Capítulo 5

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Viste a Katsuki llegar a eso de las ocho y diez, Aisawa no le dijo nada pues se miraba cansado tenia unas leves ojeras, cuando Katsuki paso a tu lado te dedico una cara de molestia, estaba enfadado por razones desconocidas, sin notarlo te quedaste boquiabierta pues no sabias que habías hecho para merecer ese trato.

«¿Pero que te hice ahora? » dejaste caer los hombros.

Pero luego de eso, Katsuki accedió a tomar el proyecto contigo así que olvidaste su cara de enojo en la mañana, no intercambiaban muchas palabras, el ambiente te dejaba tan incómoda que no podías ni escribir algo por que sentías como si el te estuviera viendo.

—¡Dios! —Dijiste fastidiada —. ¿Por qué te comportas así?

—No tengo por que contestar eso — siguió escribiendo.

—Acaso odias ser omega o odias haberte acostado conmigo —Te dirigiste directamente a él.

Katsuki se levantó de su asiento de golpe sin decir una palabra, se fue afuera del dormitorio dejándote con la duda del por que actuaba así.

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Katsuki estaba en una banca a eso de las siete de la noche, observando una luminaria, recordó cuando le dijeron que era un omega.

Hace un año


—Katsuki Bakugo, según los resultados eres todo un omega dominante, eso es muy escaso en el mundo, la población entre omega tiene la posibilidad de un 1% ser dominante, eres bendecido por la fertilidad al parecer —Le dijo una doctora como si fuera un premio saber que ahora tendría ciclos de calor como un omega.

El padre de Katsuki sonrió pues no era malo ser omega, su pareja era un omega masculino, Mitsuki a pesar de mostrar una sonrisa se preocupo por si esto le afectaría a Katsuki pues el siempre había detestado a los omegas (extrañamente tenía un gusto por los alfas, se le notaba un poco lo de ser omega)

También recordó la primera vez que le dio su ciclo de calor, fue fatídico, estaba encerrado en su habitación luchando por sus impulsos, era la primera vez, su mamá le había aconsejado estar en su habitación, tomar agua y supresores, Masaru sabia lo que se sentía tener el celo.

Katsuki en un intento de pasar desapercibido el ciclo tomo las medidas pero los supresores le dieron una consecuencia, un terrible dolor en sus entrañas especialmente en “aquella área interna” desde ahí no más supresores no más nada.

Mitsuki como papá intento hacer que los tomara pero este no hacía caso, prefería ir por ahí con posibilidades de que le diera el celo, pero Katsuki era inteligente y había armado su calendario con un sin número de posibilidades en las que en mayoría acertaba para no ir a clases, los profesores ya sabían el motivo pero se mantuvo en secreto.

Actualmente


Katsuki regreso a la habitación, te habías dormido temprano como el, ya incluso te habías acostumbrado a su horario para no causar molestias, Katsuki te observo dormir, parecía un gato viendo a su dueño dormir, se acomodo en la cama y se durmió a tu lado, al despertar sentiste el pelo de Katsuki picarte la nariz, sus feromonas se podían percibir.

Katsuki te tenía abrazada como si fueras un peluche, nada comparado a cuando discutieron se miraba tan difícil, Katsuki tenía como dos partes, una en la que era un poco molesto y todo le enojaba, otra en la que parecía un omega sumiso y tranquilo (podría verse hasta amistoso).

Cuando el abrió sus ojos alzo su vista mostrando un rostro levemente sonriente, pero su sonrisa se fugo cuando vio que estabas despierta, en un acto de vergüenza te pateo enviandote al suelo.

—¡¿Oye cual es tu problema?! —Habías caído de nalgas, Katsuki no respondió, se fue apresurado a su litera —. No te entiendo —suspiraste, te levantaste para volver acostarte en tu litera ya que aun era temprano.

Katsuki estaba en su cama masturbandose se había sentido necesitado un minuto, por supuesto... No pudiste dormir, el efecto del supresor se estaba debilitando y las feromonas de Katsuki tenían imprecnada la habitación.

Mientras metía sus dedos ansioso, pensaba en cómo lo habías tomado aquella, que incluso creyó que le marcarías pero solo sintió tu lengua recorrerle la nuca cuando le embestias repetidas veces.

𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 𝓟𝓡𝓔𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓐𝓓𝓞 𝓟𝓔𝓡𝓕𝓔𝓒𝓣𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora