Diecinueve

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Capítulo diecinueve

La noche y parte de la madrugada a Norma se le hizo corta, porque solo había sentido que sus ojos se cerraron cuando la alarma sonó, ella dejo ir un suspiro mientras dejaba que el agua corriera por su cuerpo, la cabeza le dolía y de eso ya llevaba tiempo con los mismos dolores.

Cuando decidió que había sido suficiente agua, salió de la ducha la cual debía de recalcar que era lujosa como todo el departamento, reviso su móvil viendo que en este tenía una notificación de mensaje, suspiro antes de vestirse, se decidió que usaría el conjunto de falda, no deseaba ir de pantalón, estaba cansada de usarlo por eso optó por esa opción.

Había elaborado el desayuno para ellos, no comió mucho porque tenía el estómago cerrado a causa de los nervios, bien habría optado por buscar fotos o información en Wikipedia de la empresa, pero no deseaba cometer un error, al saber que sus hermanos todavía dormían y el haber sentido que si no hacia algo útil durante el tiempo que le faltaba para que pasaran por ella, decidió que con tranquilidad limpiaria su cuarto y gran parte del departamento.

Algo que logro en solo hora y media, aunque le hubieran dicho misa de que no era necesario limpiar ella lo habría hecho, porque no era rica, jamás lo sería y sobre todo no llegaría un hombre que la sacaría de la pobreza de la noche a la mañana.

Tras colocarse la camisa que hacía conjunto con la falda, decidió que su cabello lo llevaría suelto con sus suaves hondas, se vio una vez más en el espejo y sonrió, se veía bien. Sus ojeras estaban ocultas por la magia del corrector, miro la foto de sus padres que estaban pegadas con un pequeño imán en el espejo, llevó las temas de sus dedos a esa foto y acaricio los rostros de ellos.

—Cuidenme —pidió sintiendo como los nervios se hacían presenten —Todo lo que hago es por ellos. Ustedes lo saben, todo es por mis hermanos y les prometo que daré lo mejor para que tengan todo lo necesario y no les falte absolutamente nada —prometió llevando sus dedos a los labios.

Agarró el bolso donde llevaba la tablet, el móvil de la empresa y el suyo propio, apoyando en su brazo la chaqueta no se la pondría hasta estar afuera, fue hacia el cuarto de sus hermanos donde les dio un beso en la frente haciéndolos suspirar y acomodarse más en la cama. Había dejando una nota para cada uno en sus mesitas de noches, y en la entrada que suponía que sería leída cuando llegará la persona que los cuidaría, observo la hora y tenia solo cinco minutos para estar abajo.

Salió del departamento, llevando las llaves que tenía consigo y entrando al ascensor donde se colocó la chaqueta, acomodándose el cabello. Un suspiro salió de sus labios evitando pasarse las manos por el rostro y los labios, se había aplicado un labial color rosado por lo que no deseaba que desapareciera con rapidez, cuando salió del ascensor y camino por el lobby, aún estando dentro del edificio pudo apreciar que la camioneta en la cual ayer había llegado se estacionaba, sonrió cuando visualizo a Diego, por lo que dedujo que Carl era quien manejaba esa vez.

—Buenos días —saludó ella sonriendo.

—Buenos días Norma —respondió Diego abriendo la puerta trasera para que entrará.

Ella le dio una sonrisa y entró llevando su mano hacia atrás evitando que se le subiera la falda y se le viera las bragas que se había colocado ese día, cuando estuvo adentro elevó su mirada hacia enfrente donde estaba un hombre de cabello negro, con unos ojos penetrantes y cuerpo digno de dioses, por la forma que los músculos se le marcaban en los antebrazos. Trago saliva fijando sus ojos en los de él, Erickson llevo una de sus manos hacia sus labios.

—Tu debes de ser mi nueva secretaria —musitó Erickson, mientras ladeada su cabeza.

Norma elevó el mentón y alzando una de sus cejas, mientras una sonrisa se formaba en sus labios; sintiendo como su rostro se calentaba con rapidez recordando lo que le había mandando a decir.

Él es mi Daddy (AD #1)[SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora