Capítulo trece
Norma emitió un grito que no pudo retener cuando llegó al orgasmo, Serkan salio de ella y entró con fuerza, haciendo que su espalda golpeara contra la madera de la puerta. Aquella sintonía que mantenían el cual iba de suavidad a rudeza le encantaba, podía sentir como su cuerpo se preparaba para otro orgasmo que la dejaría en la luna o en Saturno. No le importaba realmente donde fuera a quedar con el segundo orgasmo que tendría, cerro sus ojos y su cabeza dio contra la puerta cuando se hizo hacia atrás sintiendo como contraía su interior el miembro de él.
Serkan jadeo en su oído penetrándola con una fuerza descomunal, todavía se preguntaba como era que podía estar así de pie y abierta para él, una, dos, tres y hasta seis estocadas, certeras que la hicieron gemir mordiéndose el labio. Sintiendo como oleada por oleada corría por su cuerpo y salía de su interior, jamás había experimentado algo cómo aquello.
Sus piernas temblaban, su piel transportaba y su corazón parecía que iba a salirse de su pecho.
—Serkan... —musitó ella con voz rota, tenía lágrimas en los ojos.
Lo que había sucedido no tenía palabra alguna, jamás había sentido algo parecido y ahora que lo sentía. Podía asegurar que su cuerpo estaba raro o tal vez era ella la que se sentía rara.
—Sí, mi niña eso es solo mío —musitó en su oído Serkan temblando igual que ella a causa del orgasmo —Solo yo he podido hacerte llegar a un estado donde te desconectas por completo de la tierra —murmuró.
Norma sacudió levemente su cabeza, la cual sentía que pesaba un montón sobre sus hombros.
Ella envolvió sus brazos alrededor del cuello de él, quién estaba igual o peor que ella, sentía que sí se separaba de él caería y se daría contra el piso. Él le bajo la pierna de su hombro haciendo que lo envolviera contra su cintura y hizo lo mismo con su otra pierna cargándola, para luego caminar hacia el baño donde la bajo con cuidado dándole un beso en la frente.
Al estar ambos desnudos, ella se quedó ahí de pie apoyada contra el lavado con los ojos cerrados; mientras trataba de recuperar su aliento. Todo lo que le había dicho a Serkan era verdad, ella podía sentirlo muy en el fondo de su corazón.
Cuando abrió sus ojos se encontraron con los de Serkan y ambos sonrieron; él le llamo haciendo que ella se acercará con pasos suaves y apoyándose contra la pared; cuando estuvieron juntos el le acaricio el rostro con cuidado mientras con su otra mano abría la ducha, dejando que el agua comenzará a caer sobre sus cuerpos. Ella sonrió y apoyo su frente en su hombro dejando que fuera el quien le pasara las manos por el cuerpo quitando el rastro de sudor que tenían, desde donde estaba podía escuchar el corazón latir de forma apresurada.
—¿Podremos dormir después de este baño? —preguntó en voz baja y sintió como el pecho de el vibro con una carcajada.
—Veo que estas cansada —respondió a cambio —Pero solo por hoy te dejaré descansar unas horas —murmuró dándole un beso en su cabello —Ya tendremos un poco tiempo para que disfrutemos de nuestros cuerpos —musitó.
—Me parece justo —expreso ella bostezando —Aunque solo podre dormir como dos horas —dijo sintiendo como el enjabonaba su cuerpo —Son casi las tres y ellos se despiertan a las siete.
—No te preocupes yo puedo cuidarlos por ti —comentó agachándose para lavarle su zona íntima —Así descansas más tu, mientras yo los conozco un poco a ellos.
—Eso sería digno de ver —dijo apoyando la cabeza contra la pared —Pero no quiero que te sientas responsable por algo que no debes hacer, se supone que has venido porque deseas pasar un buen momento. No para cuidar a mis hermanos.
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Él es mi Daddy (AD #1)[SIN EDITAR]
Roman d'amourLibro I de la Saga Amores Dulces COMPLETA[SIN EDITAR] La vida se ha encaprichado con dos personas, dicen muchas veces que las almas gemelas están destinadas a encontrarse sin importar el tiempo que transcurra. Es por eso que cuando la muerte decide...