Capitulo 61

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—Katsuki tú... —te quedaste con la cola en las mano cuando él estaba jadeando por los tirones que le diste.

—Cállate —te puso la mano en la cara impidiendo que vieras más —. No quiero nada.

Se envolvió en el edredón, ya no quería tener sexo.

—Katsuki siento llegar tarde, de verdad cariño lo siento.

—Aja... —te dio la espalda.

—Cariño no me dejes así —abrazaste su persona.

—vete a dormir de una vez —te saco su dedo medio.

—Lo siento, siento venir tarde, tuve una reunión y luego unos negocios, después unos papeles que tenía que leer... —lo seguiste abrazando —. Hare algo.

Katsuki se dio la vuelta y te miro a los ojos.

—¿Lo que quiera? —sonrió malicioso y asentiste inocentemente.

—Te voy a amarrar a la cama, a este docel —señaló las esquinas —. Harías eso por mi —tocó tu rostro.

—Sí —sonreíste con calma, no te importaría, con tal de que estuvieran en buenos terminos.

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—Cariño... —Katsuki te tenía sin camisa y sin sostén  atada de pies y manos al docel, por si fuera poco tenía pensado ponerte una mordaza de bola en la boca .

—Shh —sonrió con ese enrojecimiento en las mejillas y esos ojos que parecían que ibas a ser follada tú.

Lo puso con cuidado, él seguía con su cosplay, de repente saco un antifaz.

Tu voz no salía bien, pero le preguntabas donde consiguió eso, Katsuki sólo respondió mostrando su trasero y la cola que estaba en su interior.

Coloco el antifaz para que no siguieras viendo lo que haría, entonces saco unas pinzas para pezones, especialmente para ti.

Sin aviso previo las colocó en tus pezones.

—¡Ugh! —Te quejaste, por lo que apretaban demasiado, era la primera vez que usabas ese tipo de objetos.

«¡Duele! »hacías sonidos diciendole que dolían, pero lo ignoró.

Katsuki bajo tu pantalón para colocar un anillo vibrador en tus testículos, sentías el toque sin el movimiento, eso te alarmó más.

No parecía pasar nada los primeros minutos, pero Katsuki se sentó encima de ti sin poner tu miembro.

—Estas muy callada... ¿Qué te pasa? —acarició tu rostro.

Te tenía en desesperación por algún motivo, no ver nada, estar restringida era complicado, te tenía acorralada, había dicho atarte no amordazarte, cegarte y ponerte al saber que en las pelotas.

Katsuki tomó su teléfono y activo el vibrador.

—¡mmmm! —escucho ese sonido, también te jalabas.

No podías ni apretar las piernas, tus testículos eran unas pelotas vibrantes que parecían querer expulsar el semen.

«Katsuki eres un... » apretaste los puños mientras él se reía.

Paso su lengua por tus pezones y eso te tomó por sorpresa, escucho más el forcejeo, la cola de gato estaba al contacto con tu piel, él estaba encantado.

Aumento la velocidad y más te jalabas, no podías decir nada, pero el sabía que le pedías que parara.

Tu boca babeaba tanto que lamio la saliva.

«Esto no me esta gustando »esa vibracion no te era cómoda ni las pinzas.

Se te estaban saliendo las lágrimas y no de placer exactamente, torciste los ojos por el orgasmos que no podías evitar.

«Dios...».

Katsuki estaba tranquilo sobre ti sin sufrir nada, solo jugando con su pecho.

Entonces las feromonas se intensificaron y Katsuki sintió la presión, tu respiración agitada y la fuerza que emplebas, hasta que... Escucho como las tiras que te impedían moverte de las manos se rompieron.

—¡Oye! —Te quiso regañar.

Apartaste a Katsuki y te quitaste el anillo, las otras mordazas, te levantaste de la cama y te quitaste en antifaz, junto a la mordaza de la boca.

Katsuki fue de tras de ti para impedir que te fueras no estaba contento con eso habías roto sus juguetes.

Entonces toco tu hombro y te volteaste apenas con los ojos rojos y vidriosos, sobando tus muñecas porque te habían quedado marcadas.

Katsuki se quedó boquiabierto y no dijo nada, pero tu cara no era de alegría, tomaste tu camisa y apenas te la colocaste, Katsuki te vio cruzar la puerta sin decir nada.

Ese día dormiste en el sofá, no era un castigo, era más bien que no querías estar en la habitación.

Katsuki se saco el tapón y lo quedo viendo unos segundo, era la primera vez que miraba esa expresión, no era como cuando dijo que se iría de la academia.

Dormiste en el sofá tranquila, sin molestar a nadie con las muñecas marcadas y los tobillos.

𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 𝓟𝓡𝓔𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓐𝓓𝓞 𝓟𝓔𝓡𝓕𝓔𝓒𝓣𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora