El regreso de Sherlock Holmes

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-¡Buenos días, camaradas!

La voz de Hamlet resonó en los oídos de todos. John se apoyó sobre su codo y pasó una mano por su rostro. Greg se dio la vuelta y se cubrió hasta la cabeza con las sábanas. Edgar se sentó y frotó sus mejillas con las mangas del pijama de Greg que caía por sus hombros. El príncipe se acercó al rubio y plantó un beso en su mejilla antes de dejar la bandeja con bebidas calientes sobre el escritorio de la habitación. John formó una sonrisa torcida y soltó un gran bostezo.

-¿Qué hora es?- preguntó con voz ronca.

-Las cero seiscientas horas

-Cero seiscientas...¿Las seis en punto?

-Así es

-Silencio- gruñó Greg.

John tomó su almohada y se la lanzó a su compañero en la espalda

-Levantate, tienes entrenamiento

-Pero mamá..

Edgar pasó con cuidado por encima de Greg y bajó de la cama para acercarse al escritorio y tomar una de las deliciosas bebidas que había probado el día anterior.

-¿Cuándo podré ver a mi padre?

-¿Padre?- cuestionó el rubio.

John parpadeó tres veces antes de abrir aún más los ojos, mirar a los personajes y dejarse caer en el colchón.

-No fue un sueño, nada de eso fue un sueño- murmuró.

-¿Esos raritos siguen aquí?- preguntó Greg arrastrando las palabras contra su almohada.

-Sí, siguen aquí

Todos vieron hacia la puerta ante la nueva voz. Sherlock estaba de pie bajo el marco vestido con el uniforme del colegio y cargando un bolso negro. Victor estaba detrás con ropa deportiva y la chaqueta del equipo. Junto a ellos venían Richard III y La Criatura. Esta última entró en la habitación sin pedir permiso y se acercó a John, a quien abrazó sin previo aviso

-Hey, ¿qué pasa grandote?- preguntó John dándole palmadas en la espalda.

-Yo extrañé..a John

-También te extrañé amigo

-¿Vamos a desayunar?- preguntó Victor haciéndose a un lado en la puerta para que Edgar saliera del cuarto y se juntara con el Rey.

Greg miró con atención a los personajes, Edgar se cambió en las ropas que Hamlet le había dado el día anterior pertenecientes a él y John; en Richard se apreciaba la falta del pesado abrigo de piel y la espada, ahora llevaba una camisa negra y pantalones de traje; Hamlet tenía la ropa casual que le dieron cuando lo conocieron y La Criatura, ahora sin el ridículo saco turquesa, tenía una camisa color crema y pantalones grises, sus pies y cabeza seguían a la vista.

-¿Todos juntos, supongo?- preguntó sin esperar respuesta. Era obvio que estaban vestidos lo mejor posible para pasar desapercibidos ahora que todos eran visibles.

Los últimos en vestirse fueron John y Greg. Tomaron las bebidas que Hamlet muy amablemente había llevado y se unieron al grupo para ir al edificio comedor. Mientras cruzaban el campus, Hamlet hizo lento su paso para estar a un lado de John y tomó su mano. El rubio torció los labios en una sonrisa de lado y metió ambas manos unidas en el bolsillo de su chaqueta. Cuando iban a entrar al comedor, John divisó una sombra moverse al costado del edificio y se disculpó un momento para ir a investigar. Dio la vuelta al lugar buscando con la mirada la sombra o su dueño, cuando de pronto lo agarraron por detrás y le cubrieron la boca

-No grite, no queremos alarmar a nadie

Reconoció el acento y el trato de usted. Se separó bruscamente y volteó para encarar al detective con sus característicos rizos y la bufanda azul que le habían prestado.

וAnti-héroes Literarios•×Where stories live. Discover now