Prisma - Tzuyu & Tú.

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— ¡¿Cómo es posible que ahora seas tan famosa y ellas te hayan invitado a su casa?! — Finalmente en persona me preguntó.  No sabía que decir y eso mismo fué lo que hice.

Tomó mis hombros. —En serio, no hagas demasiado con ellas, ¿Si? — Preguntó, como si fuera yo la que tomara la iniciativa.

Tomé yo sus hombros. —Deberías de pedirles a ellas que no me violen— Respondí con sarcasmo.

Quité las manos. —Aunque no sería violación, sería algo que yo quisiera— Bromeé, haciéndola suspirar.

—Sólo no te arruines esta oportunidad de trabajo, me preocupo por ti aunque no tengo tiempo ni de pensar en mi— Indicó, saliendonos ambas de la gracia y tontería.

—Me invitaron ellas, no podía negarme— Empecé a decir. —No creo que ninguna sea lesbiana, y de serlo, no sería su tipo— Suspiré.

—La única que realmente me pone tonta es probablemente la que más rechazo tenga hacia a mí. —La miré, siendo una más relajada Ryujin.

—Tómalo como clase de coreano para mí— Aligeré el ambiente.

Empezó a mirar a los alrededores. —Es más grande que en fotos— Opinó sobre donde vivía.

—No es tan barato para lo que gano no es ni un cuarto— Respondí, quitándole peso.

— ¿Qué piensas hacer con la fama? — Sacó otro tema. Me puse a pensar yo. —Convertirme en la artista número uno mundial y ganar cada premio donde esté nominada— Respondí, en el mayor sarcasmo de mi vida.

Ella empezó a reírse luego de aquella ridiculez que solté.

—La verdad no lo sé— Dije ya saliendo de aquel humor. Me miré. —Creo que no puedo ser famosa estando tan descuidada— Opiné sobre mi misma. Ella asintió. —Deberías de empezar a pedir citas para verte mejor, aquí te enseñan a hacerlo, o simplemente pagas— Miró una vez más alrededor. —Y dinero ya no es que te esté faltando como antes— Añadió.

—No estoy gastando más dinero que lo que cuesta esto mensualmente, como en la compañía— Hice cálculos.

—Hablando de comidas… — De un momento a otro se abalanzó encima de mi, empezando a toquetearme. —Si que estás más delgada— Dijo, sentándose encima de mí mientras yo seguía en el suelo.

Una vez más, de la nada, su mano fué hacia mí pecho, sintiéndolo sin nada. Vez apretó, y notó que no llevaba nada, apartó su mano instantáneamente. — ¡Lo siento! — Se quitó de encima de mi. —Pensé que llevarías al menos uno deportivo… – Me miró con una cara muy de sentir culpa.

—Estoy en mi propia casa, la temperatura es perfecta y estoy cansada de bailar mientras llevo algo apretandome tanto— Indiqué. —Aunque da igual, no son las primeras que tocas— Ofrecí mi mano. Alegrandose ella.

Una vez la tomó, la jalé, haciéndola caer y poniéndome encima. —Pero las tuyas si serán las mías— Hice lo mismo que ella, pero llevaba sujetador, así que no fué lo mismo en sí.

—Te queda bien ser la dominante— Dijo mientras me veía desde debajo. — ¿Tú crees? — Pregunté, echando mi cabello hacia atrás. Ella solo asintió torpemente.

Coloqué una de mis manos en el cuello de Ryujin, luego otra en uno de sus pecho. —Pensé que te gustaban sumisas— Le dije acercándome más.

En ese momento escuchamos como la puerta directamente se abría, dejando ver a una Lily quizá traumada ahora.

Una media hora de explicaciones después.

— ¿Y por qué ella también tiene el código de tu puerta? — Me preguntó Ryujin. —Ella usualmente viene a comer aquí, incluso duerme algunos días, en la compañía ya se lo permiten por ser mi casa— Respondí.

—Entonces… — Nos sacó de la conversación Lily. — ¿Ninguna es lesbiana? — Preguntó aunque se lo habíamos dicho quizá dos veces hasta ese punto.

Ambas negamos, Ryujin mintiendo descaradamente, y yo igual, aunque no sabía si enteramente, o si me gustaban ambas cosas.

— ¿No sueles jugarte así con tus amigas? — Preguntó Ryujin. A lo que ella negó. —Mis amigas de Australia eran muy pequeñas cuando vine y aquí solo he conocido asiáticas que no son mucho de tocar— Explicó, a lo que vi en dirección a Ryujin, haciendo ella lo mismo, tirandonos encima de ella y jugando un poco.