capítulo veintinueve.

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Podía casi sentir el sabor de la tinta del lapicero gracias a la insistencia con la que mordía el plástico de este, casi al borde de un ataque de pánico, aunque intentaba disimularlo. Incluso era una suerte que está vez Chaeryeong hubiera decidido sentarse en el asiento de en frente con un chico el cual le interesaba desde el principio del curso.

Al menos no tendría que enfrentarse a ella ahora, pero era malditamente humillante ver a ese hombre después de... verlo besar a su tío en frente de él, ni siquiera sabía porque mierda un chi... hombre tan aparentemente adinerado como el decidiera enseñar a personas a cambio de dinero.

Incluso no tenía sentido, tenía suficiente dinero como para hacerlo volar.

¿Por qué pondría si quiera un pie en aquella universidad? No tenía lógica alguna.

La clase pareció ser la más larga de su vida, solamente jugaba con cualquier cosa que estuviera a su disposición y no prestaba atención a la clase en lo absoluto, jugando discretamente cualquier juego de su celular para calmar la ansiedad que justamente ahora sentía.

—Joven Kim. —Nuevamente esa maldita voz se escucho obligando a su cuerpo a estremecerse, al alzar la cabeza prácticamente tuvo el paquete de su profesor directamente a su vista.

Se hecho un poco hacia atrás sobresaltandose en su propia silla, alzando por completo su cabeza hacia Baekhyun con las mejillas ardiendo por la vergüenza.

—¿O-ocurre algo? —Soltó en un hilo de voz, sintiendo su garganta cerrarse casi al instante, era demasiado para su pobre corazón acelerado.

Este pareció mirarlo por unos segundos antes de extender su mano hacia el, o mejor dicho dejándola en frente de él, con una mirada seria.

—Su celular, ahora. —Demandó.

—¡¿Q-que!? —Alzo la voz de manera inconsciente, escondiendo por reflejo su teléfono en su regazo.

No, no. No podía dejarle su celular a su profesor, especialmente después de que Taehyung lo obligará a retirar el patrón de bloqueo de su celular, teniendo ahí varias fotos que no deseaba que fueran vistas por nadie más.

Quiso negar con la cabeza, negándose a entregar su celular a nadie. ¿Como mierda siquiera podía? Moriría de la vergüenza si su profesor llegaba a ver mensajes o fotos inapropiadas de algún momento de calor en pleno acto sexual, todo se estaba yendo al infierno.

Pero a Baekhyun no parecía ni siquiera importarle, manteniendo su mano extendida hacia Jungkook.

—Joven Kim, creo que lo dije bastante claro para usted. El celular, ahora. —Dijo nuevamente pero está vez sonando más irritado de lo normal.

Deseaba que la tierra lo tragara.

No le quedó opción alguna y tuvo que extender su celular hacia el, con su mano temblorosa y su corazón acelerado, viendo como si fuera en cámara lenta como arrancaba el celular de su mano diciendo que se lo entregaría al final del día antes de volver al frente de la pizarra.

Podía sentir todo su cuerpo temblar y varias miradas indiscretas posarse sobre el por un momento, hubiera llorado de no ser porque su maquillaje podría correrse y todos lo notarían.

Estaba muerto en vida, posiblemente.

[ . . . ]

—También es tu culpa, no debiste usar el celular en frente de un nuevo profesor. Realmente nunca sabes como reaccionaran. —Se encogió de hombros la pelirroja, recibiendo una mirada molesta del azabache quien temblaba sentado en las bancas. —¿Que? Tampoco es como si hubiera mucho ahí, dudo mucho que tampoco valla a revisar tu celular de igual manera.

¿Revisar? Mierda, eso es lo que mas temía que llegara a hacer. Estaba muy consciente de lo que estaba en su teléfono porque, duh, ¡Ese era su teléfono! Y estaba más que seguro de que si llegaba a ver algo inapropiado moriría de la vergüenza.

—S-si, no tengo mucho. Aun así es mi privacidad ¿Sabes? —Sus labios formaron una línea recta, bajando su mirada con bochorno.

Sacudió su cabeza, ya no quería pensar en eso en lo absoluto, y al ver de reojo el celular de su amiga lo primero que hizo fue arrancarlo de su mano y desbloquearlo ya que por supuesto, sabía de memoria la contraseña.

Pudo ver la hora y por lo menos las clases acabarían muy pronto, y visualizando el horario la última clase finalizaba en unos minutos para indicar la hora de salida, así que si todo iba bien posiblemente no pensaría en meterse un tiro lo mas rápido posible.

Suspiro, escuchando a lo lejos la campana sonar, así que devolvió el celular.

—Vete, hablaré con el estando solo. No tienes porque esperarme, le pediré a Taehyung que envíe a alguien por mi. —Mentira, Jungkook solamente deseaba caminar a casa para despejar su mente.

Sabía que a Taehyung no le gustaba en lo absoluto el hecho de que el caminara a casa, o simplemente que estuviera solo, pero eso ahora mismo muy poco le importaba realmente.

Chaeryeong lo miró por unos segundos sosteniendo su bolso, seguramente preparada para acompañar a su amigo al aula correspondiente, pero si este no deseaba que estuviera ahí no podía obligarlo en lo absoluto.

Se despidieron rápidamente y así fue como Jungkook se vio bastante obligado a asistir el solo a la oficina del señor Baekhyun dispuesto a directamente hacia ese lugar sin desvíos, aunque ciertamente no deseaba volver a ver su rostro después de la situación tan... Vergonzosa que hubo presente en el momento en que fue atrapado usando el celular en el aula de clases.

Mordía su labio con nervios mientras caninaba por los pasillos me un paso digamos que no muy apresurado, casi temiendo llegar al lugar correspondiente. Simplemente no deseaba ver ni en fotos a su profesor después de tal cosa, simplemente quería morir en sana paz y sin ser atormentado de nuevo.

Eso era todo lo que deseaba.

En los pasillos el bullicio era algo inevitable pero hacía que la cabeza del Joven Kim pareciera que fuera a explotar en cualquier momento, al igual que en cualquier momento estaba seguro de que su labio sangraria, pero en un par de minutos...

Terminó frente a la oficina de Baekhyun

unhappy ও taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora