LILY
—Pretendo llegar hoy en la noche mamá.
Le informo, luego del pensamiento que tuve no pude no antojarme de ir a casa, de pasar tiempo en familia y sobre todo con ella. Está gustosa con la idea y más con la noticia de que será hoy que llegue.
—Te estaré esperando, cuídate mucho en el camino.
—Prometo que así será.
Termino la llamada y me enfoco en hacer mi bolso, empaco mi maquillaje, mi cepillo dental, así como también el de cabello, audífonos y una que otra cosa más.
También voy porque siento la necesidad de ver a Andy y a Amber, y si se da, pues ver también a Sergio. Veo el reloj rápidamente y no me alarmo al ver que son pasadas de las cinco, pero sí me tomo el tiempo de ponerme ropa holgada junto con unos tenis blancos.
Cuando ya tengo todo listo pido un uber el cual me dice que estará aquí en quince minutos, aprovecho el tiempo y bajo al primer piso en busca de algo para comer topándome con unas hamburguesas y unas papas en la mesa.
— ¿Julio esto es tuyo? —Exclamo para que me escuche sea donde sea que esté de la casa.
—No, es mío.
Siento que mi corazón se detiene cuando escucho su voz, alertándome haciendo que me dé la vuelta hacia él en un dos por tres y mis ojos se van directo a sus dedos los cuales sostienen una de copia de las llaves de la casa.
— ¿Quién te las dio? —Le pregunto con exigencia y la respuesta de él es simplemente empezar a caminar hacia mí.
— ¿Qué importa? —le resta importancia y cuando veo me obligo a detener el paso quedando contra el filo de la mesa, con él frente a mí viéndome con una sonrisa—, ¿cómo estás?
Mi corazón está a mil, siento mariposas en mi estómago y mis piernas tiemblan.
Con tan solo su maldita presencia.
— ¿Te importa? —Le respondo sin dejar que mis emociones se expongan.
—Bueno—empieza a hablar viéndome fijamente con las cejas un poco enarcadas—, esperé a que todos salieran de una mansión, conseguí la copia de unas llaves y ahora estoy parado frente a ti preguntándote algo que obviamente me importa.
No puedo dejar de verlo, tiene una mirada tan fría y por un momento, sólo por un momento extraño...
No...
Este es él, no al que conocí yo hace dos años y eso me lo tengo que mentalizar.
—Estoy bien, sólo no puedo comer cosas pesadas.
Le respondo cortante no porque quiera, sino por lo intimidada que me siento con él viéndome así, y todo empeora cuando lleva ambos de sus brazos a mis costados ubicándolos en la mesa, encarcelándome.
— ¿Eso quiere decir que no soportarías...?
—No—le respondo cortándole la inspiración—, estoy débil.
— ¿En serio? —mi cuerpo reacciona cuando me toma de la cintura alzándome sentándome sobre la mesa, separa ambas de mis piernas y se pone entre ellas— Qué mal... —su índice se desliza por la suave piel de mi cuello, pasando por mi clavícula hasta dignarse a pasarlo por en medio de mis senos provocando que me palpite mi intimidad la cual tiene una gran debilidad por él—, ¿no crees?
—No—respondo ahogando mis jadeos y volteo mi cara llevando mi cabeza hacia atrás cuando él empieza a acercar su rostro al mío—, no es para nada malo.
ESTÁS LEYENDO
VOLANDO ENTRE LO AMARGO. Libro 2. [En edición].
RomanceDos años han pasado desde el acontecimiento de Lily y Thomas, dos años en los que no se han vuelto a ver la cara, dos años en los que Lily cambió no solo físicamente, sino también mentalmente, y eso también implica el que su manera de pensar cambiar...