LILY
Abro mis ojos al fin en la casa de millonarios, no sé la hora que es pero no es como que me interese tampoco. La primera sensación que siento es la de mi estómago vacío sin producirme nauseas o cualquier otra cosa parecida, el doctor me dio de alta ayer antes del mediodía, no me dio más medicamentos y su única recomendación fue que no comiera cosas pesadas.
Pongo mis pies en el suelo y de golpe siento la segunda sensación la cual es debilidad, me quedo como tonta viendo al mismo hasta que me digno a ponerme de pie sintiendo ambas sensaciones juntas. Trato de estirarme logrando que la tensión acumulada en mis músculos disminuya y por primera vez en mucho tiempo camino hasta hacer a un lado las cortinas abriendo las ventanas de mi habitación en busca de un poco de aire fresco. Contemplo la vista, casas modernas, naturaleza y una calle perfectamente hecha.
— ¿Cómo terminé aquí?
Me pregunto seriamente en voz baja porque no estaba acostumbrada a este "estilo de vida" en donde te dan todo, en donde te hacen todo y demás. Recuerdo que el primer año luego de todo lo que pasó, aprendí a hacer todo lo que contiene el oficio de una casa, el cocinar no se me iba mal pero odiaba con mi vida tener que lavar platos, aunque disfrutaba mucho lavar mi ropa, así como también los duros momentos de pasar una escoba para luego seguir con el trapeador.
¿Y ahora? Me mudé con estos y extraño esas pequeñas cosas las cuales no hago hace un año, obviamente que siempre vuelvo unas semanas a mi casa, pero mi madre me evita hacer esas cosas sepa Dios por qué.
Y aunque parece que me estoy quejando, no lo hago, sólo estoy haciendo una pequeña balanza en donde se ve la vida de los ricos y la vida de la clase media.
Rápidamente me decido por un por un baño, alisto una blusa de pijama blanca holgada y unos shorts, siento delicioso cuando el agua choca contra mi cuerpo, me enjabono el cuerpo y dejo que todo corra por unos minutos hasta quedar sin rastro del mismo. Salgo de mi baño y me pongo la dicha ropa que escogí, aplaudiéndome porque me siento cómoda.
Camino hasta estar al frente del espejo, arreglándome uno que otro detalle de mi cabello.
—Niña Lily, te traje almuerzo.
¿Almuerzo?
¿Qué hora es?
—Neni, ¿qué hora es?
Vuelvo a verla por encima de mi hombro, tiene una bandeja con una sopa que se ve exquisita y un gran vaso con jugo.
—Son pasadas de las 12:30pm mi niña.
— ¿Dónde están los chicos?
Me volteo caminando de vuelta a la cama, me recuesto pegada al respaldar, ella me sigue y se sienta al frente de mí poniendo la bandeja en la misma con mucho cuidado.
—Sólo sé que salieron, el único que está abajo es el familiar del niño Abraham.
— ¿Julio? —Pregunto tomando la sopa dándole el primer bocado.
—Así es.
—Dile que suba por favor.
Se retira dándome una sonrisa amable, yo mientras me concentro en terminarme la sopa la cual me sube un poco la energía junto con el jugo.
Mi celular que está en mi mesita de noche ilumina su pantalla captando mi atención haciendo que sonría por primera vez en el día al ver quién es.
Andy.
"Hola amix."
Tomo el celular con total emoción desbloqueándolo a la velocidad de la luz para responderle con un audio devolviéndole el saludo y preguntándole que como ha estado, cómo va todo con Sergio y si sabe de Amber.
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VOLANDO ENTRE LO AMARGO. Libro 2. [En edición].
RomanceDos años han pasado desde el acontecimiento de Lily y Thomas, dos años en los que no se han vuelto a ver la cara, dos años en los que Lily cambió no solo físicamente, sino también mentalmente, y eso también implica el que su manera de pensar cambiar...