Identidad recuperada

114 21 35
                                    

Aprovechando la caída de la noche en esos momentos, Sherlock cruzó al edificio de habitaciones y regresó a la enfermería con todo el grupo siguiéndolo.

-Solo necesitamos a Holmes- dijo John.

Sherlock se aclaró la garganta y los señaló uno por uno mientras daba su explicación.

-Le expliqué la situación al detective y él sugirió que trajeramos a la bestia también. La Criatura no quiere quitarle los ojos de encima así que vino para vigilarla y el príncipe no quiso quedarse solo. Victor ya regresó a su habitación

-Bueno, el resto al que no llamé quédese en un rincón. Holmes, ¿sabes suturar una lengua?

-He practicado

-¿Puedes hacerlo en una persona viva?

-He visto a Watson hacerlo. Puedo intentar

-Bien

Se acercaron a la camilla donde yacía el príncipe agonizando con agudos sollozos como si fuera un perro. Holmes lo tomó de la barbilla y le echó un vistazo a su boca antes de mirar a la bestia.

-¿Smaug, verdad? Acércate

-¿Para qué lo quieres?- cuestionó John apreciando la enorme figura del dragón cuando estuvo a su lado.

-¿Puedes entenderme, no es así?- preguntó el detective ignorando al rubio. Smaug asintió. -Lo que succionaste de John, el sedante, ¿aún lo tienes en tu sistema?

El dragón humanoide abrió grandes sus fauces y soltó un gruñido gutural, de sus colmillos entonces comenzó a gotear un líquido verde que John reconoció como el sedante que le habían inyectado.
Holmes actúo rápido, tomando un vaso descartable y juntando todo el líquido posible, luego lo absorbió con una jeringa y lo utilizó para dormir al príncipe poniéndolo en paz.

-Con eso será suficiente. Ahora déjenme trabajar

-¿Cuánto tiempo tardará?

-No sabría decirle, pero no espere despierto

John asintió dejando todo en sus manos, se despidió de Greg y se fue a su habitación seguido por todos los demás. Sherlock le deseó las buenas noches en el pasillo, prometiendo verlo a primera hora en la mañana, y regresó a su cuarto dejando a John solo con La Criatura, el segundo príncipe y la bestia.

Se dejó caer boca abajo en su cama quedándose en silencio por unos minutos hasta que los personajes oyeron sollozos ahogados.

-¿John?- La Criatura se arrodilló junto a la cama con las dos manos sobre el colchón intentando encontrar la mirada del rubio.

John giró la cabeza para verlo y contemplar su rostro. Herido, solitario y aterrador, ese era el monstruo de Frankenstein en las novelas, pero ahora solo veía a un ser vivo compasivo que estuvo protegiéndolo desde el principio.

-Lo siento

-¿Por qué John se disculpa?

-No sé si podré llevarte a casa

La Criatura se sentó mejor en el suelo y acarició con cuidado el suave cabello de John que tanto le gustaba.

-En mi "casa" yo no soy bienvenido. Fui perseguido con fuego en palos y atacado con piedras. No quiero volver. Aquí descubrí lo que es el amor. Quiero quedarme contigo

Con un largo dedo acarició la mejilla de John quitándole una lágrima e inesperadamente plantó un beso seco e inocente en sus labios. Hamlet apretó los puños y dientes furioso, pero lanzarse contra esa criatura sería un suicidio. Cuando se separaron del beso La Criatura sonrió y le dio una suave palmada en la cabeza.

וAnti-héroes Literarios•×Where stories live. Discover now