Jughead Jones se convirtió en padre soltero siendo muy joven y su hija se volvió su único amor, hasta que un día conoció a una hermosa rubia que le da un giro a su pequeña familia
—Pero antes debo decirte algo muy importante. Emily... necesito que tomes a Milo y vallas a tu cuarto—
—¿Que está pasando Jug?— Le preguntó Betty, acercándose a él y cruzando los brazos.
—Oh no... ahora es igual a la pesadilla que soñé cuando yo estaba durmiendo— Habló Emily, amenazando con llorar.
—Nena...— Murmuró Jughead, acercándose a la niña y agachándose frente a ella. —No va a pasar nada malo. Solo que mamá y yo tendremos una conversación de adultos y por eso necesitamos que estés en tu habitación cuidando a Milo—
—No me gusta cuando tienen conversaciones de adultos porque siempre son cosas malas— Confesó Emily, con miedo.
—Pero no es nada malo mi vida. Es bueno, muy bueno, pero tú no puedes escuchar porque es una sorpresa— Mintió Jughead, fingiendo una sonrisa.
—Bebita... más tarde papi y yo hablaremos contigo. Ahora lleva a Milo y ve a hacernos un hermoso dibujo a mi y a papá, pero sin despertar a los bebés. ¿Bien?— Propuso Betty, sonriéndole a la niña.
Emily asintió con una pequeña sonrisa. —Está bien, eso si me gusta. Ven Milo— Aceptó, tomando a Milo en sus brazos para subir a su habitación.
Betty suspiró, viendo a la niña subir las escaleras y luego miró a Jughead, seria. —¿Ahora que quieres? Ya sabes en qué quedamos y aún debemos hablar con Emily sobre nuestra decisión—
—Eso lo hablaremos después y creo que después de lo que te diré no será necesario— Aseguró Jughead, con una sonrisa.
—Emilia no es Emilia. Es su hermana y se hizo pasar por...
—Espera— Lo interrumpió. —¿Emilia no es Emilia? ¿Qué cosas estás diciendo?—
—Te juro que te estoy diciendo la verdad. Hoy me encontré con ella en el bar y me...
—¿Estuviste en el bar? Diablos... con razón hueles a alcohol— Reprochó Betty, enojada. —No quiero que estés cerca de los niños cuando estuviste tomando. Además... ¿Que cosas estás diciendo? ¿Que Emilia no es Emilia? ¿Acaso tiene una hermana? ¿Su gemela? Nunca lo mencionaste—
—Es que yo tampoco sabía que tenía una hermana. Nunca lo supe. Hoy me fijé en una marca que tenía en el cuello y me di cuenta de que Emilia nunca la tuvo y...
—¿Como viste esa marca en su cuello? ¿Estuviste con ella? ¿En el bar? ¿Tomando alcohol?— Preguntó Betty, enojada.
—No me estás escuchando Betts. Si es cierto que fui al bar y tomé algo de vino... pero fue solo eso. Emilia fue hacia allá y cuando vi su marca de nacimiento en el cuello le pregunté y ella lo confesó. Su nombre es Helena y es hermana gemela de Emilia. Son idénticas. No sé por qué se hizo pasar por la mamá de mi hija pero no es ella— Insistió el ojiazul.
—Oh cielos...— Murmuró Betty, pasándose una mano sobre la cara, frustrada. —Estás loco, Jughead. ¿Como saber si eso es verdad o no?—
—No te estaría mintiendo con algo así, Betty— Aseguró Jughead.
—Y si fuera cierto... ¿Que cambiaría?— Preguntó la rubia.
—Solo quería hacer algo para evitar que nos separemos— Confesó el chico, dando unos pasos más cerca de ella mientras la miraba fijamente. —No quiero separarme de ti—
—Ya la decisión está tomada— Dijo Betty, seria, con las lágrimas a nada de salir de sus ojos.
Jughead iba a contestar cuando se escuchó el llanto de uno de los bebés e inmediatamente se escuchó el llanto del otro.
—Tenemos mucho que hablar. Ahora iré por mis bebés— Avisó la ojiverde, retirándose hacia las escaleras.
—Voy a ayudarte— Se ofreció Jughead, siguiéndola.
—¿Sabes? No te he necesitado para cuidar a los niños mientras no estabas. Estabas muy ocupado tomando alcohol en el bar— Avisó Betty, entrando a la habitación de los bebés y tomando a Ethan en sus brazos mientras éste lloraba.
—Betty, no tome de más. Apenas me tome una botella de vino— Aclaró Jughead, tomando en sus brazos a Emma. —Betty... tienes que creerme—
—No lo sé, Jughead. No discutamos ahora para qué Emily no nos escuche— Reprochó Betty, saliendo de la habitación de los bebés con Ethan en brazos.
—Pero vamos a hablar— Aseguró Jughead, siguiéndola con Emma en brazos.
Los dos, con los gemelos en sus brazos, entraron a la habitación de Emily, pero lo extraño es que solo encontraron a Milo, quien lloraba y daba vueltas por la habitación.
—¿Emily?— La llamó Betty, mirando a su alrededor, asustada. —¡Emily!—
—No estamos jugando a las escondidas Emily. Sal de donde estés— Exigió Jughead, mirando la habitación de su hija mientras calmaba a la bebé en sus brazos.
—¡No es divertido Emily!— Gritó Betty, poniéndose nerviosa mientras aún buscaba a Emily.
En eso Jughead sintió que su bolsillo vibró y cuando sacó su celular, era una llamada de ese número que él ya conocía muy bien y su corazón se heló.
En la llamada...
—¿Que quieres? Éste no es el momento para que estés molestando— Reprochó Jughead, enojado.
—Está con su tía favorita, Jughead— Dijo Helena, con una risa malévola. —Necesito dinero para irme de aquí. Si valoras la seguridad de tu hija, búscame en el callejón del bar—
Fin de la llamada.
La llamada finalizó y Jughead sintió su corazón detenerse. Su hija mayor estaba en manos de una mujer que podría estar haciéndole cualquier cosa.
—Jug... ¿Que pasa? ¿Con quien hablabas?— Le preguntó Betty, extrañada.
Jughead la miró seriamente. —Lo siento Betty. Esa loca tiene a mi hija—
Betty sintió su corazón detenerse y su respiración se aceleró. —¿Que? Ella estaba aquí hace un momento—
—No se como pero ella la tiene. Estuvimos muy ocupados discutiendo y no sé cómo, pero ella la tiene. Yo la escuché, Betty. Ella me llamó— Aseguró el ojiazul, alterado.
—¡Entonces hay que salir a buscarla!— Exigió Betty, asustada. —Dejemos a los bebés con Cheryl y Toni. Ni tu papá ni tu hermana se pueden enterar—
—Ella dijo que está en el callejón del bar. Dejemos a los bebés con Cheryl y Toni y vamos a rescatar a mi niña— Avisó Jughead, saliendo de la habitación con Emma en brazos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
