Prisma - Tzuyu & Tú.

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Para poner un claro ejemplo, todo se escuchaba como estando bajo el agua, o al menos, esa era solo Ryujin en mi oreja.

No podía quitar mi vista realmente. Sentí unas manos en mis mejillas, obligándome a cambiar de enfoque y dirección. —Tierra llamando a TN— Escuché ya con claridad. Vi como volteó hacia donde estaba viendo, entendiendo casi instantáneamente. Hizo una expresión como de decepción. —De todas las personas existentes en Corea, Tzuyu— Dijo, tomando mis ambos hombros. —De por sí, ¿Tú qué eres? — Preguntó, a lo que no entendí.

—Que si te gustan hombres o mujeres tonta— Directamente explicó. Empecé a pensar un poco. Luego de deliberar quizá un segundo o dos, no sabía la respuesta, hice aquel gesto.

—No entiendo como has producido y escrito tantas canciones de amor y aún no te has enamorado— Dejó caer su cabeza mirando al suelo, una vez más, en decepción.

—No quiero ser mala…— Se puso más seria. —Pero hay cosas que aún no entiendes— Intentó abarcar quizá mucho aunque estaba pensando a la vez.

—No creo que a nadie aquí le gusten las mujeres como a mí— Volteó a ver a Twice. —Y quizá a esas tres japonesas, aunque no lo sé realmente— Dijo volviendo a verme.

Quitó sus manos de mis hombros. —Quizá solo sea un flechazo por su belleza y se te pasará en unos días— Sonrió, dejándome todo en claro sin herirme. Sonreí yo también, quizá era solo eso, ya había pasado antes, a todos nos pasa.

—Ahora que estamos en Corea, prueba a salir con chicos, hay muchos lindos— Volvió a voltear en dirección a Twice. —Y quizá chicas también… — Se acercó a mí oído. —Muchas de las chicas normales de aquí se parecen a ellas— Se alejó, dejándome con escalofríos.

—Pero por favor, no intentes nada con alguien famoso, ¿si? — Preguntó, realmente queriendo que lo entendiera.

— ¿Por quién me tomas? — Pregunté indignada. —Si de por sí no he salido con alguien normal porque me parece muy complicado el amor— Volteé yo a verlas por sobre el hombro de Ryujin. —Mi primer amor no será una famosa— Solté, sintiéndome muy lógica en esas palabras.

Aunque al volver a ver con el rabillo del ojo, pude distinguir como esa chica estaba ahora rodeada de cientos de tonalidades de colores, era como si ella misma los produjera.

Esa sola imagen opacaba a todo lo que había dicho anteriormente y la lógico salió del juego en aquello.

—Siempre olvido lo muy inteligente y madura que eres— Me devolvió a la realidad Ryujin, aunque me sentía peor por aquel contraste.

Quizá solo tenía que hacerle caso, no ir hacia donde tengo prohibido, yo no era así.

Seguí comiendo, aunque ahora no era por hambre, realmente no quería comer tampoco, solo quería ocupar mi mente.

Inclusive, estaba empezando a sentirme mal por tantas personas juntas, tomando ruta hacia la salida y el aire fresco por un momento.

Estaba de otro lado a por donde entré, aunque si algo noté fué una banca, en la que me senté, sintiéndome en paz.

Era tarde, aunque no dejaban de haber autos pasando sin parar, quizá era por la zona en la que estaba.

—  ¡Hola! — Escuché una voz femenina a mis espaldas, haciéndome sobresaltar, no estaba pensando en nada, pero estaba en mi burbuja.

Volteé, siendo una chica que no conocía. —Hola— Respondí, estábamos hablando en inglés, sorprendentemente, no había prestado atención a como me había saludado.

Ella se sentó al lado de mi, viendo hacia la carretera.

— ¿Tú eres la amiga de Ryujin? – Preguntó, a lo que asentí tímidamente. —Me habló mucho de ti— Soltó, a lo que mi timidez se volvió curiosidad. — ¿La conoces? —Pregunté tontamente. Ella confirmó. —Entrenamos juntas por años— Empezó a jugar con sus pies como niña pequeña. —Aunque ella entrenó mucho menos, si va a debutar, yo todavía no— Aclaró.

— ¿Cuánto llevas aquí? — Pregunté, ahora si siendo válida mi pregunta. —Hasta el momento, ocho años— Dijo, como si nada, y no parecía siquiera pasar de los veinte ella, así que quizá estaba hablando de la mitad de su vida a la ligera.

No quería indagar más, como mi mejor amiga había dicho, había cosas que no entendía, y si algo entendía es que estas compañías no hacen las cosas solo porque si.

— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó aquella chica. Respondí con mi nombre natal, que aunque no le costaba tanto en inglés, se quedó pensativa. —Lindo nombre… — Paró un segundo. —Aunque necesitarás un nombre coreano para que todos puedan decirlo fácilmente— Aclaró, cosa que no había pensando y era cierta.

Y otra cosa que casi olvidaba, era preguntar su nombre en si. — ¿Cuál es tu nombre? — Finalmente le pregunté. —Lily Morrow— Dijo, tendiendome la mano.