-Mamá apareció Ada.
-Oh, ok. Eso es... Está bien, pero ¿por qué me lo cuentas esta vez? -dejo mi mochila en el suelo cuando entro al dojo.
-Porque no te dije que se fue por días, esta vez. Y sólo apareció para decirme que se irá a México con un tipo.
-¿Que hará qué? -alzo mi voz enfadada- ¿Y qué hay de la renta y los gastos?
-Supuestamente ese hombre pagará todo el mes.
-Oye -evito decir su nombre porque no quiero que papá se involucre, al menos no aún- Ven con nosotros...
-No -me corta- Sólo quería que lo supieras, para que no vengas esta semana a verla porque no estará.
-Estoy muy enojada con ella, no me convencerás de lo contrario. Por favor quédate con nosotros.
-No lo haré, me preguntará cosas que en realidad no quiere saber sobre el señor LaRusso, volveremos a pelear, tú quedarás en el medio de nuevo... Sólo me quedaré en casa, será igual que siempre. Si casi no estuvo en primer lugar -se que decir eso es un avance muy grande y duro para él.
-Bien -suspiro derrotada- Pero llámame si necesitas algo, lo que sea.
-Lo haré. Tú igual.
-Ok, bye.
-Adiós.
Me acerco a mis amigos luego de guardar mi celular.
-¿Está todo bien? -me pregunta Aisha.
-Sí, todo bien -le resto importancia, no les agradará saber que se trata de Robby- ¿Quién es él? -pregunto al ver al señor que acaba de entrar.
-No lo sé -dice Miguel igual de extrañado y se le acerca- ¿Puedo ayudarte?
-No -sonríe, aunque no me pareció muy simpático- Pero yo podría ayudarte a ti.
Una vez formados, papá nos presenta al señor Kreese, un visitante que se quedaría a observar nuestra clase. Le ordenó a Miguel que hiciera la entrada en calor. Pero luego de un par de bromas papá se enojó de sobremanera y terminó a los cinco minutos.
-Creo que tiene que ver con ese hombre -le susurro a Miguel.
-¿Sabes quién es?
-Jamás me habló de él.
Al día siguiente papá me aconsejo que me pusiera ropa que no me gustara para luego desechar. No sé por qué, pero de todas formas le obedecí. Una remera que usaba de pijama y un short viejo formaron mi conjunto, y condujo hasta una vieja constructora. El resto comenzó a llegar y, como en la chatarrería, nos hizo trabajar duro.
Mezclábamos cemento sin parar a los rayos del sol. Partes de mi cuerpo que no sabía que existían comenzaron a transpirar con la tercera bolsa. Yo mezclaba mientras Aisha hechaba agua y cal.
-¡Sigan moviéndose! ¡Que no se endurezca! ¡Hawk, tus ojos en la mezcla! -volteo a verlo y lo veo algo apenado mirando su trabajo- ¡Keene, también tú! -lo miro sintiéndome expuesta. Mi corazón se aceleró al pensar que él sabía que tenía mia atención, porque era obvio que lo miraba a él.
El bocinanzo de un camión me distrae de mis estúpidas emociones hormonales. Nos dijo que nos acercáramos y dejé la pala a un lado con mucha satisfacción.
-¿Creen que por haber ganado el torneo pueden holgazanear? Bueno, sepan algo. Ganar el torneo ¡no significa nada! Un verdadero campeón jamás deja de entrenar. Debe seguir avanzando o podrían quedarse estancados como el cemento. Si este tambor no gira -señala el camión- el cemento se endurecerá y quedará atascado. ¿Quieren que eso les pase a ustedes?
-¡No, sensei! -respondemos.
-Bien. Entonces trepen, entren, y hagan que gire -creo que volver la pala no suena tan mal después de todo.
-Sensei, lamentamos las payasadas.
-Aprendimos nuestra lección.
En respuesta, papá baja la escalera del camión de forma estruendosa y señala su entrada.
-¡Entren!
Observo al señor Kreese, sentado, observando todo. Y aunque no sé quien es, sé que su mirada le pesa.
Doy un paso al frente y comienzo a subir la escalera.
-¡Addie, espera! -volteo a ver a Miguel cuando subo un par de escalones- Sensei, esto parece peligroso.
-¡Silencio! -era la voz de Kreese esta vez- Este hombre -señala a mi padre- los llevó a la cima ¿Y lo cuestionan? Mírense. No puedo creer que este grupo patético de nenitas haya participado en el torneo. Y además hayan ganado ¡Es un milagro! ¿Y quién es el responsable de ese milagro? Johnny Lawrence. El mejor estudiante de la historia de Cobra Kai -me siento orgullosa por mi padre- Mi estudiante -eso explica muchas cosas.
-¿Fuiste el sensei del sensei? -pregunta Hawk.
-Así es, niño. Y nunca entrené a un alumno tan rudo como él en toda mi vida. No me sorprende que la que se encuentra en esa escalera en este momento lleve su sangre -me mira. Yo sonrío antes de ver a mi papá, y termino de subir.
-Oh por Dios -veo el inmenso interior.
Me meto al oír que alguien más me sigue. Se trataba de Miguel, y cada paso nuestro se escuchaba como un eco. Era patinoso, lo que volvería aún más complicada la tarea de girar este enorme cilindro. Ya eramos al menos diez en el interior, aun familiarizándonos con el elemento. Ahora comprendo por qué mi padre me advirtió sobre la ropa.
-Esto será imposible -susurra un nuevo, pero por el eco se escucha demasiado.
-No se queden ahí -dice mi padre desde la boca del tambor- ¡Muévanse!
Luego de cinco minutos aún no lo lográbamos.
-¡Todos juntos! -grita Miguel.
-Vamos, no se queden ahí -les dice Hawk a los nuevos.
-Vamos, vamos, vamos -le pido más al universo al sentir que poco a poco éste se iba moviendo.
Cuando ya lo movíamos a una velocidad decente, la motivación volvía difícil detenerse.
-¡Sí! ¡Muy bien! -oigo a papá del otro lado- ¡Suficiente! -me dejo caer, aunque eso me empape aún más de cemento.
No puedo evitar reír al vernos asi. Esto había sido increíble.
-¡Los que siguen! -papá orden al siguiente grupo que suba y choco puños con Aisha que sonríe al vernos salir.
-Enséñale a esas nenitas -le digo.
-Apuesta a que lo haré.
Me dejo caer en el suelo, mientras esperábamos el resultado del resto. Estaba sentada con mis piernas cruzadas con algo de comezón cuando el cemento comenzó a endurecerse.
-Deberían estar orgullosos de ustedes -nos dice mientras nos manguereaba como si fuéramos un ventanal embarrado luego de la lluvia- Yo lo estoy -cierro mis ojos cuando lo hace contra mi cara y me saco el resto con mis manos- Sus padres también lo estarían, si les contaran, cosa que no harán. Avanzaron como campeones. Sin detenerse. Sin conformarse. Sin rendirse -apuesto a que llegaría a ser presidente con estos discursos que se manda- Sigan así y llegaran a lugares que ni siquiera imaginan -sonrío con esas últimas palabras.
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Long live all the mountains we moved
I had the time of my life
Fighting dragons with you
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A d a l i n e
FanfictionAdaline Keene es una joven dulce y soñadora a quien la vida le ha dado duras batallas. Es fanática de Taylor Swift, amante de los animales, y aunque no imagina posible un futuro en donde sea exitosa, descubre su pasión por el karate cuando se va a v...