Capitulo 67

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Katsuki después de que comiste te hizo compañía en la cama, de un momento a otro estaba sobre ti, era un poco más pesado pero verlo con su pancita y ese ceño levemente fruncido por la frustración de no tener sexo; era lindo.

—¿Qué quieres cariño? —tocaste su muslo.

—¿Puedo tener sexo? —bajo apenas su mirada, era primera vez que preguntó.

—Mmm, no lo hemos hecho en mucho tiempo, supongo que hacerlo no estaría mal, será solo una vez, una última vez.

Katsuki asintió y se comenzó a bajar su parte inferior de la ropa sin esperar, hasta quitar su camisa.

—¿Lo haremos así o quieres que te ayude?

—Yo puedo hacerlo —tocó su panza pensando si resistiría, pero su orgullo no le permitiría pedir ayuda.

Su trasero se estaba mojando y podías sentir como empapaba tu ropa, te sentaste para que el no tuviera que bajar por un beso, abrazo tu cuello y enredó sus dedos en tu cabello.

—Sácalo —jalo apenas tu cabeza hacia atrás.

Lo sacaste y apenas se estaba endureciendo, al besarte hacia caricias en la punta de tu pene, con su palma, mientras metías tus dedos en él.

—_-____ —mencionó tu nombre —. Lo quiero adentro ahora.

—Respira profundo cuando lo meta —Le pediste.

Katsuki dejo caer lentamente su caderas, sentir su panza en tu abdomen te hacia sentir rara, entonces Katsuki comenzó a moverse lento, el sonido que hacían ambos cuerpos era erotico.

—Más quiero más —pidió al besarte.

Lo arrecostaste lentamente sobre la cama para abrir sus piernas y adentrarte a él las veces que quisieras.

Le besaste y bajaste a su cuello, fue cuando más se aferró, llegaste a su pecho acariciando sus pezones, bajando aun más hasta su vientre y acariciarlo con tus manos, Katsuki se cubrió la cara avergonzado.

Nunca se imagino esta escena, sobre todo la sensación de sentir como burbujas en su vientre.

—¿Huh? —levantó su cabeza y vio tu expresión de asombro.

—Se está moviendo —tenías la mirada fija en su panza, podías ver como se estiraba la piel de Katsuki con el movimiento.

Katsuki vio aquel brillo en tus ojos de emoción.

Tocaste su vientre de nuevo y pudiste sentir que solo la piel te separaba de tus hijos, reíste por que no podías esperar a tener a tus hijos en brazos, especialmente por verlos crecer, si parecerían a Katsuki más o a ti, si llevarían esos hermosos ojos carmesí, ese rubio o su carácter.

—Esto es muy lindo —le diste un beso en su frente.

—¿Huh? —fruncio aun más el ceño cuando la punta volvió a entrar, la metiste un poco más rápido y Katsuki te encerró en sus piernas —. ¡Tu larga y gruesa polla esta tan buena, tan rica, tan grande, me gusta sigue así!

El movimiento lo hizo gritar más fuerte.

—¡Maldita sea! ¡Tan bueno! —grito al correrse.

—Bueno, debería dejarlo aquí...

Katsuki estaba cansado y no lo diría.

—Aún no te haz venido —te encerró más en sus piernas.

—No importa —sonreíste, él estaba satisfecho y era suficiente.

—No, debes venirte al menos —arrugó más su ceño.

—Voy a ir al baño, puedo encargarme.

En realidad solo lo dejarías pasar, por que masturbarse no lo haría sacar tu semen, en ese caso pasarías todo el día intentando.

Antes de que salieras de él, Katsuki te encerró en sus piernas nuevamente y más fuerte.

—Si tu esposo te dice que puedes seguir es que todo esta bien.

Te pusiste un poco roja al escuchar que Katsuki había aceptado su papel.

—Pero es que... No quiero agotarte.

Se sentó y tomo tu rostro.

—¿Quién ha dicho que estoy cansado? podría tener sexo todo el día —te comenzó a besar y sentiste que te iba quitando la camisa en el proceso.

En eso se separo de ti y te susurro algo a la oreja, te enrojeciste a medida que decía algunas palabras.

—Amo que seas mi linda alfa y esposa, también el padre de mis hijos y futuros hijos.

Bajaste tu rostro ocultando tu sonrojo y Katsuki lo volvió a elevar para besarte.

—Me gusta cuando te sonrojas —paso su lengua por tu mejilla y luego la mordió apenas.

Te termino de quitar el sostén y apretó con sus manos uno de tus pechos.

—Ahora si te de vergüenza —dijo al verte sonrojada.

Comenzó a jugar con tus pezones, pero ese no era una área que te excitara, fue hasta que viajo hasta tu pene y comenzó a masturbarte.

—¡Ah! ¡Katsuki! —querías parar sus manos, pero a la vez querías que siguiera más rápido, el solo vio tu rostro extasiado.

Una vez te corriste quedo viendo tu mano y lamio tu semen, con ojos lascivos.

—Eso es muy pervertido de tu parte Katsuki.

Él sonrió y volvió a hablar.

—Quiero chupartela —quedo viendo tu pene que de nuevo se había puesto duro.

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Katsuki se había acostado y girado su cabeza a la izquierda para toparse con tu pene sin ningún problema, él había pedido esta posición.

Te inclinabas un poco hacia él para que no tuviera que esforzarse más.

La lengua de Katsuki te envolvía y lamia cada parte.

Acariciaste su cabeza y sus orejas con tus dedos, sintiendo lo caliente de ellas.

Katsuki tenía las piernas abierta cuando le metías los dedos, sus ojos prácticamente se ponían en blanco al presinarle su próstata, cuando él te la chupaba.

Esto solo seria el inicio, Katsuki se sentó en cama y con ganas de tenerte adentro y no en su boca.

Se puso de rodillas sobre la cama y separo su trasero para enseñarte el desastre que le habías hecho.

—Te quiero aquí adentro —podías ver su entrada jugosa y apenas estirada.

Te colocaste detrás de él, tu miembro le chocó con en su trasero y él aun más se pego a ti, al meterlo se quedó en jadeos, le sostenias para que no se fuera contra la cama cansado.

—Te tiembla el cuerpo —besaste su nuca.

—Es obvio tonta —decía de golpe.

Estaba siendo golpeado con ganas, como si nunca lo hubieras penetrado en tu vida o que hubieras descubierto el paraíso de su entrada.

—Amo esto —dejaste caer tu rostro en su hombro.

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Recostaste a Katsuki con cuidado por su cansancio y por su embarazo.

—Lo siento mucho cariño —te disculpaste.

Katsuki estaba casi postrado, lleno de tu semilla y a la vez con los ojos rojos por lagrimas qué alguna vez le salieron de placer.

—Tengo sed.

Te levantaste a buscar agua mientras el recuperaba el aliento.

𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 𝓟𝓡𝓔𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓐𝓓𝓞 𝓟𝓔𝓡𝓕𝓔𝓒𝓣𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora