El sicario

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Jim paseaba por los pasillos de la biblioteca esperando que alguno de sus iguales se apareciera. Desde que Holmes escapó del sótano y ellos salieron en su búsqueda no los había visto. Estaba en el segundo piso, viendo los viejos libreros abandonados y los pocos libros olvidados en sus rincones. El lugar no era muy concurrido así que se convirtió en la base para los planes malvados del profesor.

Escuchó la pesada puerta de la biblioteca abrirse y se asomó al balcón de cristal, rápidamente retrocedió contra un librero al ver a Sebastian ingresar al edificio.

-¿Qué historias eran?

El rubio se perdió entre los estantes de la planta baja y Jim se hundió en el abrigo

-¿Qué está haciendo aquí? Ese cabeza de músculos nisiquiera lee- susurró para sí mismo. Se apoyó en manos y rodillas para arrastrarse hasta el balcón y espiar desde allí, vio a Sebastian rascarse la cabeza en señal de confusión.

-¿Cómo demonios está organizado este lugar?

-Por autor

El rubio levantó la cabeza y frunció el ceño al no ver a nadie, pero una cabeza fue asomándose a través del cristal del balcón y pronto el dueño estuvo de pie

-Jim

-Hey..

Sebastian miró los estantes frente a él y luego al chico

-Tienes mi chaqueta

-Si..

Moran formó una sonrisa torcida y soltó aire por la nariz. Caminó hasta estar de pie al final de las escaleras y puso las manos en los bolsillos de su pantalón.

-¿Qué haces ahí arriba, princesa?

-Solo recorría el lugar- respondió mientras comenzaba a descender.

Cerca del final, Sebastian extendió su mano hacia él. Jim la tomó con duda y bajó el resto de los escalones hasta llegar a su lado. Estando frente a frente y muy cerca, Jim apreció el firme pecho de Moran cubierto por la ajustada camisa del uniforme escolar, dos botones abiertos dejando ver su piel. Las mejillas del menor se calentaron y quiso retroceder unos pasos, pero tropezó acabando en los brazos del rubio cuando éste lo atrapó. Sebastian rió

-¿Estás bien, princesa?

-Estoy bien

Se alejó unos pasos de su compañero soltando su mano. Sebastian volvió a guardar las manos en sus bolsillos

-Hace frío aquí dentro. Ahora entiendo porque robaste mi chaqueta

-Solo la tomé prestada

Sebastian sonrió y estiró su mano para quitar una telaraña del perfecto cabello del mas bajo.

-¿Entonces dices que están acomodados por autor?

-Alfabéticamente. ¿Buscas algo en específico?

-Um.. Shakespeare

-Por aquí

Sebastian siguió a Jim a través de un pasillo de libreros, la biblioteca estaba oscura salvo por la luz del día que entraba por las ventanas.

-Que lugar más deprimente

-Aquí es

El rubio miró todas las obras y tomó la que John había mencionado.

-¿Hamlet?- cuestionó Jim.

Sebastian puso el libro bajo su brazo

-¿Sherlock Holmes?- preguntó.

וAnti-héroes Literarios•×Where stories live. Discover now