A d a l i n e

15 • Red

-Pa, tengo que hablar contigo -le digo cuando lo veo a la mañana- De varias cosas.

-Ok, -me mira cauteloso- dime -deja un plato de huevos y tostadas frente a mí.

-Primero, ¿estás seguro sobre dejar que Kreese sea sensei contigo? No digo que no sepa lo que hace, sólo que, no lo sé, me da mala espina.

-Cometió sus errores, pero merece una segunda oportunidad. No te preocupes, yo me encargo de eso.

-Ok, lo siguiente es... -suspiro- Robby está viviendo con los LaRusso -su ceño se frunce- Mamá se fue a México, ayer me dijo que se estaba quedando con ellos -veo lo mucho que le afecta y temo que decirle haya sido una mala idea- Prométeme que no harás una locura.

-¿Como qué? -hace su plato a un lado.

-No voy a darte ideas.

No habló en lo que terminé mi desayuno. Lo abrazo fuertemente por la espalda porque aún no se levantaba de la silla y yo debía irme.

-No vayas hasta allí ¿ok? No quiero que Robby te odie -le susurro.

-Tampoco yo.

-Ok, adiós.

Patiné hasta la dirección que me dijo Hawk y lo encontré allí recostado contra una columna. Su cabello ya no era azul, sino rojo, me agradaba.

-¿Qué hay aquí? -le pregunto acercándome.

-Vine a demostrarte no sólo que te quiero, sino que siempre lo haré.

Toma mi mano y me lleva hacia un sótano bastante increíble la verdad.

-Addie, él es Rico.

-Hola.

-Un gusto. ¿Listo? -le pregunta a Hawk y este asiente antes de quitarse la camiseta.

-¿Me la tienes? -la agarra aguantando el impulso de bajar mi mirada por su piel.

Dos horas más tarde, en las que estuvo en una silla mientras lo tatuaban, se levanto. La cresta de su halcón ahora era roja, y en su pecho llevaba mi nombre en unas bellas letras en cursiva.

-Eres un... -niego con una sonrisa- Estás loco.

-Tal vez -su rostro mientras me miraba cuando alzo la vista de su pecho me motiva a poner mis manos en su cuello y atraerlo a mí para besarlo.

Sus manos se aferran a mi cintura mientras las mías bajan en caricias por su espalda desnuda. Nos detenemos porque el calor iba a en aumento y no era el lugar para dejarse llevar ¿iba a detenerlo? Estoy segura de que no, jamás estuve tan excitada en mi vida como éste momento.

Pasa un brazo por sobre mi hombros y voltea a llamar a dos chicos de Cobra Kai.

-Hey imbéciles, agarren mi mochila y la de Addie.

-¿Por qué los tratas así? -le pregunto mientras salimos.

-Son nuevos, deben ganarse su puesto.

-Si fuera ellos, ya te hubiera arrojado tu mochila por la cabeza -se ríe.

-Lo sé -aparta su brazo sólo para unir nuestras manos.

-Entonces, ¿esto significa que eres mi novio ahora?

-¿Tienes alguna objeción? -me mira.

-¿Y si las tengo?

-Entonces, dímelas -sonrío.

-No tengo objeciones. Sólo condiciones.

-¿Cuáles son esas?

-No me forzarás a tener sexo -frunce su ceño y me mira.