19 • Cruel Summer

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Parecía que mi madre percibía mi felicidad y que por eso decidió aparecer. No quiero creer que lo hace a propósito, pero cada vez que siento algo de paz, algo ocurre con ella.

-Addie -se pone de pie cuando me ve y camina hacia mí para abrazarme cuando llego a la casa de los LaRusso.

Yo me mantengo estática, pero no por mucho, mis manos suben lentamente a su espalda también.

-Hola Johnny -lo saluda a la distancia. Él sólo le da un asentimiento.

Cuando Robby llamó el él se ofreció a traerme, y yo lo obligué a quedarse.

-Ahora, ¿qué nos quieres decir? -dice Robby y me siento a su lado- ¿Nos mostrarás tus fotos en Cabo? -suena su resentimiento.

El señor y la señora LaRusso no intervenían, pero eran espectadores de la situación. Eso me incomodaba. Sin embargo, sé que es importante para Robby, como para mí es importante que papá esté aquí.

-Cabo fue un error -se sienta a mi lado mirándonos a ambos.

-Te lo dije -habla mi hermano sin mirarla.

-Lo siento mucho -la dejo acariciar mi cabello pero mi expresión sigue siendo dura. Sus palabras me enfurecen ¿de qué se disculpa ahora? ¿De irse con un tipo y olvidarse de nosotros? No es la primera vez que lo hace- Sé que estuve ausente para ustedes. Ha sido difícil para mí -¿para ella? ¡y qué hay de nosotros maldita sea!- Quiero hacer las cosas bien, pero tengo que irme de nuevo.

Vaya, no sabía que podía decepcionarme aún sin tener expectativas. Increíble.

-Bueno, -digo poniéndome de pie- buen viaje -mi padre me frena cuando paso por su lado.

-Adaline, creo que deberías escuchar lo que tiene para decir -me susurra, pero sonó muy fuerte para mí que usara mi nombre de pila.

-Si no fuera por ella, tal vez no te hubiera odiado por tantos años -digo, y soy consciente de que no necesito gritar para que todos en esta sala me oigan- ¿Y ahora dices que debo escucharla?

-Addie... -me llama mi madre en un susurro y volteo a verla.

-¿Sabes que ocurrió la primera vez que no me importó hacer algo que posiblemente te deprimiera? -sonrío amargamente- Fui feliz -la expresión en su rostro era prueba de que le di un golpe duro- Y sí, a veces sentí culpa por eso, por que tú tuvieras que sufrir para que yo sea feliz, pero ¿qué más daba? De repente tenía un padre, privacidad, amistades, una nueva pasión, algo que hacer por mí y sólo por mí. Motivación. Y no pienso renunciar a eso por tener la esperanza de que algún día tú cambies.

-Tienes razón -me dice- Por eso esta vez voy a internarme en rehabilitación -Robby voltea a verla y yo me siento culpable por no haber querido escucharla- Necesito ayuda, lo sé -admite- Me tomó mucho tiempo entenderlo. Pero, el alcohol, las pastillas... Tengo que cambiar, por ustedes -toma la mano de Robby y yo me siento a su derecha.

-Eso es genial, mamá -dice él.

-Lo siento. Debí escucharte, pero es que...

-Oh, no, cariño -sonríe y pasa uno de sus brazos por sobre mis hombros- No debes disculparte. Yo lo siento, por hacerte sentir así. Es mi culpa. Y Robby, no quiero que mis problemas con tu padre te pongan en su contra. Le importas, y te quiere en su vida -miro a papá que se ve movilizado por la situación- Puedes quedarte los LaRusso si lo prefieres -estos asienten- Pero tienes una familia.

De vuelta en casa me puse un vestido que tomé de la ropa de mi madre. Moon había organizado una fiesta en su casa y me hacía mucha ilusión saber cómo reaccionaría Hawk al verme así. No voy a mentir, lucía genial.

A d a l i n eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora