¡He vuelto! Ha pasado un tiempo, lo sé. La uni me mata, pero ahora que tengo vacaciones, a ver si puedo ponerme al día con este fanfic.
Aquí va un capítulo largo. ¡Espero que os guste!
Marinette no tenía ni idea de quiénes eran esas dos mujeres ni qué querían de ella. No habían dicho ni una sola palabra desde que la habían secuestrado en Le Grand Paris y la habían llevado en volandas hasta la azotea del Edificio Montparnasse.
Por supuesto que Marinette se había resistido. Había forcejeado con uñas y dientes e incluso le había pegado un mordisco a una de ellas. De hecho, se había peleado tanto que el viajecito desde Le Grand Paris hasta Montparnasse le había pasado factura a su vestido rojo, cuya falda ya exhibía un par de descosidos como si fueran heridas de guerra. Sin embargo, ambas captoras estaban usando un miraculous, así que Marinette —inofensiva e indefensa Marinette— no era rival para ellas.
Al final se había rendido. Había aceptado que no podía luchar sin sus poderes contra la tortuga y el dragón y se había dejado llevar. Ahora ambas mujeres la custodiaban como los leones del Congreso de Madrid: inmóviles, impertérritas, como estatuas.
Marinette no estaba maniatada ni la habían puesto entre rejas, pero se sentía tanto una prisionera como si lo hubieran hecho. Por si fuera poco, había intentado hablar con sus captoras —para razonar con ellas o engañarlas, le daba igual— pero las dos mujeres no respondían a sus preguntas, ni siquiera daban señales de haberla escuchado.
Simplemente se mantenían serias como estatuas, una a cada lado, evitando que Marinette huyera o quisiera levantarse de la caja de madera en la que la habían obligado a sentarse. Vigilaban cada movimiento suyo como halcones, pero no parecía importarles nada más.
De hecho, no parecían humanas, fue el pensamiento fugaz que cruzó por la cabeza de Marinette.
«¿Sentimonstruos?», se le ocurrió, y se estremeció.
Marinette se removió incómoda en su asiento y les echó un vistazo discreto, intentando captar —sin muchas esperanzas— algún signo que le dijera si eran verdaderos sentimonstruos o Hawk Moth había encontrado nuevos aliados.
La primer mujer era mayor, rubia y alta. Llevaba encima el miraculous de la tortuga y, pese a la poca favorecedora capucha, era preciosa: tenía una cara redondeada, pero una barbilla puntiaguda y unos ojos enormes, como los de una barbie. El cabello rubio le caía en una trenza sobre el hombro y su figura esbelta hubiera sido la envidia de cualquier modelo de París.
La segunda no era una mujer, sino más bien una chica. Llevaba el miraculous del dragón que normalmente pertenecía a Ryuko. Tenía el cabello oscuro recogido en dos coletas a ambos lados de la cabeza, un cuerpo menudo, y...
Marinette contuvo el aliento en cuanto cayó en la cuenta.
Joder, era como mirarse en un espejo. La segunda chica era clavadita a ella misma. Marinette no podía discernir sus rasgos bajo la máscara, pero le hizo recordar a Sentibug, ese clon de Ladybug que Mayura había creado y tan cruelmente asesinado cuando ya no pudo controlarla.
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Última jugada
FanfictionDespués de Strike Back, Hawk Moth se encuentra en posesión de todos los miraculous. Marinette le hace el vacío a Adrien en clase. Chat trata de animar a Ladybug mientras oculta su propio dolor. Y Félix trama sus propios planes. Pero entonces Adrien...