Capítulo 26

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Betty sonrió y acarició el rostro del ojiazul mientras lo miraba fijamente. —Yo... yo también te amo, Jug—

Jughead sonrió y volvió a besarla. Empezaron a devorar los labios del otro hasta que Jughead bajó sus besos al cuello de Betty, haciéndola jadear, ya excitada. El chupaba y succionaba la piel de su cuello hasta que empezó a bajar aún más.

Se separó y puso sus manos sobre el sostén de la chica y la miró como si pidiera permiso. Ella le lanzó una mirada que indicaba que aceptaba todo, y entonces él quitó su sostén lentamente hasta que dejó sus pechos totalmente al descubierto. Ella se sonrojó y bajó la mirada, y él pudo notar que tal vez Betty no se sentía muy cómoda con su cuerpo, aunque no era la primera vez que lo hacían.

—Rayos Betty... eres tan perfecta...— Murmuró, acariciándole el cabello. —¿Quieres que siga o me detengo?—

—Te doy el permiso de llegar a donde tú quieras, Juggie— Autorizó, acariciando su rostro.

Jughead sonrió y empezó a acariciar uno de los pechos de la rubia suavemente y luego se llevó uno a la boca. Ella arqueó la espalda contra él mientras éste seguía jugando con uno de sus pechos hasta que pasó al otro.

Él continuó con sus pechos y en un inesperado movimiento la tomó y la llevó hasta la cama. Ahí se posicionó encima de ella, sin dejar caer todo su peso, y otra vez atacó su cuello. Se separó para quitarse la camisa y luego volver a estar encima de ella, besándola.

Besó su cuello y luego bajó sus besos hasta sus pechos y continuó bajando hasta llegar a su abdomen, deteniéndose ahí en su vientre plano. Ella ya estaba desesperada por sentirlo. Tanto que ya incluso se había mojado. Y él ya se encontraba duro contra ella.

Él mismo bajó aún más sus besos hasta llegar a las bragas de la chica y lentamente se las quitó, para luego sumergir su cabeza dentro de ella, entre sus piernas. Ella empezó a gemir, moviendo sus caderas contra el, mientras éste se mantenía sumergido entre sus piernas. Ella sentía que no iba a poder más hasta que él se separó.

Betty lo miró y observó cómo él se empezaba a desabrochar los pantalones. Aquellos pantalones cayeron al piso junto con su ropa interior y su gruesa y firme erección quedó al descubierto. Jughead se colocó un condón para volver a posicionarse sobre ella.

Sus miradas se cruzaron y ahí fue cuando él entró en ella lentamente, sin dejar de mirarla hasta que ella cerró los ojos y empezó a gemir al ritmo con él mientras éste la embestía, acelerando de a poco la velocidad. Él continuó golpeando en el interior de la rubia, cada vez con más fuerza y velocidad. Ella abrió un poco más sus piernas y le facilitó aún más el acceso mientras éste seguía golpeando en su interior.

No pararon. Justo cuando ella sentía que iba a enloquecer de placer y él sentía que iba a acabar con ella, su muy esperada liberación los golpeó con una fuerte oleada de placer, alcanzando su orgasmo.

Cuando los dos se recuperaron de esa sensación, cayeron abrazados a la cama, intentando regular sus respiraciones. Betty trazaba pequeños círculos en el pecho desnudo de Jughead mientras éste acariciaba su cabello rubio y desordenado.

De repente Betty empezó a reír, haciendo que Jughead la mirara, extrañado.

—¿Que pasa?— Preguntó Jughead, mirándola.

—Nada— Negó, dejando de reír. —Es solo que... ¿Que acabamos de hacer?—

—Nada. Solamente tuvimos una pequeña ronda de sexo— Respondió, besando su cabeza.

—Y hablando de cosas pequeñas... ¡Emily!— Exclamó la rubia, sentándose sobre la cama de golpe. —Tú hija podría despertar en cualquier momento—

Y Te Conocí ^Bughead^ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora