Acto Noveno

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Hamlet subió las escaleras de caracol hasta el segundo piso de la biblioteca y se acercó a la criatura, esta estaba de cuclillas sobre un viejo sillón de cuero.

-Gracias por cuidar mi libro, criatura amiga- miró hacia el fondo de los pasillos y hacia el primer piso por el balcón de cristal- ¿Dónde está Holmes?

-Tomó muchos libros y..se fue

-¿Irse?- dio un pisotón en el suelo a modo de capricho y apretó el libro a su pecho- ¿Sin nosotros? Eso no se puede perdonar ni dejar. ¡En tus pies, bestia! Iremos en su búsqueda

La criatura tomó inesperadamente al príncipe de la cintura y lo sostuvo bajo su brazo. Se acercó a la escalera y, bajo la horrorizada mirada del joven, se subió al pasamanos para deslizarse en sus pies hasta llegar a la planta baja, donde aterrizó graciosamente. Dejó ir a Hamlet cuando estuvieron en suelo seguro.

-Eso fue impresionante, ciertamente estoy asombrado por la gracia que posees aun con tu horrible apariencia

-Todos me temen..Huyen de mí

-Yo no te temo y no huiré. Debemos permanecer juntos como John lo pidió. ¿Estás de acuerdo, bestia?

-Yo respeto a John y..quiero hacerlo felíz. Pero no me llames bestia.. soy un hombre como tú

-A pesar de tus proporciones duplicadas, eres un hombre tal y como dices. Dispensa mi rudeza al expresarme, no llevo intención de daño alguno

-Te perdono si te vuelves mi amigo..

-Puedes apostarlo por la corona de Dinamarca. Ahora, en busca de nuestro compañero

Corrieron hacia la gran entrada y asomaron sus cabezas, Holmes no estaba lejos. Lo veían ocultarse entre los edificios y las sombras. Echaron un vistazo al campo, John se veía demasiado ocupado entrenando como para notarlos. Siguieron al detective, siempre pegados a las paredes, y lo sorprendieron en el edificio de habitaciones.

-¿Qué hacen aquí?- preguntó Holmes.

-¿Tú qué haces aquí? John dijo que debíamos permanecer en la biblioteca

-Mira quien lo dice, el príncipe que escapó para jugar con Watson él solo

-Lo único que deseo es participar en actividades amistosas y divertidas. Si John esta ahí o no me es indiferente

-Puedo notar como miente a pies de distancia. Abstengase de avergonzarse a sí mismo, príncipe

Hamlet bufó y apartó a Holmes para dar unos pasos y admirar la sala común que se abría a la derecha de la entrada. Un salón con largos sillones forrados, algunos en círculo alrededor de pequeñas mesas, un hogar al fondo que mantenía caliente el espacio y varios estantes con libros.

-Para ser otro siglo no veo diferencias de cultura. Aún se promueve la lectura en salones compartidos y las fogatas dan calor

-Creo que el fuego es falso. El aire caliente parece salir de esa cosa en el techo, contrario a un ventilador o un abanico- señaló Holmes mirando la calefacción.

No había nadie allí mas que un muchacho y compañía, tres hombres de vestimentas negras esparcidos en los sillones, el más joven miraba por la ventana. El detective no tardó en reconocer a uno de ellos y se ocultó tras la pared que separaba las secciones; Hamlet, en cambio, avanzó hacia el grupo sin temor ni duda.

-Buenas tardes, compañeros. ¿Puedo hacerles una pregunta? Si no os molesta, claro está

El muchacho se dio la vuelta y los otros tres hombres se pusieron de pie, el príncipe no parecía consternado en absoluto.

וAnti-héroes Literarios•×Where stories live. Discover now