05 - Trixx

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Adrien no sabía qué esperar cuando llegó a clase al día siguiente. Tenía mil preocupaciones en la cabeza: el ultimátum de Su-Han, el hecho de que hubieran pasado tres días y Hawk Moth no hubiera movido ficha... y también el súbito silencio de Plagg, que entre los nuevos poderes de Chat y la repentina aparición de la Orden se había vuelto un poco arisco.

Adrien supuso que la historia entre Plagg y la Orden no era agradable, a judgar por cómo el humor de su kwami parecía agriarse cada vez que Adrien le preguntaba por el tema.

―Son una panda de estirados ―fue lo único que logró sonsacarle a Plagg.

Al final, Adrien desistió. Tuviese lo que tuviese Plagg contra la Orden, si no quería hablar de ello, él no iba a presionarlo.

En fin, el caso era que Adrien tenía mil cosas en la cabeza cuando llegó a la escuela al día siguiente, y tener que lidiar con Marinette no era una de ellas. Nino le había prometido que la extraña actitud de su amiga se le pasaría en seguida y Adrien le había creído, porque Nino sacaba su información de Alya, que era una fuente fiable. Sin embargo, cuando Adrien llegó a clase e intentó saludar a Marinette, esta escondió la cabeza tras su libro de biología y no le devolvió el saludo.

Adrien se quedó con la mano en alto y un puchero que no se le pasó por alto a nadie.

¿Qué había hecho mal? ¿Cómo podía compensarlo?

Adrien no entendía nada.

―No te preocupes. Se le pasará pronto ―trató de consolarlo Nino, aunque ni siquiera él lo tenía claro.

Cuando Adrien se sentó y comenzó a sacar sus libros, Nino giró la cabeza hacia atrás y le dirigió una mirada cargada de intención a Alya. Sin embargo, ella le contestó con un encogimiento de hombros que significaba «Lo siento, pero no puedo hablar de ello».

Nino se enfurruñó. Hacía no mucho se habían prometido no ocultarse nada, ¡y ahora le decía que no podía explicarle algo que le estaba haciendo tanto daño a su mejor amigo! Tal vez Ladybug se había enfadado con ella por no mantener en secreto a Rena Furtive, discurrió Nino, y por eso Alya pensaba que debía poner nuevos límites. Aun así, se sintió muy traicionado.

Miró a Adrien, que se había convertido en un pozo de tristeza.

Si Marinette seguía ignorándolo por más tiempo, Nino no estaba seguro de ser capaz de sacarlo de ese agujero.

Lila entró en clase justo detrás de Adrien, así que tuvo una vista privilegiada de cómo Marinette lo ignoraba por completo y cómo el humor de él decaía en consecuencia

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Lila entró en clase justo detrás de Adrien, así que tuvo una vista privilegiada de cómo Marinette lo ignoraba por completo y cómo el humor de él decaía en consecuencia. Al principio, no supo si sentir alegría por la brecha que se estaba abriendo entre ellos o envidia porque a él le importase tanto. Pero luego vio a Chloe y una tercera emoción se abrió paso entre las otras dos: la satisfacción de descubrir una oportunidad inesperada.

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