Capitulo 30

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Katsuki estaba planeando contigo ir de paseo a algún lugar de Francia, estaba sobre la cama leyendo una revista de turismos, con su camisa sin mangas.

Katsuki estaba planeando contigo ir de paseo a algún lugar de Francia, estaba sobre la cama leyendo una revista de turismos, con su camisa sin mangas

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—¿Te gusta Toulouse? —alzo su voz y saliste del baño en bata secandote el cabello con una toalla.

—Solía ir de paseo con mi abuela, pero mi gusto no podría ser el tuyo —concluiste.

Katsuki se quedó a decidir mientras pasaba eso tu teléfono sonó, era tu abuela, desde que salieron de la residencia Benoit había estado llamando, contestaste por que tal vez era una emergencia, lo primero que dijo fue “¿ya tomaste una decisión? ” colgaste tras esa pregunta.

—Quiero ver la tal Toulouse —dijo Katsuki, tenía curiosidad del por qué te llevanban a ese lugar.

—Si tú dices.

Katsuki y tú fueron a Toulouse, como había leído Katsuki era una ciudad ambientada, reconocida como ciudad rosa, aparte los edificios tenían un estilo más detallado, entraron a un museo donde no paraban de ver ciertas piezas o objetos viejos, tomaste un par de fotos al lugar, salieron de ahí para ir a un restaurante Katsuki comió bastante carne con verduras, le explicaste que suelen llevar alubias algunos platillos.

Al final de la gira Katsuki estaba cansado de caminar y mientras iban en un taxi Katsuki se durmió en tu regazo, acariciaste su cabello y este emitía un sonidito de satisfacción.

Al llegar cargaste a Katsuki, por alguna razón no era pesado, bueno no te extrañaba, Katsuki era un omega y tu un alfa, al colocar a Katsuki en la cama somnoliento te pidió:

—No me dejes —hizo esa expresión de dolor, haciéndo sonrieras y besaras su frente.

Te acostaste con él y se acurrucó a tu lado sin soltarte, hundió su rostro en tu pecho y no te dejó en ningún momento.

Al despertar no te ve, pero segundos después saliste del baño recién duchada, Katsuki tenía la cara de haber perdido un brazo o su corazón.

—¿Qué sucede? —Le preguntaste y reaccionó.

—Nada —se postró en la cama y siguió durmiendo.

«Serán una vacaciones tranquilas... » cerró los ojos.

Al menos eso pensó antes de...

—¿Te gusta? —Katsuki estaba saltando sobre tu miembro, se habían puesto a ver una película pero una cosa llevó a la otra.

Katsuki estaba agitado y se movía con rudeza, para ayudarlo lo impulsaste, le diste la mejor penetrada de su vida por segundo vez.

—_-_____ más rápido —pidió abrazando tu cuello.

Sintió el ritmo más rápido y duro, se terminó viniendo en tu camisa, aún no terminabas así que seguiste moviéndote.

—M-mierda —se resistió de no temblar.

—Si pudieras sentir aquí adentro entenderias porque no quiero sacarlo.

—Ya... Cállate... —Dijo en un hilo para besarte.

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Katsuki ahora podías pedirte tener sexo cuando quisieran y le cumplirias sin falta, Katsuki no se cansaba parecía resistente, aveces Katsuki era quien cumplía las peticiones.

—¡Katsuki! —estabas tocando la puerta del baño.

—¡¿Qué?! Me estoy bañando —contestó y abrió la puerta, no sabía si te había pasado algo, además se escuso con que ya había terminado.

Al abrirla lo primero que sintió fueron tus labios en los de él, de inmediato se colgó de tu cuello y te encerró en sus piernas, metió sus dedos en tu cabello mientras se besaban, llevaste tus manos a su trasero y lo llevabas a la cama a paso lento.

—Ya es la cuarta vez en el día —mencionó al separar sus labios de ti.

—¿Qué me hiciste? —pegaste tu rostro a hombro.

—¿No estarás tomando algún afrodisíaco? —alzo la ceja y acarició tu cabello.

Negaste con la cabeza para después recostarlo. Sobre la cama y bajar a su entrepierna.

—¿Qué tanto chupas ahí? —no sabía por qué de vez en cuando estabas chupandole a cada rato, lo agarraste de los muslos y lo elevaste a tu cara, Katsuki terminó de caer sobre la cama —. ¡Mierda! —Quiso levartarse.

Sintió tu lengua precionar su ano, salió un gemido ahogado de su boca y apretó la sabana de la cama, comenzaste a juguetear con tu lengua en el interior de él, escuchó que chupabas aparte de lamer, metiste tus dedos cuando lo lamias, Katsuki se vino sobre su cara por la postura que adoptaba.

—¿Te gusta que precione aquí? —tocaste su próstata.

—¡A-ah! —su miembro se contrajo en un impulso de volver a tener un orgasmos.

Viste su rostro lleno de su semen, con un ojo cerrado para evitar que entrara el semen y la boca abierta por la respiración agitada.

—¡Ugh! —puso su mano encima de la tuya.

—En vez de estar chupandome el hoyo deberías meterlo —presionaste de nuevo en aquel lugar provocando un gemido en él.

—Lo pondré ahorita —Le dejaste en la cama y te sacaste miembro de los pantalones —. Lo meteré despacio.

—¡Ugh hija... De... Dijiste...! —dijo cuando ese movimiento rápido hizo tu pene deslizarse adentro.

Katsuki arqueo la espalda al pasar tu mano por ahí, luego lo tomaste de la cintura y embestias “lento”, Katsuki tenía la bata semiabierta en el pecho dejando ver sus pezones.

—Quítate esa bata.

Katsuki intento quitársela pero con el movimiento y esa excitacion era difícil.

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—Ya termine... —suspiraste al venirte, Katsuki estaba sudado y lleno de semen en el abdomen por haberse corrido tantas veces.

—¿Cuánta... —respiró agitado —veces... Te veniste? —te miró.

—Una... —le diste un beso en los labios.

—Eres una bestia —fruncio el ceño y te apretó tu cabello —. Tengo sueño...

Te acostaste a su par, le miraste un temblor raro.

—Katsuki... ¿padeces de tics nervioso?

—¿Qué pregunta es esa? —

—¿Qué pregunta es esa? —

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—Nada... Es que te vi como... No nada —obviaste, tal vez era un temblor nervioso después del coito.







𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 𝓟𝓡𝓔𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓐𝓓𝓞 𝓟𝓔𝓡𝓕𝓔𝓒𝓣𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora