THOMAS
Mis ojos se abren cuando siento unos labios suaves chocar con los míos dándome la vista de unos preciosos ojos verdes siendo bendecidos por la luz del sol que entra por la ventana, su mano acaricia mi cabello y la otra está sobre mi pecho.
Me toman tan solo segundos para que mi vista se aclare por completo y le detalle el rostro, es perfecto, suave y delicado, lo toco con una de mis manos y ella cierra los ojos disfrutando de la sensación.
Pero salgo de mi nube romántica cuando recuerdo lo que pasó en la madrugada y dejo a un lado mi egoísmo para pensar en que debo ir a ver si está bien, porque después de todo, es mi madre.
— ¿Me acompañas a casa? Mamá me llamo una buena cantidad de veces en la madrugada y aparte de eso me dejó mensajes de voz diciéndome que no se sentía bien.
Ella asiente y se separa de mí, dándome espacio para que me levante y me ponga mi ropa.
— ¿Quieres desayunar primero? neni hizo un desayuno riquísimo—. Asiento y seguido de ello la empiezo a seguir hasta que estamos bajando las escaleras—. Gracias por quedarte conmigo una noche más.
—Me dices eso y lo único que pienso es en decirte; te prometo que me quedaré muchas noches más contigo.
Le respondo y justo llegamos al primer piso, no me impresiona cuando veo la mesa llena de todo tipo de comidas, hay panes rellenos, huevos, reposterías, café, jugo de naranja, frutas, pancakes y demás cosas.
El primero en notar mi presencia es Jean logrando que todos vuelvan a verme, Lily me toma de la mano y me dirige a una de las dos sillas que están desocupadas, me siento y seguido ella se sienta.
Me siento extraño en esta mesa, me siento fuera de lugar y el que todos me estén viendo empeora mis pensamientos.
—Me gustan tus tatuajes—. Habla Dawson.
—Tu cara de chico malo ahora es más intimidante—. Le sigue Abraham.
—Tienes mucho potencial—habla San y por un momento me quedo pensando en lo que dice—, para... ser modelo o cosas así, he visto muchos como tú en revistas.
Ah...
—Volviste con Lily—. Mi vista se va a Jean.
—En realidad quiso decir que tiene celos—ahora me voy a ver a Mauricio—, algo parecido a lo que sentí cuando vi que estabas con Laila.
Hacemos contacto visual y me río interiormente porque quién sabe qué pasa por su cabeza con respecto a la relación mía con Laila.
—Laila es solo una amiga mía.
—Lily también lo era—. Se aclara la garganta San tomando un trago de su jugo y por un segundo pienso en reírme por su comentario.
—Lily siempre me gustó...
—Lo sé cariño, lo sé—. Se manifiesta Lily con un tono de diva ocasionando que todos se rían—. Así como también sé que con respecto a Laila, no va a pasar de ser una amiga—toma un cuchillo y un banano pelado, empieza a picarlo y entiendo a la primera su indirecta, sintiendo dolor en medio de mis piernas—, ¿verdad, amor? —Pregunta con sarcasmo y lo que hago es asentir como un perrito que está a su merced.
—Lily deja de hacer eso—habla Abraham con una mueca de dolor—, me duele...
—No te duele cuando... —San inmediatamente pone su mano en la boca de Dawson, callando lo que va a decir produciendo que me empiece a reír.
—Anda pendejo no le hagan caso a lo que dice.
—Tiene razón, no me duele cuando me la chupas—. Dice Abraham con total naturalidad y San inmediatamente quita la mano de la boca de Dawson para ver con total indignación al ser de ojos diferentes.
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VOLANDO ENTRE LO AMARGO. Libro 2. [En edición].
RomanceDos años han pasado desde el acontecimiento de Lily y Thomas, dos años en los que no se han vuelto a ver la cara, dos años en los que Lily cambió no solo físicamente, sino también mentalmente, y eso también implica el que su manera de pensar cambiar...