Capítulo 9

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—Katsuki la semana que viene tendré juego de béisbol, por si... Quieres ir —Le decías al levartarte después de tremenda patada.

—¿Por qué perdería el tiempo en eso? —Respondió.

—Tú también tienes juego la semana que viene ¿verdad?  Es un día después que el mío, creo que será a eso de las tres —Ordenabas tu litera.

Katsuki por otro lado estaba sonrojado, te habías indagado de su juego, aparte de eso estaría a la vista de una mira lasciva como la tuya (esto solo pasaba en su mente, no tenias tal mentalidad ) aunque le excitaba que lo fueras a ver, esperaba algo así como un “Oh Bakugo eres increíble... ¡Ten a mi hijo ahora mismo! ” sonrió ante su ocurrencia interna.

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Los dos días se fueron volando cuando menos esperaste habían elecciones, no podías creer que pasarán rápido dos días, es más no podías creer que Katsuki se comportará en ese tiempo, lo miraste desde su asiento en el salón de clase, estaba de espalda con sus audífonos puestos mientras esperaba al profesor y el escribía sabrá Dios que cosa en su libreta (estaba dibujando como se vería el hijo que podrían tener, Katsuki era bueno dibujando).

Después del almuerzo Katsuki se va a su dormitorio, antes de ir al baño te topaste con él, tenía un leve enrojecimiento en sus mejillas y andaba jadeando, tal vez había corrido, frunció el ceño cuando te vio y luego salió corriendo al dormitorio, pensaste por un momento que obtendrias tu patada.

Unos minutos después fuiste a tu habitación para cambiarte el uniforme, Katsuki estaba donde siempre, masturbandose con alguna prenda tuya, estaba sobre sus rodillas, arrecostado hacia adelante, estirándose su entrada mientras olía tu camisa.

Sin poder resistir desde arriba te llamo, con un extraño tono de voz como suplica y a la vez gimiendo, se bajo de su litera y te vio con audífonos en el teléfono, al verte concentrada se subió arriba tuyo.

—¡Oye! —Le dijiste y viste que estaba solo con una camisa puesta sobre ti, sudado y excitado.

— Ponlo adentro —Se comenzó a frotarse sobre tu miembro mojando tu short que llevabas puesto. Tenia ese brillo de deseo, más ese entrecejo fruncido por el dolor que sentía —. Necesito tu polla —Pidió.

—Pero los resultados de las elecci...

Katsuki no te permitió seguir hablando cuando te quitó el teléfono de las mano y te besó ferozmente, seguía frotándose sobre la tela de tu ropa haciendo que te excitaras, en un punto del beso mordió tu labio inferior y después lo lamio.

—¡Los resultados! —le interrumpiste de golpe, Katsuki se molesto, ¿cómo era posible que eso fuera más importante que tener sexo con él?

Podías verlos arriba tuyo frotándo su trasero, mientras su camisa tapaba su erecto miembro mojando, metió su mano por debajo de ella y se marturbo frente a ti, comenzó a gemir fuerte y entre eso lo que menos esperabas...

—¡____! —Te mencionó entre su placer con ojos ansiosos.

«Siento tanta vergüenza ahorita » te tapaste la cara con tus manos.

—Si me das tu enorme, rica y jugosa verga puede que me calme —Decía excitado esperando que le dijeras un “sí ”, abrió la boca de la forma más erotica posible —. Aquí no estaría mal tampoco —Sonrió.

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Cuando las elecciones terminaron y el presidente debía armar un video, Momo que había quedado de vice vio un mensaje tuyo.

“Me siento mal, no podré asistir tengo un leve dolor de cabeza así que tengo que descansar, se me pasará en unas horas, el director ya sabe ”

—Pobre _____ —Murmuró ella preocupada.

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—¡Ahí! ¡Sigue justo ahí! —Katsuki se sentía en las nubes mejor que drogado decía él, con temblor en sus piernas pero a gusto.

Podías ver su espalda, tocar su pecho bien formado, sus pezones bien hermosos y rozados, le gustaba que se los tocaran pero nunca lo diría por que solo tocaba tu mano cuando lo hacías, Katsuki tenía algo en su entrada que lo hacía placentero con una embestida, ¿Sería lo lubricado que estaba? ¿Cómo todo tu miembro tocaba su interior latente? O ¿aquel apretón que hacía cuando se corría? También estaba aquella puja que hacía cuando gemia fuerte empujando tu miembro mientras lo metías incontables veces.

Besabas su sudoroso cuello, no era desagradable su sudor era dulce, un olor a miel, ¿por qué era tan dulce si su personalidad era tan dura? Te preguntabas, se giraba un poco y abría sus labios en señal de un “besarme maldita sea que siento que me vendre” cuando tu lengua pasaba por su nuca podías ver como los pelos de sus brazos se erizaban, sería que deseaba ser marcado y a la vez estar embarazado.

Cuando pedía más su voz se perdía entre la almohada, cuando le diste la vuelta para ver su rostro este se cubrió avergonzado no quería verse necesitado pero... Carajo... El ya había dado mucho que desear.

𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 𝓟𝓡𝓔𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓐𝓓𝓞 𝓟𝓔𝓡𝓕𝓔𝓒𝓣𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora