Siete

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Capítulo siete

Norma al no ir a la universidad ese día, se había tomado parte del mismo a ordenar un poco el departamento o mejor dicho su habitación, junto a la que había pertenecido a su padre. Suspiro cuando escucho las típicas peleas de sus dos hermanos, mañana debía de estar al día con la universidad.

Decidió que no tomaría su móvil o computadora, porque no deseaba tener dolor de cabeza. Se había tomado un analgésicos porque el dolor comenzó en cuanto no más comenzó a agitarse, aunque no sabía porque le daba, ya que en ella era raro que pareciera de migraña.

—Norma ¿Podemos ver muñecos? —preguntó Mauro.

Hizo una mueca y termino por asentir, estaba componiendo los libros que tenía en la pequeña repisa, así ellos estarían tranquilos y no estarían con sus peleas a cada rato. Cuando él se marchó continúo componiendo los libros, abrió uno de estos y encontró una foto instantánea haciéndola sonreír, al ver quienes estaban ahí.

Es foto había sido tomada hacia casi cuatro o tres años; en ella se pudo apreciar así misma con una sonrisa grande y sus ojos brillantes, pensar en ese día lo que ocurrió durante aquella noche, hizo que su piel se erizará. Sus ojos se cerraron y su mente la llevo hacia esa fecha, podía jurar que la música la escuchaba en sus oídos, que la risa con su amiga Adriana la hacía sonreír y sobre todo recordó lo que pasó después.

Sacudió su cabeza saliendo de esos pensamientos, otra foto volvió a salir de entre las hojas del libro solo que esa vez era ella junto a él, se mordió el labio inferior antes de sonreír y deja ir una carcajada; aquella foto la guardaba con el son dr no recordarlo. Se pregunto que sería de su vida, se encogió de hombros sabiendo que tal vez él le había olvidado.

Y no le culpaba, porque también lo había olvidado un poco a él. Su nombre se repitió en su mente y luego en sus labios. Estaba loca jamás lo volvería a ver, se recordó guardando la foto donde antes había estado. Cuando terminó de ordenar su repisa, salió de ahí caminando hacia la cocina y pasando por dónde sus hermanos veían muñecos, no sabía que veían pero las carcajadas que soltaban le causaba una sonrisa a ella, se puso a realizar una cena rápida para después ir a descansar.

A pesar de que había dormido mucho, se sentía agotada y con mucho sueño, un bostezó salió de sus labios cuando terminó de servir los tres platos de comida, había preparado pure de papax arroz y un poco de jugo natural, llevo los dos platos hacia la sala donde observó como sus hermanos veían la televisión.

—Mis amores es hora de que coman —dijo haciendo que ellos la mirarán y asintieran dejando ir un bostezó —Vamos coman para que después nos vallamos a dormir —añadió.

Ambos hicieron caso, les dió los platos y ella regreso para traer los tres vasos de jugo y después hizo un nuevo viaje que está vez para traer su plato de comida, se sento con ellos y observó lo que veían, lo cual al final resulto ser Tom y Jerry, se rió por lo que daban. Y debía de admitir que tenía días de no reír así, cuando los tres terminaron de comer fue Mauro quien se levantó llevando lo platos y los vasos sucios hacia la cocina, regresando para acomodarse a su lado junto a Mónica.

Norma sonrio mientras les abrazaba con sus brazos, amaba aquellos niños.

—Los amo mucho mis amores —murmuró haciendo que ellos la mirarán y sonrieran.

—Nosotros también te amamos —respondieron bostezando.

—Vamos a dormir mejor —dijo viéndolos asentir —Mañana no podemos fallar a la universidad —añadió.

—Sí, extrañamos ir ahí —comentó Mauro —Pero ya mañana iremos y no la extrañaremos —murmuró.

Norma sacudió su cabeza y me dió un beso en la de ellos, mientras sonreía sus hermanos eran estrellas, se dijo asimisma.

Él es mi Daddy (AD #1)[SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora