21 • Jump Then Fall

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E L I

U N - M E S - A N T E S

-¡Papá! -le reclama Adaline cuando el sensei la dejó afuera sólo para hablar conmigo dentro de su casa.

-Sé que tú y mi hija están juntos. Y también sé lo que es tener tu edad. Quieres ir de fiesta, pasarla bien y estar con chicas atractivas. Pero si ves a mi hija sólo así, para divertirte un rato...

-Yo no...

-Yo hablo -me interrumpe- Adaline pasó cosas por las que ninguna niña debería pasar. Las personas que no deberían fallarle nunca fuimos las que más la lastimamos. Y aún así, -señala la puerta- esa pequeña... Esa mujer -se corrige-, es la más considerada, dulce, generosa y leal que he conocido en mi vida. Así que si no tienes los cojones, ni buenas intenciones con mi hija, ahora mismo termina con esto. ¿Lo harás?

-No, sensei -me mira unos segundos, y mi postura se volvió más firme.

-Bien, pero no olvides que te di la oportunidad -me tiende la chaqueta de Ada y la tomo- Cuídala.

A C T U A L I D A D

Cuando Addie despertó y le hicieron todos sus estudios, finalmente pudo tener visitas que no sean familiares. Al llegar a su habitación se encontraba mirando hacia la ventana, sin emoción alguna.

-¿Tienes ganas de salir? -me regala una sonrisa triste cuando llamo su atención- ¿Cómo estás? -me acerco a ella. Abre su boca pero la cierra al instante frunciendo sus labios.

-¿Me abrazas? -pide alzando sus brazos y enseguida me siento a su lado para rodearla con los míos.

Pase de verla casi siempre a no verla durante cuatro largos días. No me di cuenta de cuanto la extrañé hasta que la tuve así de nuevo.

-Todo va a estar bien -le digo. Su rostro estaba escondido en mi cuello y siento la zona humedecerse por sus lágrimas.

-No lo sé.

-Miguel despertará -oculto que también me dolía lo que le ocurrió a mi mejor amigo.

-¿Y si no lo hace? -su brazo sano me presiona más fuerte y acaricio su espalda buscando calmarla. Si seguía pensando en eso, también iba a llorar yo.

-Lo hará, ya verás. Tiene que hacerlo, Cobra Kai nunca muere, ¿recuerdas? -se separa sólo para mirarme- Es fuerte -asiente.

-Lo siento -susurra secando mi cuello con su mano.

-Jamás te disculpes por eso -sostengo su mano para que deje de secarme y dejo un beso en el dorso antes de que soltara una respiración profunda intentando calmarse.

-No quería estar así cuando tú me vieras -seca sus lágrimas.

-Estás hermosa, como siempre -beso su frente. Sus manos suben por mis brazos y recuesta su cabeza en mi pecho para abrazarme como hace unos momentos.

-¿Tú cómo estás?

-¿Hermoso como siempre? -ríe sin apartarse.

-Además de eso -no tenía intensiones de levantarse, ni yo de correrla.

-Bien. Vamos a estar bien.

A d a l i n eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora