Greg estaba intentando rascarse el pie con un palito de helado cuando John y Sherlock llegaron a verlo.
-¡Greg!
-¡John! ¡Gracias a Dios estás bien!
-¿Te empujaron? ¿Quién fue? ¿Pudiste verlo?
Greg apartó las manos de su amigo que inspeccionaban su rostro frunciendo el ceño en una mueca de molestia y preocupación. Pasó su mirada entre John y Sherlock no estando seguro en cuanto peligro lo pondría revelar la verdad, pero debía arriesgarse para protegerlos.
-Fue Hamlet. Pero no Jim, sino... Ya saben
-¿Hamlet... te empujó? ¿Quiso matarte?
John, más que sorprendido, se oía molesto. Odiaba que se metieran con sus amigos y enfrentaría a cualquiera que siquiera lo intentara, no importa si era un príncipe, un rey loco o una mente criminal.
-Te dije que estaba loco. Todo por leer su libro. Hay que tener cuidado, evitar que los demás hagan lo mismo. Podrían desencadenar cualquier tipo de desastre
-Ahora hasta los nuestros quieren matarnos- se quejó Sherlock. -¿Cómo lo mantendremos lejos si te sigue a todos lados como perro?
-Suena a que encerrarlo es la única opción- dijo John.
-¿Quieres encerrar al futuro rey de Dinamarca?
-¿Por qué suena a que encuentras todo esto divertido?
-Es ridículamente gracioso si lo piensas bien
-Okey chistositos, ¿qué vamos a hacer?- preguntó Greg impaciente.
John negó y miró a cada uno con lástima.
-No lo sé. Están pasando muchas cosas, todo en un par de días, no... No puedo tener respuestas para todo. No siempre sé qué hacer
-John, tú naciste para ser capitán- Greg se sentó mejor con un quejido de dolor y sonrió a su amigo. -Eras el capitán del equipo y ahora eres nuestro líder. Ellos te ven como su rey, no lo piensan dos veces antes de seguir tus órdenes. Eso es porque tienes la grandeza en ti...
-¿Eso no es de una película?
-Y ellos pueden verlo. Confiaron en ti desde el momento en que te vieron, no importa si te pareces o no a alguien de sus mundos. Ven la bondad en tu rostro y perciben la amabilidad en tu corazón. Eres un líder nato, John. Respuestas o no, siempre sabrás que hacer. ¡Así que hay que ganar este partido! ¡Llévanos a la victor– Ay, ay, ay...
John soltó una risa y le bajó el brazo a su amigo con cuidado.
-Gracias Greg, pero no te emociones tanto
-Tsk, nisiquiera puedo alentar como es debido
-Lo que dijiste es más que suficiente. Lo mejor es descansar hasta que sepamos que hacer o hasta que algo suceda primero
Dicho y hecho, un grito seguido de una conmoción llamó la atención del trío. John y Sherlock dejaron la enfermería prometiendo a Greg reportar todo más tarde y corrieron al campus. Había un grupo de muchachos rodeando algo en el césped, alguien llamó por la enfermera. Se abrieron paso entre los estudiantes a empujones, John vio con horror la escena frente a él.
A los pies de todos se encontraba el príncipe melancólico de cabello negro, un charco de sangre era su corona y el césped húmedo su lecho.
-Me preguntaba cuánto más pasaría hasta que alguno fuera visto por estudiantes, pero esto es macabro
John ignoró las palabras de Sherlock y se agachó junto al príncipe. Sus manos temblaron al querer tocarlo, temía al tacto frío de la vida abandonando un cuerpo, pero cuando tomó valor para tomar su cabeza sintió calidez en la nuca y un suave pulso en el cuello.
-Aún vive...- murmuró.
Sin importarle su ropa, alzó al joven príncipe en brazos sosteniéndolo contra su pecho y corrió de vuelta a la enfermería. Greg se sorprendió cuando entraron de golpe y vio como dejaban a alguien en la camilla a su lado. John revisó con prisa todos los gabinetes y cajones tomando todo lo que encontrara y sirviera para salvarlo.
-¿Quién..? ¿Qué..?
-Es Hamlet- dijo Sherlock antes de acercarse a John. -El sangrado proviene de la boca
-¿La boca?
-Hay que levantarlo o se ahogará con su propia sangre
Entre los dos mantuvieron al pelinegro sentado, Sherlock escuchó su pecho un momento y entonces le metió dos dedos a la boca.
-¿¿Qué haces??
-Le salvo la vida
En segundos el príncipe vomitó sobre las sábanas recuperando conciencia y comenzó a toser. Sherlock lo miró consternado alejándose unos pasos. Jadeando para recuperar el aire, Hamlet se llevó las manos a la garganta con desesperación y comenzó a soltar agonizantes sollozos que horrorizaron a los chicos. Temblaba agresivamente, sus ojos recorrían paranoicos el lugar sin reparar en la presencia de aquellos tres, soltando lágrimas de desesperación y miedo. Sufría por su propio cuerpo, era una auto tortura que era incapaz de detener.
-¿Q-Qué le sucede?...
-Su...- John miró a Sherlock cuando habló, miraba sus dedos ensangrentados con horror. -Su lengua... Le cortaron la lengua
Su rostro se tornó pálido y corrió al baño de la enfermería para vaciar su estómago totalmente asqueado.
-John. ¡John!- Greg logró captar la atención del rubio y señaló al príncipe con la cabeza. -Está sufriendo. Debes dormirlo
-¿Dormirlo?...
-¡Reacciona, John! ¡Puedes hacerlo! Usa morfina o algo así, con suficiente de eso podrás calmarlo
-Morfina... ¡Sí! ¡Un calmante!
Sacudió la cabeza saliendo de su estado de shock y buscó una jeringa en los cajones, encontrando también un frasquito de morfina sellado. Agarró la mayor cantidad que pudo con la aguja, tragó saliva y se la clavó como pudo al príncipe. Sus gemidos de dolor fueron disminuyendo notablemente hasta que solo se lo escuchaba sollozar en silencio con las manos cubriendo su rostro. Los chicos lo vieron con lástima, John puso suavemente una mano en su brazo.
-Hamlet, ¿puedes mirarme?
El príncipe movió la cabeza en negación.
-Solo quiero ayudar, confía en mí
El príncipe dudó, pero lentamente fue apartando las manos hasta que su rostro fue visible. Sus ojos se notaban cansados por la morfina pero lo peor era su boca. Toda su mandíbula inferior estaba cubierta en sangre, tenía el labio partido y de la comisura izquierda nacía un corte hacia la mejilla, seguramente resultado de la mutilación. John tomó un algodón de los que había dejado a los pies de la camilla, le puso alcohol y lo acercó a la cara del príncipe.
-¿Está bien si te limpio?
-...
Hamlet asintió, aunque cerró los ojos con miedo por la cercanía, pero sintió la gentileza en el trato de John y su cuerpo se relajó. No mucho después su cara estaba libre de sangre por fuera y los cortes desinfectados, lo más difícil era tratar el interior.
-Prueba con hielo
Ambos vieron a Sherlock cuando volvió a aparecer. El mas alto le pasó una bolsa de hielo al príncipe.
-Chupala. Mantenla en tu boca lo que sea necesario
-¿Para qué es eso?
-Va a entumecer la zona, entonces podemos suturar
-¿Y cómo quieres suturar una lengua?- preguntó Greg.
-Yo no lo haré, pero tengo entendido que a Holmes le gusta experimentar con cuerpos
John miró a Hamlet preocupado y sintiéndose cada vez más culpable por todos los que salían heridos a costa suya.
YOU ARE READING
וAnti-héroes Literarios•×
FantasíaDespués de pasar la noche en vela realizando un trabajo para su clase de literatura, un joven John Watson del siglo XXI despierta rodeado por tres personajes clásicos de la literatura inglesa, todos con el mismo rostro. . . . ❕Personajes de las adap...