Y Te Conocí ^Bughead^

Capítulo 2

—Vengo todos los días excepto cuando está lloviendo mucho. ¿Y tú?— Preguntó la rubia.

—Igual. A veces hace mucho frío o incluso llueve. En ese caso no puedo traerla. Pero mi hija ama este parque. La traigo desde que tiene menos de un año—

—Eso es fantástico, Jughead. ¿Verdad?— Preguntó.

—Exacto, Elizabeth— Le contestó con una sonrisa. —¿Quieres sentarte?— Invitó, haciéndose a un lado.

Betty miró a Milo, quien jugaba con la pequeña y luego volvió a mirar a Jughead y se encogió de hombros. —Mmmm no veo por qué no— Se sentó a su lado.

—Entonces... ¿A que te dedicas Elizabeth?— Preguntó.

—Soy publicista— Le contestó. —¿Y tú?—

—Escritor— Dijo Jughead, mirándola fijamente. Le parecía la chica más hermosa que hubiese visto.

Betty aclaró su garganta. —Eso es muy interesante. ¿Y tú hija? ¿Qué edad tiene?—

–Tiene cuatro años— Respondió Jughead, mirando a su pequeña con una sonrisa. —Es muy lista, curiosa y llena de energía—

—Es un encanto— Admitió Betty, mirando también a la niña y luego al chico. —Jughead... fue un gusto conocerte. Ya tengo que irme—

—Pero llegaste hace poco— Le recordó.

–Es que tengo algunas cosas que hacer en casa y Milo suele alborotarse. Pero... espero que nos podamos ver pronto— Dijo la ojiverde, sonriéndole.

—Fue todo un placer conocerte Elizabeth. Espero que podamos encontrarnos muy pronto— Le contestó, con una sonrisa y luego miró a su hija. —¡Emily! ¡Ven con el perrito mi vida!—

—¡Ya voy papi!— Contestó la menor, poniéndose de pie. —Ven Milo. Ven— Llamó al perro.

La pequeña fue hacia su padre con el perro tras ella. Era increíble la confianza que Milo le tuvo desde el principio a aquella niña pelinegra de ojos azules y profundos.

Emily llegó hasta su padre y lo miró a él y luego a Betty, y su sonrisa se borró. —¿Ya se van?—

—Ya tengo que irme pequeña. Pero no te pongas así. Estoy segura de que nos veremos muy pronto— Aseguró Betty, sonriéndole. —Y le caes muy bien a Milo—

—Milo es muy lindo. Quiero un perrito papi— Le pidió Emily.

—Ya te dije que estás pequeña para eso mi amor. Despídete de ellos— Exigió.

—Bueno... adiós Milo. Adiós Betty. ¿Van a volver?— Preguntó la menor.

—Claro que volveremos pequeña. Y no te preocupes. Estoy segura de que pronto serás grande y podrás tener un perrito. Fue un gusto conocerte— Se despidió Betty de la niña y miró a Jughead. —Hasta pronto Jughead—

—Hasta pronto Betty— Respondió Jughead, con una gran sonrisa que no se le borraba.

La rubia le puso la correa a su perro y se fue, dejando a un chico con una deslumbrante sonrisa que no se le borraba y a una pequeña niña con la ilusión de volver a verlos.

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Betty llegó a casa y después de soltar a Milo, lo alimentó y luego se tomó un refresco que había dejado en el refrigerador.

Su celular empezó a sonar y cuando lo levantó vio una llamada de su mejor amiga y también de Toni. Ésta negó con la cabeza y tomó la llamada.

En la llamada...