Capítulo 45

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—¡Ya basta!— Pidió Emily, bajando las escaleras y acercándose a ellos. —¡Ya no griten! ¡Ya no seas así papi por favor!— Le dijo, mirándolo.

Jughead miró a Fp mientras éste lo miraba mal y luego miró a su hija.

Cuando miró fijamente a su hija, fue como si algo se quebrara dentro de el. Vio el miedo y la decepción en sus inocentes ojos azules y ahí empezó a recordar el comportamiento que había tenido con Betty, los niños y el resto de su familia en esos últimos días.

Lo estaba haciendo mal. Muy mal, y él lo sabía, aunque una parte de él no quisiera admitirlo hasta ver el daño que le hacía a su familia y a él mismo.

—Papi...—Murmuró Emily, aún mirándolo fijamente y con los ojos cristalizados.

Jughead suspiró, bajando la mirada. —Recoge tus cosas y vamonos Emily—

—Aún no termino de hablar contigo hijo. Mi niña... ¿Quieres irte con tu papá?— Le preguntó Fp, agachándose frente a ella.

—No tienes que irte con él si no quieres— Sugirió JB, bajando las escaleras hasta llegar a ellos. —Jughead, deberías dormir en la calle y así papá y yo podríamos ir a ayudar a Betty con los gemelos—

—Si me iré con papi— Avisó Emily, mirando a los más grandes. —No quiero dejar a mami y a mis hermanitos solos—

—Deberías aprender de tu hija, Jughead— Sugirió Fp. —¿Segura de que te irás con tu papá?— Le preguntó a la niña.

Emily asintió y tomó su mochila para luego tomar la mano de su padre. En realidad no quería irse con el, pero si quería estar con Betty y los bebés.

—Adiós tia. Adiós abuelito— Se despidió la menor.

—Adiós mi hermoso terrón de azúcar— Contestó JB, mirando a la niña con tristeza.

—Te amamos pequeña consentida— Le recordó Fp, lanzándole a su nieta un beso al aire. Su nieta era su consentida y su completa adoración, incluso un poco más que sus hijos.

Y así Jughead salió de la casa de su hermana sin decirles una palabra y ayudó a la pequeña a subir al auto para luego subirse él y empezar a conducir a casa.

Iba por el camino en silencio y analizando la situación. Sabía que había hecho mucho daño y una parte de él quería solucionar esa situación, aunque la realidad es que se había dejado llevar de emociones negativas.

Emily iba detrás y miraba a su padre conducir en total silencio, sin decir ni una palabra. Estaba muy estresada por la situación que vivía últimamente y se preocupaba por la mujer a la que considera su madre y por sus hermanitos de tan solo seis meses.

Al llegar a casa, Jughead estacionó el auto y en cuanto él y Emily bajaron, escucharon el llanto desgarrador de los gemelos llorando desesperadamente junto a los ladridos de Milo. Desde afuera se podía escuchar que la casa era un caos.

Jughead tomó a su hija de la mano y al abrir la puerta principal, vieron a Betty con ambos bebés en brazos. Éstos dos lloraban sin parar, pero Betty permanecía tranquila y paciente, solo meciéndolos en sus brazos, esperando a que se calmaran mientras Milo ya iba dejando de ladrar al notar la presencia de Jughead y la niña.

—¿Que está pasando aquí? La casa es un caos— Se quejó Jughead, cerrando la puerta principal y entrando a la casa.

Betty los miró y sonrió, aunque con algo de tristeza. —Emi, amor, llegaste— Murmuró, aún meciendo a los bebés que seguían llorando desconsoladamente en sus brazos.

Emily se acercó a ella y la abrazó como pudo. —Los extrañé mucho mucho mucho—

—Yo más a ti mi vida— Respondió Betty, sonriendo hasta que vio a Jughead.

Y Te Conocí ^Bughead^ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora