Jughead Jones se convirtió en padre soltero siendo muy joven y su hija se volvió su único amor, hasta que un día conoció a una hermosa rubia que le da un giro a su pequeña familia
Pasó una semana y las cosas se calmaron. Jughead se mantuvo al pendiente de Betty, aunque ésta ya estaba en perfecto estado. Todo marchaba bien, pero no del todo. Aún había un tema pendiente que tratar y tanto Jughead como Betty lo sabían.
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Hoy sería el primer día en el que Emily iría a la primaria. Eso era emocionante y un poco aterrador, tanto para Emily como para su padre. Por esa razón, Jughead llevó a su hija a la escuela junto a su hermana Jellybean.
—Te amo pequeña. Pórtate bien. ¿Si?— Le pidió Jughead, agachándose frente a ella y besando su frente.
Emily asintió, un poco asustada. —¿Y si no les caigo bien?— Preguntó.
—Eres la cosa más dulce del mundo. ¿Quien no te amaría pequeña traviesa?— Le preguntó JB, haciéndole cosquillas.
—¡No tia!— Se negó la menor, empezando a reír.
Jughead soltó una pequeña risa. —JB, la vas a poner como un tomate en su primer día de clases—
—Tienes razón— Admitió JB, soltando a su sobrina. —Ahora ve porque se te hará tarde—
—Emily, ve mi amor. Te va a ir bien— Aseguró Jughead, sonriéndole.
Emily asintió con una pequeña sonrisa y dio la vuelta para caminar hacia la escuela, pero volvió a mirar a su padre y lo abrazó. —Eres el mejor papi del mundo—
—Te amo. Ahora ve porque se te hará tarde— Advirtió Jughead.
—¡Adiós tia Jelly!— Se despidió también de su tía para irse corriendo hacia la escuela.
Jughead la miró y vio cómo se integraba con los demás niños de inmediato y juntos se iban al interior de la escuela. Cada día se sentía mas orgulloso de su hija.
—Jughead— Le habló JB. —Ahora que Emily no está, ¿Lo vas a hacer?— Preguntó.
Jughead la miró y suspiró. —Tengo que hacerlo. No podemos seguir en esto o no terminará bien—
—Bien, pero solo quiero pedirte algo— Avisó JB. —Tienes que ser honesto con ella y por favor, por favor no la lastimes—
—Mis intenciones no son esas— Negó el ojiazul.
—Jughead, Betty es una chica increíble. Tú sabes que tus amigas nunca me cayeron bien además de Cheryl. Pero Betty es única. No la dejes ir. No merece que la lastimen o que jueguen con sus sentimientos— Dijo JB.
—Lo se. Betty es increíble— Admitió, con una sonrisa. —Bueno... Vámonos—
JB asintió y subió al auto con su hermano mayor. Éste la dejó en su casa y luego condujo hasta la casa de la rubia para tener esa conversación pendiente con ella.
Se mantuvieron en contacto en toda la semana que pasó, pero sin tocar aquel tema pendiente. Y hoy, él estaba totalmente dispuesto a aclarar las cosas.
Llegó a la casa de la ojiverde y estacionó el auto. Bajó del vehículo y tocó la puerta.
Betty abrió la puerta, con Milo en sus brazos, y sonrió al ver al pelinegro frente a ella, aunque éste no tuviera tan buena cara.
—Jug, sabía que vendrías— Dijo Betty, sonriéndole. —Ven— Lo invitó a pasar.
Jughead entró a la casa con ella y ambos se sentaron en un gran sofá de la sala de estar.
—Buen chico— Le habló Jughead al perro mientras lo acariciaba sobre su regazo. —Betty, Emily fue a la primaria hoy—
—¿De verdad?— Preguntó Betty, con un brillo de orgullo en sus ojos. —Oh, debe estar asustada—
—Lo está, un poco. Pero tengo una hija muy valiente— Presumió el chico, con una sonrisa. —Pero... en realidad vine a hablar sobre algo contigo—
—Lo se. Sobre nosotros. ¿Verdad?— Le preguntó.
Jughead asintió y tomó aire. —Betty... lo primero que debes saber es que mis intenciones no son jugar contigo o lastimarte—
—Esas tampoco son mis intenciones. Pero estamos jugando con fuego y fingimos que no sabemos lo que estamos haciendo, pero si lo sabemos. Por eso necesito que seas claro conmigo— Pidió Betty.
Jughead dejó a Milo a su lado en el sofá y tomó aire. —Betty... desde que te conocí, te convertiste en alguien muy importante para mí y para mi hija, mas que a nadie. Sabes que esa niña te adora—
—Y yo la adoro a ella. Jamás me encariñé tanto con un niño— Admitió Betty.
—Y por eso eres especial para nosotros. Incluso mis amigos y mi papá y mi hermana te amaron cuando te conocieron. Sabes ganarte el cariño de todos los que te rodean y por eso tienes un lugar especial en mi corazón— Aseguró Jughead, poniendo una mano sobre la de ella.
Betty sonrió y lo miró. —¿Y eso que significa? ¿Que quieres decir con eso?—
—Yo...— Tomó aire y cerró los ojos. —Perdón por confundirte Betts. Pero... no creo que pueda darse nada entre nosotros—
—¿Que?— Preguntó Betty, con los ojos cristalizados. —¿A que te refieres?—
—Me refiero a que todo lo que hemos hecho está mal y no debió pasar. Porque como me dijiste, los amigos no se besan ni tienen sexo. Eso fue un error— Admitió Jughead, con los ojos cristalizados.
—Pero... ¿Y si todo eso cambiara? ¿Y si no fuéramos sólo amigos?— Preguntó Betty, tímidamente.
—Betts, no puedo— Se negó Jughead, limpiándose una lágrima que se le había escapado. —Eres muy especial para mí, pero no en ese sentido—
—Pero Jug... yo pensé que... pensé que tal vez... qué tal vez había algo especial entre nosotros— Confesó Betty, con las lágrimas saliendo de sus ojos.
—Betty, no lo hay. Lo que pasó entre nosotros no debió pasar. Lo siento— Se disculpó, desviando la mirada.
—¿Entonces jugaste conmigo? ¿Solo me usaste?— Preguntó, con la voz quebrada.
—Esas no fueron mis intenciones. Perdona si lo entendiste así. Perdóname Betty— Se disculpó, poniéndose de pie y retirándose.
Betty lo vio irse. Lo vio atravesar esa puerta e irse como si no hubiese pasado nada. Cómo si dejarla así de herida no le hubiese importado.
Ella solo se quebró en llanto cuando notó que él de verdad se había ido. Se sintió usada para un rato, pero no entendía por qué. Ella se había ilusionado.
Milo se acercó a ella y lamió su cara para darle ánimo. Ella lo tomó en sus brazos y abrazándolo continuó en llanto. Lo que acababa de pasar le dolía demasiado.
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Eso fue duro 💔🥺 pero más adelante sabrán por que Jughead prefirió esto 👀
