Capitulo 53

3.4K 393 14
                                    

Katsuki fue a la oficina en compañía de ahora su secretario, cuando cruzo la puerta aquella habitación era un desastre, eso fue por que Masaru la vez que visitó la central pidió que no tocaran nada.

Era una especie de oficina y estudio, la mayoría de objetos del lugar estaban sucios, algunos dañados.

Katsuki comenzó a limpiar el lugar, su secretario llamó al personal de limpieza, para que él no tuviera que hacer este trabajo, pero Katsuki era meticuloso, algunos moldes los guardo, algunos maniquíes lo tiro y otros los guardo, habían cinco máquinas de costuras de las cuales dos estaban dañadas así que tuvieron que enviararlas a reparar y comprar unas nuevas.

En la oficina había una retratera con la foto de Katsuki y sus padres, esa la dejo.

Para cuando terminaron de limpiar el lugar quedo irreconocible, no se parecía en nada, el piso que estaba café por la suciedad del polvo resultó que eran azulejos.

—El señor Masaru tenía seis años sin venir aquí —le informó el secretario.

Por si fuera poco habían varias pilas de papeles, documentos que tenía que firmar y no lo hizo, pero su secretario tenía una copia así que se encargo hace cinco años de ellos.

Katsuki se sentó en sofá y cuando lo hizo salió una nube de polvo, asqueado se levantó y pidió que enviaran a limpiar esos sofás, pero cuando se llevaban los sofás resulta que estaba dañados internamente así que había que comprar unos nuevos.

Katsuki llamo a su mamá y le dijo que era una persona sin cuidado con el aseo.

Masaru hizo una video llamada para ver como había quedado su antigua oficina.

—Ni parece como estaba —se reía su mamá.

—No es algo para alegrarse —Katsuki camino por el espacio.

De inmediato su secretario trajo documentos para Katsuki.

—Aquí tiene, documentos para aprobación de inversiones, tiene que ser directamente enviado al director para asegurarse que es lo que quiere.

Katsuki colgó la llamada y se sentó a leer cada uno, en unas horas estaba hasta el cuello de tanto leer y el secretario solo se encargaba de organizar juntas mientras él estaba ocupado.

—¿El sábado estaría bien para presentarse con el equipo? —Le pregunto el secretario.

—¿Qué más hay el sábado? —quiso saber Katsuki mientras se acomodaba las gafas.

—Una cita con la directora de la marca sureste de nueve de la mañana a doce del medido día, una junta con varios directores para saber el estado de las estatales de Francia, hora: una de la tarde a cinco de la tarde.

—Sería el domingo, no quiero retrasar a nadie en su hora de salida solo por una presentación.

—Pero ese día debe supervisar las nuevas prendas del equipo de trabajo K —le recordó.

—Eso son solo tres horas, más dos horas de trabajo aquí, encuentra quince minutos en esa apretada agenda.

—Creo que si podría... en la tarde si olvida su cita personal.

—Anula la cita.

Katsuki salió del trabajo a eso de las cinco, hasta ese entonces se preguntó como había logrado hablar con personas si todos eran franceses, pero eso fue por que el secretario había estudiado japonés, para traducir mientras Katsuki aprendía francés.

En lo que estaba observando el edificio un hombre le tomó una foto sin que se diera cuenta, justo antes de que se fuera, el secretario salió con una carpeta y se la entregó, debía revisar eso también para mañana.

Katsuki lo tomó y entró al auto.

En casa todos estaban de un lado a otro, él estaba preguntándose por qué carajos estaban armando alboroto, pero esto era la limpieza de la tarde, los jardineros limpiaban nuevamente el jardín delantero y trasero, las mucamas se encargaban del polvo.

La ama de llaves lo guió a una habitación que había sido remodelada para Katsuki, su estudio, habías investido en eso, si tu también tenias tu oficina de trabajo él debía tener una.

Cuando el reloj marcó las seis todo el personal se despidió para irse en el transporte que la familia Benoit brindaba, Katsuki comenzó a contar cuantas personas eran.

Logró contar diez jardineros, dos amas de llave y quince mucamas.

Las amas de llave se quedaban, pero los jardineros y las mucamas regresaban a sus casas.

El personal debía ser grande ya que la residencia tenía alrededor de quince dormitorios, dos estudios, una cocina, un comedor, un vestíbulo, una sala de juegos, incluso un cine, entre otros lugares.

«Bueno al menos no estaremos comprando otra casa para que nuestros hijos tengan un dormitorio propio ».

Katsuki se encerró en el estudio a trabajar y salió de el una hora después.

—La cena ya está preparada —habló el mayordomo detrás de Katsuki.

—¡Joder! —Se sobresaltó cuando escucho esa voz detrás de él —. Creí que todos se habían ido.

—No, yo me quedo para cualquier necesidad del amo y su prometida.

—Prometido —le corrigió —. ¿No ha venido esa?

—Acaba de llamar informando que vendrá más tarde de lo usual, me pidió que le comunicara que debía comer temprano y dormir como de costumbre.

—Bien.

Katsuki camino hasta el comedor, estaba un poco solo en semejante lugar, sentado en el estremo y a su espalda una enorme pintura de la mansión Benoit.

El silencio era incómodo así que pidió que pusieran algo de música, el mayordomo se encargo de poner una opera de Der Rosenkavalier (El caballero de la rosa)

Katsuki se sentía en esos tiempos antiguos y a la vez pidió que mejor quitara.

Terminó de comer y luego se fue al dormitorio, se preparo para dormir, pero no podía dormir, miraba el techo, que incluso el techo tenía detalles como de nubes y un cielo, parecía real, pero con la tenue de la luz era como si fuera de tarde.

Busco un control remoto y apago las luces desde ahí.

A las doce de la noche se despertó, salió de su habitación para buscar en la cocina algo de comer por que sentía hambre, a pesar de haber cenado bien.

Entonces la puerta del vestíbulo se abrió, Katsuki estaba a oscuras observando.

Venias cayendote al suelo, junto con Aime que estaba sobrio, ibas tarareando una melodía que Katsuki no conocía, parecía la música que pondrían en un nightclub.

—Shhh —le decías a Aime —. Se puede despertar Katsuki.

Lo que no sabías es que el estaba en los peldaños de brazos cruzados.

Katsuki encendió las luces con mismo control que no sabía hasta ese momento que servía en toda la casa.

Tus ojos revisaron todo el lugar hasta verlo bajar en bata con el control en sus manos.

—Dejaré aquí a la señorita —Dijo Aime que sentía que el diablo se apoderaba del lugar.

Cuando Aime salió de la casa pudo ver Katsuki que estabas ebria.

«No vino a casa para estar bebiendo... »Katsuki estaba muy molesto mientras te arrascabas la cabeza.

𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 𝓟𝓡𝓔𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓐𝓓𝓞 𝓟𝓔𝓡𝓕𝓔𝓒𝓣𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora