen que mostraba con detalle el asesinato que el mismo había probado con sus propias manos. Su cuerpo empezó a temblar mientras su mente se ponía en blanco negándose a ver la verdad.

—¿P-porque tienes eso en tu celular? —Pregunto con voz temblorosa el joven retrocediendo ante la figura intimidante de su tío.

Taehyung soltó una carcajada sin gracia dejando frente a él la atormentante escena que el mismo había hecho, la sangre por todos lados, los gritos y súplicas. Sintió su estómago resolverse y las ganas de vomitar se hicieron presentes en su sistema.

Las lágrimas empezaron a bajar sin ser consciente de ello.

—No te preocupes pequeño, nadie tiene que enterarse de esto... Siempre y cuando te portes bien... Y entiendas que es lo mejor entregarte a mi. —El video fue detenido y sostuvo su rostro entre ambas manos acercándose esta vez aún más a su cuerpo y rostro escuchando los sollozos que el menor provocaba ante tan horrible escena.

Poco sabía Jungkook de todo lo que era capaz Taehyung.

El azabache se perdió en si, se aferro al cuerpo ajeno apretando su camiseta entre sus manos hechas puño dedicándose a llorar a mares sin híbrido control alguno.

La idea de que alguien más lo viera era sencillamente aterradora y Taehyung lo sabía.

—Taehyunnie, por favor no le digas a nadie al respecto, y-yo no me iré, no quiero irme ¡Pero por favor, no quiero que nadie lo sepa! —Se sentía desesperado, rebajandose para poder sobrevivir sin ser juzgado... Sin ser llamado asesino ante nadie. —Me quedare contigo, me entregaré a ti, solo... No me haga eso señor Kim, p-por favor. —No sabia que mas hacer, su cabeza no pensaba con coherencia y solo deseaba un escape, una salida rápida que lo sacara de ese lugar.

—Eso quería escuchar, cariño —Sostuvo su mentón y un beso superficial fue plantado sobre sus labios, una sensación de alivio recorrió el cuerpo ajeno al saber que ya no estaba bajo peligro al respecto. —Ahora ve a dormir y no hagas enfadar ¿Si? —Lo obligó a asentir y con brusquedad se apartó de él llevándose consigo las llaves de la puerta principal.

Jungkook permaneció en el suelo cayendo por completo, haciéndose una bolita en el suelo y solo dignandose a llorar. Habla caído en una manipulación de la cual ahora no saldría jamás, porque Taehyung tenía la clave para ponerlo tras las rejas y acabar con su vida ahora.

Solo se levantó con la poca fuerza que en sus piernas quedaban y abrió la puerta que finalmente le cedió el paso hacia adentro del cuarto.

No tenía otra alternativa ahora.