Capítulo 5

561 46 78
                                    

Se fueron tres meses que fueron muy positivos para todos. Betty y Jughead se veían todos los días en el parque y mientras Emily jugaba con Milo, ellos sostenían siempre una agradable conversación y se conocían aún más.

Una hermosa amistad había dado inicio. Emily no podía estar un día sin ver a Betty y a Milo, y Jughead tampoco soportaba los días que no la veía.

Aunque cada vez se conocían más, Betty no contaba mucho sobre ella y eso era misterioso para Jughead, pero para no incomodarla no le hacía muchas preguntas.

Una hermosa amistad que se fortalecía cada vez más, pero que hacía que ambos se sintieran extraños.

<<<<<<<<<<<<<<<<•••>>>>>>>>>>>>>

Un viernes en la tarde, Betty se encontraba poniéndole la correa a Milo para llevarlo al parque, como ya era costumbre.

El día se había convertido en una completa agonía para ella mientras esperaba este momento tan esperado del día. De tan solo pensarlo, una sonrisa se formaba en su rostro.

Trató de no volar tan alto con sus pensamientos y salió de su casa con su fiel amigo peludo. Caminó por las calles hasta llegar al parque, ansiosa por encontrarse con aquel chico alto de abundante cabellera negra y ojos profundos, pero lo extraño es que no lo encontró en el lugar de siempre.

Estaba confundida y al mismo tiempo decepcionada de no haberlos encontrado en donde solían juntarse.

—¡Por aquí Betty!— Gritó una voz conocida.

Betty se giró a mirar a aquella persona y al ver de quien se trataba, sonrió. –Jug... ahí están—

—¡Por aquí!— Avisó Emily, quien estaba sobre una pequeña bicicleta.

Betty se acercó a ellos con Milo a su lado. —Por un momento pensé que no habían venido—

—Estuve enseñándole a Emily a andar en bici— Respondió Jughead, mirando a su hija con una sonrisa. —¿Quieres mostrarles lo que sabes amor?—

—¡Si! Mira Betty, mira Milo— Presumió la menor, empezando a andar en su bicicleta.

–¡Eso es!— La animó la rubia, aplaudiéndole.

—Esa es mi niña— Admitió Jughead. —No te alejes mucho mi princesa— Miró a Betty. —Cumplirá cinco años dentro de poco y me dijo que no quiere cumplirlos sin saber andar en bici—

—Es muy lista— Dijo Betty, con su mirada fija en aquella niña. —Siempre he admirado a los niños. Son tan... tan alegres y tan puros... siempre ven el lado bueno de todo y siempre tienen esa energía tan especial... si algún día me toca tener una hija... me encantaría que fuera como la tuya— Confesó, mirándolo.

Jughead sonrió. —Gracias Betts. Verdaderamente estoy orgulloso de mi pequeña— Hizo un silencio. —¿Has pensado en... tener novio? Digo... ¿Hay alguien especial en tu corazón?—

—Espera— Lo detuvo. —¿Que dijiste?—

—Que... que te pregunté si había o hay alguien especial en tu...

—No es eso—

—No cambies de tema Betty— Le pidió, divertido y nervioso a la vez.

—No estoy cambiando de tema. Es que... me llamaste por un apodo— Le dijo, soltando una risa.

Jughead la miró, confundido, pero cuando se dio cuenta de lo que había dicho, se sonrojó y bajó la mirada, nervioso. —Rayos... lo siento Betty. No quise...

Y Te Conocí ^Bughead^ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora