Papá me llevó a la escuela, un escenario que no pensé que ocurriría. Fue lindo. Comenzaba la época de exámenes y sé que debía estudiar mucho para pasar al menos la mitad de ellos, necesitaba un milagro.
A la vuelta mi camino a Reseda era totalmente por el lado contrario a donde Kyler vivía. Cuando llegué a mi nueva casa intenté ponerme a estudiar, pero definitivamente no es lo mío. No entiendo ni una sola palabra del libro de química, extraño que Robby me explique pero no contesta mis llamadas y mamá tampoco. Espero que no estén enfadados conmigo.
Preparé la cena para ambos, unas hamburguesas para él con huevo frito, para mí con huevo duro y ensalada que lo obligué a comer también. Hizo muecas algo disgustado por las coles de bruselas, pero sonreí satisfecha cuando las llevó a su boca de todas formas. Mientras él lava los platos yo intento ponerme a estudiar.
-¿Te quedarás hasta muy tarde?
-Supongo que sí, soy muy estúpida para esto. Y debo aprobar al menos cuatro exámenes si quiero pasar de año.
-¿Cuatro de cuantos?
-De siete.
Al día siguiente cuando llegamos al dojo, estaba extrañamente lleno.
-¿Cómo es que de repente hay tantos interesados en el karate? -pregunto al aire.
-Miguel le dio una paliza a unos bravucones de la escuela -me dice Aisha- Mira -me enseña el vídeo en su celular.
-Aguarda, retrocede -lo hace- Pausa. Su nombre es Kyler, ¿cierto?
-Sí, ¿cómo lo sabes?
-Solíamos estar juntos hasta hace unos días.
-Espera, ¿desde cuándo estuvieron juntos?
-Desde Octubre, ¿por qué?
-Ahm, él estaba con una ex amiga mía en la escuela. Desde el último verano hasta hace dos días -estaba pensando en perdonarlo, darle esa segunda oportunidad. Pero ya no estaba deprimida, ¡estaba furiosa!
-¿Me está diciendo que el muy hijo de su puta verga también estaba con otra? -me río irónicamente sin poder creer que sus niveles de psicópata superaban por mucho lo que yo imaginaba. Como si no supiera los sentimientos que generaba en mi, el imbécil también estaba con otra chica cuando no estaba conmigo- Ponlo de nuevo, quiero ver cómo lo golpea con la bandeja -le digo.
Una vez dentro, Miguel sostenía unas almohadillas que yo golpeaba con todas mis fuerzas mientras el odio que me hacía sentir enferma regresaba a mí.
-Tal vez quieras guardar algo para el resto de la clase -me sugiere algo preocupado.
-Créeme que eso estoy haciendo -le digo.
-¡Silencio! -nos paramos de frente ante el llamado de mi padre- De frente -se pasea entre los estudiantes de atrás antes de volver a hablar- Cuando veo este dojo, no veo madera de Cobra Kai. Veo perdedores, nerds, un tipo gordo con un gorro extraño y tetas saliendo -Dios, a veces puede ser tan imbécil- Pero en mi corto tiempo como sensei, también vi unos milagros -nos ve a los tres únicos que usaban el gi de Cobra Kai- Así que, tal vez haya esperanza para ustedes. Pero aún necesito ver su potencial ¡Todos a sus puestos! -nadie se movía- Quiero decir que formen filas -comienzan a formarse detrás de nosotros- No, no en una fila. En filas.
-¿Se refiere a hileras?
-Posición de pelea -nos indica cuando finalmente todos estaban en los lugares correctos- Puñetazo cuando dé la orden ¡ia! ¡ia! -llegó al frente- Oye, Labio. Sí, tú, el de labio raro ¿a quién crees que le hablaría?
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A d a l i n e
Fiksi PenggemarAdaline Keene es una joven dulce y soñadora a quien la vida le ha dado duras batallas. Es fanática de Taylor Swift, amante de los animales, y aunque no imagina posible un futuro en donde sea exitosa, descubre su pasión por el karate cuando se va a v...