Capitulo 32

4.7K 557 42
                                    

Llegaste a la habitación como si nada, Katsuki estaba en su litera después de tanto tiempo, no sabías que pasaba.

Subiste la escalera y lo viste durmiendo, le diste un beso en los labios mientras dormía.

—¿Qué haces? —aparto la cara.

—Dándote besos —hiciste un piquito.

—ridícula... —te reiste al verlo sonrojado.

—Vamos a cenar, ¿quieres algo en especial? —Le preguntaste.

—Lo que sea, que se sea comestibles, no te olvides; trae la salsa.

—Sip.

Te fuiste a traer la cena y cuando llegaste el no se miraba contento, incluso al comer apretaba muy fuerte los palillos, Katsuki parecía echar fuego de furioso, pero jamas preguntaria quien era esa chica.

.

.

.

Las clases estaban siendo aburrida y pesadas, Katsuki no seguía de humor, antes de salir Himiko estaba cerca de tu asiento hablando algo, que parecía no importarte.

—Sabes perfectamente que me gustas por favor piénsalo —quiso insistir.

Katsuki incluso escuchaba con los audífonos puestos y no estaba terminando su dibujo nuevo de su hijo número dos imaginario.

Fueron a comer y Katsuki seguía igual de mal humor, te vio con la vista en Himiko pero no era lo que parecía era más bien un “Dios es fastidioso ”

Después que terminaron de comer, Katsuki te agarro del antebrazo y llevo a rrastras al dormitorio.

—¿Qué pasa Katsuki? —no sabias por qué su actuar.

Al abrir la puerta y casi empujarte al dormitorio, cerró y se aseguró de que estuviera bien cerrada.

—¿Sucede algo? —Te preocupaste.

Katsuki abrió la parte del pecho de su camisa mostrándolo, abriste la boca asombrada, no es que fuera erotico más bien era un llamado a tener sexo.

Al ver que no reaccionabas, se lanzó sobre ti y te encerró en sus piernas, te beso y sin dudar le seguiste el paso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al ver que no reaccionabas, se lanzó sobre ti y te encerró en sus piernas, te beso y sin dudar le seguiste el paso.

Lo dejaste sobre la cama y le dijiste

—Me lo hubieras dicho, pensé que estabas enojado —besaste sus labios y mordió tu labio inferior apenas.

—En realidad lo estoy... —elevaste tus cejas.

—Deberías estar siempre enojado.

—Hoy no lo pondrás —parecía serio.

—¿Qué? —No sabía si estaba bromeando pero no parecía que fuera broma.

—Harás lo que yo quiero, y yo quiero que me chupes aquí —Termino de abrir su camisa.

—Okey...

Chupastes sus pezones que estaban calientes, Katsuki al mismo tiempo se masturbaba provocandote una ereccion, tampoco te permitiría tocarte a ti misma, te miró y estabas con el entrecejo hundido y un leve sonrojo en tus mejillas.

—Ah... —gimió y intentaste ignorar su voz pero se volvía más difícil hacerlo, Katsuki estaba muy excitado.

—Déjame ponerlo —le pediste.

—No, te dejaré cuando yo quiera, mientras tanto siéntate en el suelo como perro —estaba molesto de celos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No, te dejaré cuando yo quiera, mientras tanto siéntate en el suelo como perro —estaba molesto de celos.

Te sentaste y Katsuki se terminó de sacar el pantalón para literalmente masturbarse en tu cara, ver como metía sus dedos y se tocaba adelante el pene era una pesadilla... Por no poder ponerlo adentro.

Cuando quisiste masturbarte, Katsuki te regaño.

—Si lo haces me voy a ir de la academia —siguio metiendo sus dedos.

—Ugmmm —diste un quejido como de cachorro, tu pene parecía querer romper la tela de tus pantalones, si hubieras usado falda ese día; hubiera sido más vergonzoso.

—Mierda... Que rico —siguió masturbandose con las piernas separadas mientras el mismo se las sostenía —. Ahí se siente tan bien... —siguió diciendo —. Mierda —viste como se contrajo su ano, fue como un movimiento pequeño y palpitante.

—Katsuki, por favor cariño, lo que sea que haya hecho para merecer esta tortura perdóname —te acercaste y metiste tu cara entre sus muslos frotando tu rostro en ellos —. Lo siento cariño.

Katsuki suspiró, hablo por fin y te dijo:

—No quiero que hables con esa loca —te tomó del rostro con sus dos manos —. No quiero, por que eres mi alfa no la de ella, no quiero ni verte dirigiéndole la palabra nunca, no la mires, no me gusta y si le dedicas una sola mirada vete despidiendo de este coño y su dueño, si llegará a pasar que nos separamos por eso y por casualidad vuelves con ella te cortaré la verga.

Hiciste un quejido de cachorro de nuevo.

—Nunca haría eso, no la miraré, no le hablare ni nada de eso, soy tu alfa y no haré nada que te haga sentir así.

—Dime de nuevo que eres mi alfa —te ordenó.

—Soy tu alfa —Te acercaste a su rostro.

—Di que eres la alfa con la que tendré todos los hijos que quiera.

—Todos los que quieras cariño, soy el alfa de Katsuki Bakugo con la que tendrá todos los hijos que desee, dueño de mis sentimientos, de mis fantasías más profundas y dueño de mi polla —le besaste.

—Me gusta eso último —sonrió.

𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 𝓟𝓡𝓔𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓐𝓓𝓞 𝓟𝓔𝓡𝓕𝓔𝓒𝓣𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora