Veintisiete

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Capítulo veintisiete

Estaba tan encimada en sus pensamientos que cuando sintio la caricia en la parte interna de su muslo dio un pequeño brinco en la cama haciendo reir a Erickson, quien dejaba salir un pequeño bostezo. 

—Primero debes de leer y mandar firmado, además de escaneado el de la página —informó Erickson y Norma asintió llevandose una mano a su pecho.

—Me has asustado -mascullo ella respirando hondo -¿Tienes aquí el de la página? —preguntó.

—Sí —respondió el sonriendo —Aunque eso debes de entrar a tu correo —expreso pasando su mano por el cabello de ella.

—¿Y como tienes tu mi correo en tu móvil? —exclamó ella elevando una de sus cejas y Erickson sonrió.

—Cosas de la vida —respondio sonriendo ganándose un pequeño golpe en su pecho.

—Mira que si yo tengo cosas privadas ahí, las verás —murmuró ella riendo.

Erickson sonrió besándole su cabello mientras negaba con la cabeza.

—No tienes nada de que pueda leer y avergonzarte, porque tu pasado es eso tuyo y pasado —comentó agarrando su barbilla para que lo mirará —Ha mi me interesa este presente y el futuro, puedo tener celos de personas que hayan estado en tu pasado, pero no te reclamaría por algo que no viví contigo. 

Norma lo observo analizando sus palabras ¿Acaso ese hombre era la perfeccion en persona?

—Esos consejos deberías de escribirlo y realizar un libro para los hombres de hoy en día —exclamó ella sacudiendo su cabeza —Muchos creen que sacando en cara todo tu pasado los hace más hombres, más machos cuando en realidad solo los hace ver ridículos y estúpidos, sin cerebro —dijo bufando —Es como que en ves de tener dos testículos y un pene, tuvieran un coño.

—¿Por que un coño? —preguntó Erickson frunciendo el ceño.

Norma se mordió el labio tratando de no reir.

—Porque hay mujeres qué hacemos una tormenta en vaso de agua, añadiéndole que también sacamos las cosas en caras aun así hayan pasado años cuando nos enojamos mucho —musitó encogiendose de hombros —Pero deja de interrumpirme, primero me ire a bañar y despues debo de leer esto —exclamo.

El le dio un guiño antes de cerrar sus ojos y dejar ir un nuevo bostezo, Norma sacudio su cabeza ante aquello ya que verlo bostezar a ella le daban ganas de bostezar, se puso de pie estirando su cuerpo, porque lo sentia entumecido. Camino hacia donde el habia entradpo y cerro la puerta detras de si, se observo en el espejo que habia sobre el lavado y ladeo su cabeza. 

Su cuerpo estaba sonrojado, se dio media vuelta y se observo por encima de su hombro viendo que tenia las manos de Erickson repintadas en su gluteos, sacudio su cabeza. Aquel hombre era demasiado posesivo, no le molestaba para nada, pero tampoco deseaba tener rojas sus nalgas de por vida. 

Decidio que habia mirado suficiente ya que se metio a la duca y dejo que el agua comenzara a mojar su cuerpo, igual que su cabello. Sentia que el agua era una bendicion para sus musculos, se mordio el labio cuando un pensamiento de como Serkan lla habia bañado llego a su mente. 

¡Serkan era pasional, fuego y desde el fondo de su corazon deseaba que el fuera feliz! Se lo merecia, se estremecio pensando en como actuaria cuando supiera que tan solo un dia despues, mejor dicho horas despues de que el la hizo suya, otro hombre tambien la cogia, porque eso era lo que habia hecho Erickson. 

Fue cogerla, con palabras sucias, algunas que no llego a entender el significado que le estaba dando. Suspiro, porque sabia que el primero la juzgaria, todos la harian, pero nadie se ponia en su lugar, penso en su amiga Adriana tal vez ella seria la unica en que no la juzgaria, al contrario podria asegurar que palabras diria. 

Él es mi Daddy (AD #1)[SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora