Sin importar sus intentos, aquellos desesperantes sonidos de retumbar le mantenían con inquietud, imposibilitando todo intento por obtener un mínimo de descanso, sobrepasando incluso a las casi acostumbradas torturas mentales que Lúika acostumbraba perpetuar dentro de su subconsciente.
Su estado de disgusto era compartido por la Banshee quien, al encontrarse viajando por el interior mental de la abisal, compartía la afectación de aquellos sonidos de origen desconocido, funcionando para distraerle y perder su objetivo de consumir los sueños de quién no lograba conciliarlo.
Giros inquietos, quejidos audibles y vanos intentos por cubrir sus aletas superiores de aquel desagradable sonido que era escuchado con mayor fuerza y rapidez a cada instante, culminaron en su furioso despertar, mostrando una expresión cansina mientras se apartaba del frío suelo de madera donde se le había permitido descansar.
Como agradecimiento por la ayuda, así como de la compañía por el resto del día, la anciana sirena le había permitido pasar la noche dentro de su local, funcionando además como un guardián oculto en caso de visitas indeseadas.
— Yo misma te arrancaré las aletas si ese ruido no desaparece —Amenazó la Banshee, surgiendo de su sombra mostrando su propio semblante de disgusto.
Se creyó en libertad de aquel disgusto tan pronto abandonará la mente y sombra de la abisal, enfrentando un trago amargo cuando aquel retumbar continuó taladrando su audibilidad.
Zirisé continuó presionando sus aletas, cayendo en desesperación cuando el retumbar solo incremento en fuerza y repetición, tomando entonces la decisión de abandonar con premura aquel sitio.
El exterior no generó cambio alguno, atrayendo las miradas curiosas de los guardias y vigilantes en turno junto alguno que otro transeúnte nocturno que le observó salir del sitio cerrado.
Siendo seguida también por la perturbada Banshee, avanzó con rapidez hasta el canal de agua más cercano, no importando el mojar la parte baja de su falda, sumergiendo sus pies y manos en espera de detener el ruido.
— ¿Qué es lo que intentas?
Su primer idea cayó en creer que se trataba de algún desconocido llamado de los suyos, razón por la que contactar a través del agua pareció una idea brillante, solo desechada cuando el sonido no se detuvo.
— "No sé lo que es, solo quiero que se detenga"
Su propio respirar perdió la harmonía, mostrándose acelerado y asfixiante ante el creciente nerviosismo y temor desconocido que le atacaba con fuerza; sensaciones de peligro injustificado.
Dos retumbares, por momentos sincronizados, perforaban sus aletas, ajenos y confusos a su entender, interpretados como un desesperado llamado al cual se mostraba incapaz de atender.
Junto a aquellos sonidos, murmullos crecientes captaron su atención, permitiéndole apreciar el nuevo centro de atención de los pocos seres vivos a su alrededor; todos observando la intimidante tormenta que lograba apreciarse a varios kilómetros de distancia.
La oscuridad que se había encargado de expandirse por una zona donde conocidos suyos se encontrarían.
Solo entonces las alertas cobraron sentido; estaba escuchando los latidos desenfrenados de quienes se encontraban en peligro.
Cautiva del entendimiento, se apresuró a escapar del canal de agua, tomando la mayor carrera que sus piernas le permitieron, ignorando los gritos y miradas de asombro y terror de todos los presentes que presenciaron su apresurada transformación y escape del lugar.
*
La confianza es el principal enemigo y fuente de debilidad, toda barrera y preparación caerá víctima de quienes toman la osadía de apremiar su salvación a las barreras del exterior, sin considerar que la amenaza verdadera tomara forma sutil, vulnerable y común; mostrar la naturaleza resulta el mejor disfraz.
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Onirkos
FantasyLos estragos del pasado continúan resonando cual eco en la vida de aquellos que se adentraron a las tierras desconocidas, enfrentando los males impensables y escapado en los mares de la tristeza y la perdida; el tiempo a pasado y algunas cicatrices...