Ocho

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Capítulo ocho

Cuando Norma agarro su móvil y se sentó en un de las sillas del comedor visualizo los distintos mensajes que le había enviado Adriana, en donde se podía ver que se encontraba en alguna disco de la ciudad, sonrió feliz por ella mientras que los otros mensajes eran de texto normal en donde le avisaban que tenía buzones de voces y varios correos electrónicos, decidió primero escuchar los buzones de voz, para luego ir por los correos, mientras comía.

Marco el número que correspondía al buzón y comenzó a escucharlos en alta voz, los primeros cuartos no se escuchaba ninguna voz, hasta en el quinto buzón donde sólo se pudo oír la respiración llena de pesadez y después se cortaba la llamada, por desgracia todas estas habían sido en números privados; por lo cual ella no podía regresar la llamada, el sexto buzón el sonido de que alguien se aclara la garganta inundo el lugar y ella elevó la mirada hacia sus hermanos que escuchaban atentos a lo que ese oía.

—Sí ya terminaron de comer, vayan a lavarse los dientes, cambiarse de ropa que yo iré después a darles las buenas noches —ordenó quitándole el alta voz a la llamada y llevándose al oído el móvil para escuchar mejor quien era.

—Hola —escuchó ella, era una voz masculina, su mano donde tenía la tenedor que llevaba hacia su boca quedó suspendida en el aire —No sé, si te acuerdas de mi —expreso aquel hombre y Norma no salía de su asombró —Soy Serkan el hombre que conociste hace casi tres años atrás, en el bar que queda cerca de la universidad donde ibas a comenzar a estudiar.

>>Te llamaba para saber si podemos vernos hoy o mañana, tu dime el lugar y yo ahí llegaré. Esta vez si no llame en desconocido para que me regreses la llamada, besos mi bella Norma —se despidió el y ella bajo la tenedor en completo silencio sobre su plato.

Serkan le había llamado, sonrió sin poder evitarlo y marco el número de Adriana, quién le contesto de forma inmediata.

—¿Qué hay? —exclamó su amiga.

—Ésta en la ciudad —dijo levantándose y caminando de un lado a otro —Adriana él esta en la ciudad y quiere verme —expreso pasándose una de sus manos por el rostro.

—Sueltamelo al suave mi reina —habló su amiga arrastrando la lengua —Qué me he tomado varios tragos y ando media picada, pero no pendeja —aclaró —Ahora te llamó el melenas y quiere verte ¿Hasta ahí estamos bien? —le preguntó y Norma soltó una risita.

—Sí, me ha llamado seis veces Adriana —exclamó extasiada Norma —Y debo de decirte que jamás pensé que lo haría —murmuró.

—Amiga sí a mi me gustaran los coños y hubiéramos tenido un rollo, no dudaría en contactarte si vengo a esta ciudad —aclaró Adriana sacándole una carcajada a ella —Pero la cosa esta en si tú quieres verlo ¿Por qué así es verdad?

—Sí —respondió Norma, claro que lo quería ver aquel hombre era lo que una mujer podría desear en la vida —Pero no puedo salir, los niños no pueden estar solos —comentó.

—Pués hazlo que vaya a tu casa —resopló su amiga como si hablara con una niña pequeña —¿No te irás dentro de poco? Puedes darte de baja este semestre y disfrutar con melenitas bien rico. Aunque debes de hablar con los mellizos y decirles que tu novio llegará, no se amiga inventa algo para que no hagan tantas preguntas y sobre todo adviertele a él.

—¿Crees que es buena idea? —preguntó Norma temerosa.

Podría decirles eso a los niños, también debía de pensar en como se lo tomaría al saberlo.

—Puede que sí lo sea Norma, pero la decisión es tuya —añadió y ella rodó los ojos mientras sacudía la cabeza e iba para el cuarto de los niños.

Él es mi Daddy (AD #1)[SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora