Capitulo 43

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Katsuki despertó con un gran dolor de cabeza punzante, te vio dormir tan tranquila, hasta tu respiración le relajaba, hasta que se acordó de lo que hizo y te terminó dando una patada que te llevó al suelo.

—Ay... —te quejaste, tenias el pelo desordenado y en la cara —. Que recuerdos...

Era como cuandos se colaba a tu cama.

Katsuki sintió su piel en contacto directo con las sábanas, pensó que habían tenido sexo mientras el estaba borracho, además de que no recordaba haberlo hecho y se temia que hubiera dicho algo de más.

—No tuvimos sexo —te levantaste del suelo y bostezaste —. Te vomitaste sobre mi cuando volviste a despertar y también te llenaste.

Eso no le daba vergüenza sino lo de... “seré un buen gatito ”.

—Iré al baño —se envolvió en las sábanas y se fue al baño.

Mientras estaba duchadose el teléfono de Katsuki no paraba de sonar desde ayer, sus padres le habían estado llamando y hasta ahora habías contestado, de inmediato una voz femenina habló.

—¿Quién es? —Preguntó la mujer.

—Mi nombre es... ____ Kinoshita —Sonreíste por alguna razón.

—¿Qué haces con el teléfono de mi hijo?

—Se está duchando, pronto saldrá, lamento mucho que no haya contestado él sus llamadas estaba un poco fuera de si.

—¿Cómo fuera de sí? ¿Qué eres de mi hijo para contestar el teléfono? —siguió.

—Estaba ebrio, yo... Soy la prometida de él, mucho gusto en hablar con usted.

Mitsuki ya estaba desmayandose con lo último, así que buscaba un sofá en el que caer cómodamente, Masaru se puso a la par para escuchar.

—Así que eres tú quien a seducido a mi niño —sonó dramática y en eso alguien más le arrebato el teléfono.

—¿En serio eres la prometida de Katsuki? Cuando vendrás a vernos —decía Masaru que se escuchaba más tranquilo.

En eso salió Katsuki y te vio con el teléfono, quiso quitártelo pero lo se lo permitiste.

—¡Dame mi teléfono! —Te reclamó.

—Déjame hablar con mis suegros —Respondiste.

Katsuki estaba rojo del enojo, Masaru solo escuchaba lo que su hijo decía al otro lado del teléfono.

—¡No quiero que hables con ellos, dame el maldito teléfono! —se acerco y lo tomaste de la cintura pegandolo a tu cuerpo mientras el intentaba agarrar el teléfono.

—Me gustaría conocerlos pronto, ¿están libres hoy? —Le seguías hablando a Masaru.

—Bueno... No pensé que tan pronto, si quieres esta bien.

Viste a Katsuki desesperado por su teléfono, le preocupaba que sus padres dijeran algo más de él.

—Entonces los veré hoy —apretaste el trasero de Katsuki con tu mano y este oculto su rostro en tus pechos de lo enrojecido que estaba.

Después de una última pregunta la llamada termino, Katsuki estaba viéndote desde tus pechos molesto y encantado por que lo tocabas.

—¿Por qué los hiciste? —te pregunto.

—Por que no me lo ofreciste y aproveche.

—No quiero que los veas...

—Entonces... ¿conocer a tus suegros no es necesario para casarte?

Katsuki guardó silencio y se separo de ti, estaba convencido de que no había más que hacer.

.

.

.

Katsuki estaba sentado sobre la cama viendo como te vestias.

—¿Y ahora que harás? —quiso saber.

—Primero, ir a ver a tus padres —te metías la camisa al pantalón, quedaste viendo tu corbata —. Después... Bueno ya quedando bien con ellos, podremos viajar a Francia, me dijeron que llevaron tus cosas a casa así que podrás cambiarte allá, otra razón para ir a donde tus padres.

“Haré una cena en algún lugar para presentar a los míos, después... Organizaremos la boda, normal luna de miel... Será el mejor descanso de mi vida tengo mucho tiempo sin dormir tranquila.

Al final decidiste no ponerte la corbata y dejar el cuello suelto.

—Entonces ese va ser el momento en el que me harás un hijo —completó Katsuki.

—Mmm... Puede que sí puede que no.

—¿Por qué? —Frunció el ceño.

—Cariño... Tener un hijo duele, ¿Estas seguro que a los dieciocho quieres pasar ese dolor?

—¿Osea que soy débil y no aguanto un miserable parto? —se cruzó de brazos.

—No digo eso, hagamos una apuesta... escucha, si después de tu primer hijo quieres tener más; dejaré de usar anticonceptivos y podrás tener todos los hijos que quieras —A Katsuki le brillaron los ojos con eso —, pero si después no quieres tener hijos; me vas a dar tres hijos más.

—Aceptó.

—Pero no lo analizaste.

—¿Y qué? , en todas ganó yo, es imposible que no quiera tener más hijos.

—Si el doctor dice que será parto natural, tendrás hijos igual —le agregaste.

—... —guardo silencio unos segundos —. Esta bien, luego no te quejes si mi coño queda estirado.

—Te aseguro que me va seguir gustando lo suficiente para volverte embarazar —te reíste.

𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 𝓟𝓡𝓔𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓐𝓓𝓞 𝓟𝓔𝓡𝓕𝓔𝓒𝓣𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora