sipnosis.

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JUNGKOOK.

—Vuelva pronto. —Había dicho la chica de ojos grandes y cabello cobrizo al otro lado del mostrador, manteniendo una sonrisa feliz ante todos los clientes entregando así en mis brazos las hermosas flores.

Agradeciendo, incline mi cuerpo un poco haciendo una pequeña reverencia que la chica pareció realmente apreciar, dándole una última mirada antes de salir del lugar.

Afuera de la hermosa tienda de flores el día de parecía ser increíble, soleado y muy fresco para algunos, casi como si fuera el día más perfecto que podría existir.

Pero lo que muchos no sabían es que hoy en día era el tercer aniversario de la muerte de Kim Taehyung, el único hombre que realmente me llegó a hacer sentir vivo alguna vez.

Desde entonces las cosas no habían cambiado demasiado de lo que antes eran, aún seguían siendo escasas en las personas en las cuales confiaba solamente que esta vez las cosas con ellos iban mucho mejor que antes.

Chaeryeong llevaba dos años y medio de relación con la chica que había conocido en el bar aquel día cual su nombre vendría siendo Lia, o al menos eso era lo que yo recordaba.

Un largo tiempo donde ella había enloquecido por completo, ya que nunca antes había visto a Chaeryeong más feliz con alguien en su vida entera, y eso era suficiente para mí.

No podía quejarme delante todo en mi vida actual, tenía buenos amigos y una estabilidad emocional ligeramente estable, había conseguido llegar bastante lejos en algunos años sin saber cómo realmente lo hice en un primer lugar.

Incluso, una nueva persona había llegado a mi vida en un primer lugar.

Min Yoongi había vuelto a Corea del Sur después de todo, recuerdo haberme encontrado con él nuevamente meses después de la muerte de Taehyung para visitar a una de sus hermanas, fue una sorpresa encontrarme con el nuevamente por lo que ambos fuimos por un café y todo lo que había sucedido durante su ausencia ya se había dicho de un momento a otro.

Desde nuestro encuentro aquella vez seguimos encontrándonos cada vez que podíamos hacerlo hasta que llegó un punto donde siempre estábamos juntos el uno del otro, disfrutando las mismas cosas que antes disfrutábamos juntos.

Estaba seguro de que si solo Taehyung estuviera vivo todavía no aceptaría del todo a Yoongi en ni vida, pero ahora venía siendo lo único que quedaba en mi vida después todo.

Mi vista se enfocó en la figura masculina frente a mi, encontrándome con Yoongi en frente de mi sosteniendo su celular en la mano mientras me esperaba afuera de la casa tienda.

Sonreí, acercándome a él mientras captaba su atención en mi nuevamente, sonriendo también mientras abría sus brazos en mi dirección, atrapandome entre ellos en el momento en que me recosté sobre su pecho, cerrando los ojos para disfrutar la deliciosa fragancia de su perfume masculino.

Seguía siendo una de las mayores cosas que adoraba, especialmente porque aquella fragancia era la misma que Taehyung solía usar.

—¿Quieres que nos vallamos ahora? —Interrogó.

—Si, creo que es hora de irnos. —Asenti.

[ . . . ]

—Taehyung. —La voz que quedaba en mi garganta salió como un pequeño hilo.

Entre mis manos, se hallaban las flores que anteriormente había comprado en la tienda, sin embargo frente a mi ahora se encontraba la tumba que mantenía el nombre de Taehyung en el.

Era triste encontrarse en un lugar de esa forma especialmente en frente de la tumba de una persona la cual apreciaste demasiado cuando está estaba en vida. La nostalgia era presente casi todo el tiempo y ¿Como no llegar a hacerlo? El nombre de Taehyung siempre había significado un refugio para mi desde que tenía memoria, el siempre había sido una persona muy especial en vida y a pesar de ya no encontrarse con vida seguía siéndolo para mí.

Y a pesar de estar en compañía de Yoongi, justo ahora me encontraba solo ya que había elegido darme mi propio espacio.

De cierto modo, lo agradecía bastante, ya que en un momento como este la privacidad era algo vital para mi, necesitaba un tiempo para poder despejar ni cabeza y liberar la ansiedad por esta fecha en particular.

El solo recordar la imagen en mi cabeza del cuerpo de Taehyung seguía tan presente como si hubiera sido ayer, no es un recuerdo que me gustará demasiado revivir, realmente no, pero mentiría al decir que no pasaba constantemente por mi mente.

Quizás lo mejor hubiera sido nunca entrar a esa habitación en un primer lugar, pero lo que ya estaba hecho no era algo que yo podría cambiar desde la noche hasta la mañana como si nada pasase.

Lo único que me quedaba era intentar reprimir ese recuerdo hasta intentar de olvidar algunos detalles, después sería más fácil para mí olvidar por completo todo lo demás.

Una sonrisa nostálgica se apoderó de mis labios cerrados, observando las flores que aún sostenía entre mis manos. Las coloque junto a aquel jarrón que se encontraba a un lado de la tumba, siendo eso lo único que aún podía regalarle a su alma.

A la distancia, pude escuchar algunos pasos acercarse a mi con crujidos por lo que no me hizo falta voltear para darme cuenta de que era Yoongi al ser la única persona que se encontraba en el cementerio junto a mi.

Se puso de cuclillas justo detrás de mi cuerpo, estremeciendolo, porque podía sentir su espiración contra mi piel.

—Pensé que estarías afuera. —Empecé a hablar. Suspirando aún con mi mirada enfocada en la imagen del retrato que se encontraba a un lado, sonriendo al ver la foto de él a un lado.

—Pensé que extrañarias verme, pequeño. —La voz hizo un eco en mi cabeza, petrificadome en mi lugar.

Mi cuerpo quedó tieso como una estatua, pensando por un pequeño momento que todo se encontraba en mi imaginación solamente, pero el tacto de dos manos sobre mi cintura me hicieron saber que no era solamente mi imaginación.

La fragancia masculina invadió mis fosas nasales embriagandome con el olor.

Al voltear frenéticamente mis ojos se abrieron con sorpresa sintiendolos cristalizarse al enfocar la imagen de un elegante y sonriente Taehyung abrazar mi cintura, visualizando a Yoongi detrás de el con una sonrisa de labios cerrados.

—Pensé que habías m-muerto.

—Necesitaba una manera de alejar a tu madre de nosotros. —Me regalo una sonrisa plantando un beso en la piel de mi cuello. —Lamento no habértelo dicho antes, pero debes agradecerle a Yoongi por haberme ayudado a cuidarte todo este tiempo.

Lo que menos me importaba ahora era eso, me tire a los brazos de Taehyung sin importarme mojar su camiseta con mis lágrimas.

—¡Jodete! Me diste un susto de muerte.

—Lo que importa ahora es que solamente somos nosotros dos, y eso no cambiará en lo absoluto.

—¿Siempre supiste que nosotros no teníamos un parentesco? —No me contuve a interrogar.

—¿Crees que alguna vez me hubiera dejado llevar sabiendo que realmente tenemos líneas sanguíneas conectadas? No soy un monstruo o un pedofilo como lo dice tu madre. —Respondió, esa pregunta pareció ser suficiente para mí.

Oculte mi rostro en su pecho y por un momento todos mis problemas de desvanecieron en el aire.

Pero si descubrí algo en todo este tiempo que Taehyung a estado en mi vida es solo una cosa...

Aveces para conseguir la felicidad, debes vivir siendo infeliz.

© chaerniee.

unhappy ও taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora