10 • Bad Blood

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-¡Papá! ¡Llegaremos tarde al torneo! -lo llamo.

Había llegado tarde y se había quedado dormido en el sillón. Se da una ducha rápida mientras yo junto las latas vacías de cerveza para tirarlas.

-Genial -susurro para mí misma al ver el nuevo gi sobre mi cama.

Me lo coloco y sobre este una chaqueta antes de comenzar a preparar mi mochila.

-¿Tú sabías que Robby estaba entrenando con Daniel LaRusso? -me dirige la palabra por primera vez desde ayer mientras maneja en su auto nuevo. Mi sangre se hiela al oírlo.

-Sí -volteo a verlo. Sus manos se tensan sobre el volante y su mandíbula se aprieta.

-¿Por qué no me lo dijiste?

-Porque te enfadarías con él. Y conmigo. Y por primera vez, parecía que él y yo estábamos bien -voltea a verme un instante y suspira- Estuvimos separados y eso fue difícil. Pero Robby ya no se juntaba con esos imbéciles, yo hice amigos... Todo se sentía normal, en el buen sentido.

-No estoy enfadado -dice finalmente dejando un suave apretón en mi hombro.

Caminamos hacia la entrada donde estaba el resto.

-Tendremos que hacerlo sin él y sin Addie -oímos a Hawk de espaldas.

-¿El qué harán sin nosotros? -irrumpe mi papá.

-Sensei, creímos que no vendrían -Aisha choca su puño conmigo y le regalo una sonrisa llena de confianza.

-Tal vez no siempre gano, pero nunca le doy la espalda a una pelea.

-Bien, debemos anotarnos -si Miguel ayer estaba molesto, entonces no es nada comparado con hoy ¿qué ocurrió en esa fiesta?

-No aún, hay una última lección.

Nos lleva a un rincón dentro del lugar antes de que vayamos a administración.

-Aprendieron a golpear primero -caminaba dentro de la ronda, mirándonos uno a uno- a ser agresivos, y no perdedores. Les enseñé a golpear fuerte, poner cada gramo de poder en todo lo que hacen -asiento cuando mira mis ojos- Pero no les enseñé la tercera regla de Cobra Kai: sin piedad. Cuanto más crezcan, más verán que la vida no es justa. Se levantan un día sintiéndose geniales y al otro la vida les da una patada en las bolas y se caga en ustedes. Desaprueban un examen. Los suspenden. Se enamoran de una chica, y llega otro y se la roba -siento que olvidó a quién les habla, y que mentalmente hace un recorrido por su vida- Su auto se incendia. Siempre cuando las cosas parecer ir bien, todo se desmorona. Así funciona. La vida no tiene piedad, nosotros tampoco -asiento- Hacemos lo que haga falta para seguir adelante. ¡Lo que haga falta para ganar! Recuerden quienes son. Son rudos. Pateen traseros. Son Cobra Kai.

-¡Cobra Kai! -grita Miguel.

-¡Sí! -nos sumamos el resto envalentonados.

Comienzan a sacar sus uniformes blancos para ponérselos hasta que papá los detiene.

-¿Y qué usaremos? -pregunta Hawk.

Sonrío y me quito la chaqueta ganando la mirada de aprobación del resto de los estudiantes cuando voy al centro junto a mi padre.

-Lo mejor para dar lo mejor -digo.

Nos encaminamos a los vestuarios y Aisha hace dos trenzas cocidas en mi cabello.

-¿Y cómo estuvo la fiesta? -le pregunto.

-¡Increíble! Mira -me enseña el vídeo donde le hace calzón chino a la chica rubia de los feos comentarios.

A d a l i n eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora