CAPÍTULO DIECINUEVE

35 3 0
                                    

LILY

—Vale, que es mucha información la cual procesar... —Dice Andy viéndome con la cara de culo más expresiva que he visto en mi vida—, estuviste con Abraham y San, un trío básicamente, luego Thomas se presentó en la fiesta de Halloween y también estuviste con él, luego estuviste con Abraham y Jean...

—Esta mujer está llena de dinero.

Ambos volvemos a ver a Amber por su comentario, está comiéndose unas galletas viéndose totalmente divina.

—Puro espermatozoide con dinero ha entrado por tu vagina—. Vuelve a verme con las cejas levantadas llevándose otra galleta a la boca.

No puedo evitar no reírme al punto en el que parezco una olla ejerciendo presión, Andy se une y luego Amber obligándose a llevar una mano a la boca para que la galleta no se le salga, pasando quince, veinte y treinta segundos de pura risa.

—Hay ocasiones en las que me los trago, pero...

— ¿Saben deliciosos verdad? —Habla Andy totalmente exaltado.

—Ahora sabemos que el esperma de Sergio sabe delicioso—. Amber se manifiesta con una cara coqueta, levantando y bajando una ceja varias veces.

—No lo niego—. Le responde Andy también con una mueca coqueta.

—Pues que les digo... —empiezo a hablar captando por completo la atención de ambos—la de Abraham es... creo que la más deliciosa que he probado.

—A Thomas no le gusta tu comentario—Dice Amber haciendo un dislike con su mano.

Me aclaro la garganta y como una diva llevo dos mechones de mi cabello hacia atrás.

—Thomas todo lo tiene delicioso.

­—Debe tener algún defecto—asegura Andy—, no sé cuál, pero debe tenerlo.

Su manera de ser con las personas, o al menos a como es conmigo.

—Se tatuó—ignoro lo que dice sacando el tema de sus tatuajes—, no recuerdo muchos porque realmente cuando se me presenta me enfoco sólo en verle la cara, en perderme en esos malditos ojos color miel, pero tiene una serpiente en modo de espiral en el brazo izquierdo, un micrófono muy diminuto y creo también haberle visto un corazón negro en el brazo derecho justo en el músculo.

— ¿Podemos hablar de lo poética que te escuchaste en las primeras palabras? Quisiera que alguien hablara así de mí—. Habla Andy haciéndome sonreír.

—Sergio te ve así—su expresión cambia un poco cuando digo eso—, no pongas esa cara, que bien sabes que sí.

—Sólo cuando estamos en un lugar privado, y no lo digo precisamente en la cama, sino no sé, en su casa, en la mía, pero en público... ushh...

— ¿Qué les parece ir a un bar el próximo fin de semana? —propongo— podemos tomarnos algo, puedes traer a Sergio—le recalco a Andy—, pasarla súper bien, hace mucho no nos veíamos y pues, ajá.

— ¡Por fin voy a hacer lo que leía en los libros que emoción! —Habla Amber y creo que si fuera un personaje de anime en este momento estaría con dos estrellitas en cada ojo—Absolutamente sí, acepto todo.

—No sé si Sergio quiera...

—Sí va a querer—no lo dejo terminar de hablar volviéndolo a ver—, créeme, deja esa inseguridad e invítalo.

—Vale—los nervios se apoderan de su cuerpo—, todo va a salir bien... mañana lo invito y todo va a salir bien.

—Así se habla—me quedo analizando por un momento la situación y vuelvo a unos años atrás, ocasionando que una sonrisa se apodere de mis labios—, quién diría que antes nos enfocábamos en estudiar y ahora vamos a entrar a la universidad, que en unos años seremos profesionales y seguramente nuestra vida cambie por completo.

VOLANDO ENTRE LO AMARGO. Libro 2. [En edición].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora