Wang's Countryhumans Café

Una pieza faltante/A missing piece/Mảnh ghép còn thiếu

Eres mi amigo. A veces más que amigo.

Cuando te conocí, eras un tipo divertido y enérgico. Conocí a mucha gente en esos días. Solía tener muchos conocidos, desde Asia hasta Europa y América. Tú y yo perseguimos el mismo ideal. Me ayudaste mucho. Si te lo dijera, probablemente no sabría por dónde empezar, y probablemente me sentaría toda la noche revisando todo.

Déjame echar un vistazo...

De alguna manera, me haces sentir que quiero dar todo en mi vida para estar a tu lado. ¿Fue un milagro? Jaja, eso tiene sentido, pero no lo es. Todos sabemos que los milagros no son reales. Excepto por el milagro del embargo estadounidense. Lo que me motivó a hacerlo fuiste tú. Es la forma en que sonríes, la forma en que me miras, la forma en que perseveras a través de todo. Tú venciste las heridas que aún no cicatrizaban, tú venció las quemaduras de las bombas y balas de guerra. Me hizo admirarte tanto.

Y poco a poco, hay algo más que admiración, más que amigos, más que compañerismo.

No sé si el sentimiento era real, o solo sentimientos temporales. Discutí conmigo mismo, un lado me dijo que siguiera adelante, el otro lado me dijo que solo me verás como un amigo. Empujarte solo traerá heridas a los dos.

Elegí estar en silencio.

Este sentimiento me hace sentir más incómodo frente a ti. No sabía qué hacer, confundido cuando me pediste que fuera a recorrer Hanoi, o cuando me invitaste a jugar a las cartas. Todavía salgo contigo, pero no me atrevo a decir una palabra. Tengo miedo de decir algo malo y luego me dejas. No puedo imaginar una vida sin ti.

Y así me quedé en silencio.

Cada vez así, es él. Una buena amiga. Un tipo maravilloso. Él comparte conmigo, me entiende. De alguna manera, sabe cómo se siente un amor no correspondido . Conoce el sentimiento que le duele el corazón cuando ve que la persona que ama se vuelve fría lentamente. Me siento algo reconfortado.

Esta relación ambigua a veces me hace querer volverme loco. Quiero mantener esta amistad, pero también quiero seguir adelante contigo. No sé qué hacer cuando sigo hundiéndome en este atolladero.

Me quedé en silencio de nuevo.

Pasé un poco más de tiempo con él. Somos viejos amigos después de todo, ya sabes...

Tal vez he encontrado una manera de equilibrar mis emociones.

No te imaginas lo feliz que estoy. Podré pasar el rato contigo de nuevo, hablar contigo como camaradas cercanos. Y todo es gracias a él.

Estoy tan feliz.

Estoy tan feliz...

Oye...

¿Sigues ahí?

Te callaste conmigo. Me evitas. Me diste una mirada fría y extraña. ¿Por qué nunca he visto este lado tuyo?

O... ¿me odias?

¡No, no, no, no, no, de ninguna manera! Acabo de encontrar una manera de hacer que nuestra relación vuelva a ser como era, a nuestra infancia en el campo de batalla, ¿por qué? No, no puedes odiarme tan rápido.

¿O es eso?

Pasé muchos días pensando. Estos últimos días, casi me has considerado un extraño. Ya no detuviste el auto para esperarme cada vez después del trabajo. Ya no vas conmigo a comprar unos puros para fumar. No venías a mi casa a dormir cada vez que trabajabas. Lo extraño mucho, las tazas de té con limón de la calle en el costado de Hanoi, los pequeños palitos de helado que solías comprarme cuando caminaba por el lago Tay. Con qué cariño recuerdo la escena cuando abría los ojos por la mañana, aunque no era yo quien estaba en la cama. Sobre todo, te extraño. Tanto es así que te llamé miles de millones de veces y al final no obtuve respuesta.