unhappy ও taekook

capítulo veintisiete.

Eran las ocho y treinta de la mañana cuando apenas pudo abrir los ojos, postrado en la cama con notorio cansancio que se apoderaba de todo su cuerpo, la noche había sido mucho más larga de lo que pudo haber pensado. Sorprendentemente al abrir los ojos no se encontró con la espalda o los –bien formados– abdominales de Taehyung recibiendolo al otro lado de la cama, solo logró ver un espacio vacío en la silenciosa habitación.

Simplemente supuso lo más obvio, el seguramente había partido tranquilamente al trabajo como era de esperarse.

Tenía suerte de entrar tarde ese día, porque de lo contrario seguramente estaría muerto ahora mismo, tenía aún tiempo de darse un baño, cambiarse de la manera apropiada y preparar su desayuno correspondiente, el lado malo era que tenía que llevárselo esa mañana y no podía simplemente comer en casa como solía hacerlo.

Aunque para ser sinceros el hambre era poca, tal como siempre lo había sido.

De no ser porque Taehyung contaba las calorías de su comida y se aseguraba de que comiera hasta dejar el plato vacío es muy posible que ya hubiera desarrollado algún tipo de leucemia.

Hizo su mayor esfuerzo, logrando sentarse en la cama totalmente agotado, pero no había nada que un café no arreglara.

Veinte minutos después sentía que se había quitado diez años de encima, se había dado un relajante baño para quitar el estrés de su cuerpo y después se envolvió en una suave bata de baño después de secar su cuerpo.

No tardó demasiado tiempo en arreglarse y terminar de dar los últimos toques a su sutil maquillaje que consistía en un poco de sombra rosa debajo del párpado del ojo, un sutil delineado color negro y un poco de rubor en sus mejillas y su nariz.

Porqué así es, Jungkook había descubierto lo bonito que se veía con maquillaje después de que Taehyung compró absolutamente todo lo que consiguió de este de las mejores marcas posibles simplemente porque el azabache se quedó mirándolo durante un rato en el centro comercial mientras el hacía las compras aunque le degradara hacerlas por el mismo ya que eran muy tardías, pero Jungkook insistió en desear salir un rato con el mayor y era la única chance.

Un pequeño puchero del menor y buena mamada la noche anterior lograron conseguir su cometido de conseguir aquellos productos, incluso aprendiendo a usarlos por su mejor amiga, quien al ver todo quedó más que fascinada con sus luceros llenos de toda una galaxia.

—¿Hiciste un pacto con el diablo para obtener esto o que? —Fueron exactamente las palabras que había soltado Chaeryeong en el mismo momento en que sus ojos se enfocaron en los nombres de todas esas costosas marcas que ni siquiera con todos sus ahorros podría comprar ni aunque lo quisiera así.

Tuvo que decir la verdad diciendo que fue un obsequio de su tío, más sin embargo tuvo que emitir la parte del sexo oral y agregando una mentira diciendo que había sido gracias a su reciente promedio.

Pero ese no era el punto, ahora lo único que a él le importaba era lo bonito que se veía usando aquellas hermosas sombras que contenían las paletas de maquillaje.

Quedaba a la perfección con su camiseta de vestir color rosa con finas rayas de un tono rosa más oscuro con mangas cortas, un hermoso cosette color negro y unos shorts de un tono negro ligeramente claro con cadenas adornandolo a su lado izquierdo. Como si fuera poco las hermosas medias de red y sus guantes –siendo también de red– también siendo vestido con una cadena en la zona de su cuello al igual que uno de cuero pegado al cuello por completo teniendo justo en el centro del cuello un corazón de metal.

Ah, ¿Hacia falta mencionar las botas altas de cuero que llevaba?

Era hermoso, y por primera vez Jungkook se sintió muy bonito.

Aunque ahora tocaba hacer algo ligero para comer, tampoco deseaba algo tan relevante así que al ir al cocina fue a buscar lo primero que vino a su mente. Terminó por hacer para el mismo un sandwich con lechuga y tomates en rodajas, acompañado con una pequeña taza de frutas picadas para merendar, guardando en su termo un dulce café con leche.

¿A caso había una comida más sencillamente divina y apetitosa?

No, no existía.

—Joven Kim. —Interrumpió una de las mujeres encargadas del servicio de limpieza en un tono suave y amable, mirando al joven. —El señor Kim me pidió que hiciera su comida así que si quisiera que hiciera algo por usted...

—No hace falta, tengo todo lo que necesito aquí, no hay ningún problema con ello, yo mismo lo he hecho. —Interrumpió, aunque se arrepintió de hacerlo y haber sonado algo grosero. La cara de aquella mujer lo decía todo ¿Acaso se encontraba sorprendida por la idea de que el mismo lo hiciera? —Ah. Si mi tío pregunta sobre qué lleve dile que preparaste un sandwich con vegetales y fruta picada, no quiero que recibas un regaño de su parte por mi culpa.

Quiso disculparse pero la mujer simplemente negó con una sonrisa acercándose al joven.

Le dijo que lo ayudaría a terminar de empacar su desayuno y aunque esté se negó al inicio su insistencia fue bastante, terminando por guardar los contenedores en un sitio específico de la mochila donde no estropearia nada, también entregándole un pequeño estuche de Sanrio, alegando que el señor Kim había ordenado a preparar un pequeño Kit especializado en medicamentos por si llegaba a sufrir algún dolor mientras estaba fuera de casa.

Taehyung era todo un dramático, y por supuesto simplemente no pudo evitar una pequeña risa, viéndose obligado a llevárselo.

Se despidió de aquella mujer amablemente, y al salir ya lo esperaba Namjoon, uno de los chóferes personales de su tío. Nuevamente, una reina del drama.

Se acercó al hombre y le indicó sobre la ruta de la universidad ya que sabía que sí decidía tomar el trasporte público o caminar una cierta persona enloqueceria.

Entró al auto y no pasó mucho tiempo para encontrarse rumbo a esta.

Su teléfono vibró y se encontró con un mensaje de su mejor amiga esperando por ser visto.

chaerchaee ♥︎ : Esperare por ti en la entrada de la facultad, no tardes mucho, mocoso.

No pudo evitar sonreír por las estupideces de su amiga.

Un simple; voy en camino, reina del control. Fue lo que envió antes de bloquear la pantalla de su celular mirando por la ventana sonriendo.