Cincuenta y cinco

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Capítulo cincuenta y cinco

El primer pensamiento de Norma fue si podría caminar bien cuando se levantara, pensó dejando ir un suspiro, elevo su mirada hacia el rostro de su esposo y sonrió, las facciones de él eran suaves, de una persona que estaba satisfecha y como no si le había dado por donde le dio aunque bueno el no sufriria las conscuencias de tener sexo anal, se deshizo del brazo que le rodeaba la cintura y salió de la cama con suavidad tratando de no despertarlo, todavía se encontraba avergonzada por sus gritos.

No queria pensar que los invitados pudieran haberla escuchado, que sus hermanos la hayan escuchado, se estremecia de solo pensar ello. Cuando se libero de los brazos de Erickson lo observo desde donde se habia sentado, el era un hombre atento, dulce y ayer tambien fue dulce a la hora de hacerle el amor, un sonrojo cubrio su rostro antes de suspirar y ponerse de pie.

Camino con pasos silenciosos hacia el baño cerrando la puerta detrás de ella y sentándose en el retrete, dejó ir un suspiro cuando pudo liberar sus necesidades, pero cuando iba a bajar la llave del retrete pudo ver que había sangre en el; donde ha bia estado sentada y tambien dentro de este mismo, su mirada viajo a sus piernas donde también pudo ver como estaban con manchas de sangre y fue hasta entonces que el olor llegó a sus fosas nasales.

Dio un paso atrás apoyando su mano contra el lavado donde dejó caer varías cosas que estaban ahí, alertando a Erickson que entró sin llamar a la puerta y viendo sus piernas, de donde todavía salía sangre, la mirada de ella era llena de pánico y desesperación, los labios le temblaron haciendo que las primeras lágrimas cayeran por sus mejillas.

-Nuestro bebé -dijo ella en un susurró.

-No cariño -exclamó el acercándose a ella para llevarla a la ducha -Toma una dicha rápida, que yo busco la ropa y me mudo... para que vayamos a la clínica -dijo.

Norma sollozo asintiendo cuando el encendió la ducha dejándola sola con la puerta abierta, lo escuchó caminar por toda la habitación y dejar ir maldiciones, cuando ella salió él fue quien la seco con una toalla colocándole un blumer que tenía puesta una toalla femenina y un vestido rosa. Le tomo de la mano dándole tiempo a que se pusiera las pantuflas que usaba para dormir y salir de ahí, cuando llegaron a la escalera pudieron ver a Adriana sentada en el sofá. Ese mismo dia tenian cita con la ginecologa para que sucediera eso, aunque no sabian el porque del sangrado y lo sabrian cuando llegaran al hospital, ninguno de los dos queria que pasara lo mismo.

-¿Que sucede? -preguntó Adriana al ver la desesperación de Erickson y el mal color de Norma.

No entendia que sucedia, pero le daba un mala espina aquello. Ambos caminaron hacia la puerta donde la abrieron y salieron a tomar el auto que estaba estacionado ahi.

-Adriana cuida a los niños por favor -dijo el primero -Y pide que vayan a cambiar la ropa de cama, yo te aviso cualquier cosa -musitó abriendo la puerta trasera del auto y subiendo en el asiento de copiloto a Norma mientras el iba al del pasajero.

Los vio partir con una rapidez impresionante, cerró la puerta subiendo de dos en dos las escaleras hasta entrar a la habitación; fue cuando vio como la sangre manchaba las sabanas blancas y que un fino camino había hasta al baño, con un nudo en la garganta siguió el camino hacia el baño y pudo ver que este estaba manchado con sangre, se llevó una de sus manos a la boca para evitar que un grito saliera de sus labios.

Si Norma perdía a sus hijos la destruiría demasiado, cerró sus ojos pidiéndose a gritos que se controlara y realizar ella misma la limpieza de esa habitación, antes de que los mellizos entrarán. Mientras que en el auto Norma apretaba la mano de Erickson quien la observaba y pedia a Carl que manejara sin respetar las señales de tránsito, su único objetivo era llegar a la clínica, sentía como su corazón latía con un impune demasiado fuerte dentro de su pecho.

Él es mi Daddy (AD #1)[SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora