CAPÍTULO VEINTICINCO

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THOMAS

Las yemas de mis dedos se deslizan por el centro de su espalda sintiendo lo suave de su piel, está dormida y eso me ayuda a que pueda sonreír viendo al tejado aunque segundos después lleve mi nariz a su cabello, lo huela e inserte un tierno y delicado beso, logrando que se despierte.

Llevo mis manos a sus brazos y los deslizo por su piel viendo cómo me vuelve a ver, se quita un mechón de su cabello de la cara dejando en todo su esplendor el color de sus ojos.

—Necesito levantarme—me dice volviendo a acostarse en mi pecho—, me falta tomarme mi última pastilla del día.

— ¿Entonces por qué te vuelves a acostar?

—Porque me gusta aquí—desliza su mano por mi pecho—, me gusta escuchar los latidos de tu corazón.

El éxtasis del sueño la ponen romántica.

La tomo dejándola a un lado de la cama y no la miro cuando me levanto en busca de su bolso, hasta que recuerdo que ella no traía bolso.

— ¿Dónde está tu bolso?

—Mis pastillas están en el vestido que hiciste pedazos—lo busco con mi mirada hasta que doy con él, busco las pastillas y cuando doy con ellas las tomo y se las llevo—, hiciste mi vestido pedazos—dice viéndome cuando las toma con el ceño fruncido—, ¡mierda Thomas hiciste mierda mi vestido!

Se levanta como loca a tomar el vestido y cuando lo ve la mirada que me da sinceramente me da miedo.

— ¿Con qué voy a bajar ahora? —lo deja caer con una cara de decepción—No me digas nada—reclama caminando a la puerta que conduce al baño.

Ni le iba a decir nada.

Pero si tanto papeleo está haciendo por un vestido, le voy a dar mi camisa ya que el que sea enana le ayuda a que parezca un vestido, así que me pongo a buscarla hasta que la encuentro. Escucho sus pasos y veo sobre mi hombro cómo se va a la cama cubriéndose con las sábanas enojada.

Camino rodeando la cama poniéndome al frente de ella, no se digna a verme obligándome a tomarle la barbilla.

—Se te verá como un vestido—le estrecho la mano con la camisa—, y con los zapatos te verás 20/10.

— ¿Planeas bajar sin camisa?

— ¿No te dije que empezaría mi carrera como stripper? Hoy es el día gracias a ti.

—Qué gracioso.

Se vuelve a levantar y una vez más su mirada queda fija en mi polla.

—Ve a limpiarte—le tomo la mano para levantarla mientras la examino hasta que mi mirada queda fija en... — ¿estás segura de que solo necesitas la camisa? —se me queda viendo confundida—, no te quitaste las bragas—le guiño el ojo mientras que veo como los de ellos se abren en sorpresa—, suerte que mi camisa sea bastante larga—me río cuando su mano hace contacto con mi brazo dándome una palmada que me deja ardiendo por segundos—, ya ve, quiero bajar.

Para que se den cuenta que te follé, que te dejé sin ropa, pero llena de mí.

—Pendejo.

Me dice pasando por mi lado, vuelvo a ver rápidamente hacia atrás deleitándome con el culo que se carga y me obligo a aclararme la mente yendo por mi bóxer y mi pantalón los cuales me los pongo rápido, tomo mi celular y por mientras ella termine me acuesto en la cama y veo si tengo alguna notificación, llevándome la sorpresa de mi vida.

Todo lo que soy se llena de nervios, de emoción, incluso tiemblo y siento como los vellos de mi piel se erizan al ver.

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VOLANDO ENTRE LO AMARGO. Libro 2. [En edición].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora