Capitulo 59

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Sungmin:-___________, prométeme que me dirás que me detenga cuando te sientas mal. Es importante para ti, pero también para mí. -me mira directamente en los ojos, y todo lo que refleja es sinceridad. Me habla en serio. Asiento. -no. Debes decírmelo, dilo. -
-prometo decírtelo. -espera y busca en mi rostro algo que le dé indicio o seguridad de lo que he dicho. Poco a poco se va dibujando una sonrisa algo perversa en su rostro. Dios... ¿Qué tendrá en mente?
Sungmin:-para hacer esto, debes confiar en mí. ¿Confías en mí? -asiento, pero confiar no es la palabra adecuada para describir lo que siento por Sungmin. Sungmin niega con la cabeza. -respóndeme. -bueno, vaya, ya entendí la dinámica. Quiere que hable.
-confío en ti. -susurro.

Sungmin:-si eso es cierto, te juro que no te vas arrepentir. -se sienta en su cama y me mira, como pensando que hacer primero. Yo me siento minúscula delante de él, mirándome con sus ojos intensos y oscuros. Esboza una pequeña sonrisa, luego alza su mirada a mis ojos, yo, naturalmente e inevitablemente me pongo nerviosa. -sé que no tienes mucha experiencia, pero necesito saber que tan lejos has llegado con alguien. -me mira expectante y me ruborizo. Lo más lejos que he llegando con un chico fue con él, precisamente. Y creo que lo sabe. En este campo soy realmente nueva e inexperta.
-fue contigo. -hago una pausa y miro hacia el suelo. -la última vez, cuando nuestros papás llegaron. -vaya eso le ha alegrado demasiado. Su satisfacción es palpable. Ríe abiertamente. No sé si es por la dicha de que haya sido con él o porque lo considera gracioso. Para mí, en cambio, es embarazoso.
Sungmin:-sí, eso sospeché. _____________ mírame, no debes sentirte avergonzada. Eso... no me gusta. -dice seriamente. Esta siempre sentado en mi cama y yo de pie. ¿Por qué? -esto es para ayudarte a ti, no a mí, así que empieza tu por quitarte... la ropa. -pero... ¿QUÉ? ¿Habla en serio? ¿Pretende que me quite la ropa con el mirándome? Ya me siento desnuda y eso que aun llevo toda la ropa puesta, pero es por su mirada, es muy descarada, es como si me desvistiera con solo el hecho de mirarme. -hazlo... ¿o prefieres que lo haga yo? -dice y lo miro, tiene una ceja alzada y esperando mi respuesta. Sé que no debo asentir con la cabeza, debo responder.
-prefiero que lo hagas tu. -se pone de pie y camina lentamente hasta mi. Me mira a los ojos, yo bajo la mirada, sus ojos me dominan, debo evitarlos a toda costa. Pero de inmediato Sungmin me alza la cara de modo que debo verle.
Sungmin:-debes mirarme, así sabré como te sientes realmente. -dice con suavidad y me resulta tremendamente sensual. Dios, mis hormonas se han alborotado, o más bien han despertada. Creo que hasta ahora nunca habían hecho acto de presencia, pero Sungmin las pone en acción. A mí me pone... en acción.

Sungmin pone sus manos a ambos lados de mi cadera, en el dobladillo de la blusa, empieza a quitármela lentamente, siempre mirándome a los ojos, deseo cerrarlos o al menos mirara hacia otra parte pero sé que no debo hacerlo. Aprovecho los pocos segundos que tarda sacándome la blusa por la cabeza para cerrar los ojos y caer en la cuenta de lo que estoy haciendo, de lo que Sungmin me está haciendo y de lo que Sungmin me hará. Realmente no estoy segura de que me va hacer. Me quita la blusa y me mira intensamente mi torso desnudo, cubierto solamente por el sostén. Toma un suspiro, tira la blusa y me lleva a la par de la cama. Me sienta y me quita los zapatos, es tan excitante. Y eso que soy consciente que apenas estamos empezando. ¿Podré resistirme? ¿Podré dejar a Jonghun de lado y enfocarme solamente en Sungmin?

Me pone de nuevo de pie, mete sus dedos, menos el índice y el pulgar dentro de mi pantalón, eso me hace sentir una electricidad extraña y desconocida para mi, que se extiende por mi estomago y llega hasta... ahí... justo en mi centro. Me desabotona el pantalón y luego baja el zíper. Las ansias me comen por dentro, me tenso porque sé que en segundos estaré en ropa interior delante de Sungmin y eso me hace sentir expuesta, muy expuesta. Baja el pantalón hasta mis tobillos, me da un golpecito en los tobillos para que alce los pies, alzo uno y luego el otro permitiéndole quitármelo con gran sutileza. Tira el pantalón y se pone de pie enfrente de mí, me mira buscado algo, pero ¿Qué?

LINDO ARROGANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora