unhappy ও taekook

capítulo veintitrés

Un cansado Jungkook retiraba sus zapatos en la puerta mientras suspiraba alivió, estaba demasiado feliz de finalmente llegar a casa en vez de estar en esa estúpida empresa donde aparentemente todos lo seguían con la mirada. No supo cuántas veces tuvo que correr directamente hacia Taehyung porque varios empleados llegaban a acorralarlo y preguntarle que de donde había salido un chico tan bonito como él. No estaba acostumbrado a recibir tanta atención y el que muchos ahora supieran que el era el famoso Kim Jungkook, sobrino del señor Kim lo ponía de alguna manera nervioso haciendo que se rehusara a apartarse de él con cierto miedo, además el correr la voz no era muy buena idea al tener aún a Chaewon detrás de él y posiblemente su siguiente paso sería ir más lejos y contratar a y un investigador privado o algo pero pero ya Jungkook no quería ocuparse más de la mujer que le dio la vida por un día y solo desconectar su cerebro un rato... Unos fuertes brazos rodearon su cintura y Jungkook se sobresalto un poco hasta poder percibir ese tranquilo aroma que le pertenecía a Taehyung, trató de voltearse y con algo de dificultad lo logró, los dedos del mayor se enterraron en su piel por lo que Jungkook solo dejo descansar sus manos sobre el pecho de de Taehyung, haciendo figuras imaginarias sobre el y suspirando al recostar su cabeza en su pecho.

-¿Estas cansado, princesa? Debió ser un día muy duro para ti. -Había murmurando el hombre contra sus hebras, el agarre se hacía calmado un poco y con sus pulgares los huesos de la cadera ajena se encontraban siendo acariciados con total cuidado y para deleite del mayor de los Kim, el menor de deshizo entre sus brazos dejándose hacer por el. Se acurrucaba contra su pecho sintiendo finalmente llegar la calma entre ellos, y aquel pequeño apodo de "princesa" no le había importado en lo absoluto aunque sus mejillas se habían tornado de un leve carmesí encendido sintiéndose avergonzado. -Ven, vamos a descansar. -Fue alzado desde su cintura, obligándolo automáticamente a rodear con sus piernas el torno del mayor y con sus brazos su cuello para tener un buen soporte y no caerse, Kim tuvo ganas de reír al respecto y dejó un pequeño beso sobre su mandíbula antes de comenzar a caminar hacia la habitación.

-No soy un bebé... -Murmuró el azabache sintiendo sus mejillas arder al ser cargado de esa manera, pero fue cruelmente ignorado por Taehyung que hizo oídos sordos hasta que encontró su habitación.

Sus mejillas no paraban de arder pues Taehyung dulcemente lo había dejado sobre la cama y había cambiado sus prendas para cambiarlo, ahora solo se encontraba en ropa interior sentado mientras lo miraba y esperaba a que terminará de escoger su ropa. Kim tarareaba una hermosa canción mientras buscaba en el closet hasta finalmente encontrar algo para dormir.

-Alza los brazos princesa. -Y Jungkook a regañadientes obedeció y dejó que el mayor lo vistiera con una camiseta blanca y los shorts de color negro, era algo sencillo y hacía mucho calor así que era ideal y no se quejaba en lo absoluto.

-Gracias Hyungnie. -Agradeció el menor colocándole un pequeño apodo al mayor haciéndolo reír en una suave y profunda carcajada que hizo estremecer al menor.

-¿Hyungnie? -Interrogó con gracia debido al apodo que recientemente había sido nombrado por el pelinegro.

-Yo dejo que me llames princesa, así que lo más justo es también llamarte por apodos. -Balanceando sus pies en el aire observó al mayor quien con una sonrisa negaba.

En un hábil movimiento fue acorralado contra el colchón, sus dos manos eran sostenidas sobre su cabeza mientras que una de las manos de Kim sostenía su cintura.

-Veo que no has aprendido demasiado ¿Verdad? -Cuestionó, peligrosamente su rostro se acercaba hasta la tierna carne expuesta de su cuello, varios besos fueron depositados a lo largo de su hombro antes de así pasar a su cuello en un brusco cambio. -Aquí tu haces lo que yo te diga, y no recuerdo haber dicho que era o que no era justo aquí. -Dominante. Eso le encantaba a Jungkook.

No hizo ni el más mínimo intento de retener aquel sonoro jadeo que escapo de sus labios al ser reprendió de esa manera.

Era increíblemente excitante tenerlo sobre el, sintiendo mordidas y incontables besos alrededor de todo su cuello, las ganas de acariciar su sedoso cabello castaño casi se apoderaban de la poca cordura que Jungkook aún tenía en su pequeñita cabeza.

-Tae, sueltame por favor. -Pidió con un pequeño murmuró queriendo también tocar un poco al mayor, solo deseaba acariciar sus bonitas hebras.

No logró nada, debido a que el agarre fue más bien reforzado con más fuerza, un pequeño gemido de dolor se escapo de sus labios queriendo retractarse de sus palabras al instante al no haberse expresado correctamente.

-Y-yo también quiero tocarte. -Murmuró sintiendo sus mejillas arder por la vergüenza. Finalmente el agarre de Taehyung se disipó en cuestión de segundos y no pensó dos veces antes de dirigir sus manos hacia sus hebras enredando en sus dedos algunos mechones de su bonito cabello.

Las posiciones cambiaron y nuevamente el azabache terminó sentado sobre el regazo que no le pertenecía, sus piernas cayendo de cada lado estando así a horcajadas sobre el con sus manos en su pecho. Sus bocas habían chocado juntas en un feroz beso que dificultosamente Jungkook pudo seguir por el ritmo que este tenía, las venenosas manos de Taehyung recorrían la carne expuesta de su cuerpo que picaban con la necesidad de ir más allá, el pequeño era solamente un manojo de jadeos mientras se aferraba con fuerza a la camiseta de quien se supone y era su tío, ¿Su pareja quizás? No estaba seguro de cual era su estado junto al hombre ahora pero tampoco era un buen momento para pensarlo con detenimiento.

Pero mientras se iban sumergiendo cada vez más en el íntimo momento que ambos tenían, la puerta fue tocada un par de veces. Un gruñido lleno de ira y molestia se hizo completamente audible por parte de Taehyung que no pudo arrojar sobre el colchón al azabache, jadeando por el sorpresivo impacto en su espalda pudo ver el cuerpo de Taehyung acercarse a la puerta antes de abrirla viéndose enfado.

Uhg, no sería bonito.